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Martes, 19 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Las principales fuerzas navales latinoamericanas

La mayoría de los países de la región aspira a una componente naval disuasiva y mantiene, al menos en el papel, aspiraciones oceánicas. Pese a que la histórica carrera A, B y C (Argentina, Brasil y Chile) quedó en el pasado, cada uno de esos estados ha seguido aproximaciones propias, en parte también debido a las nuevas percepciones de amenazas, entre ellas el narcotráfico, la pesca ilegal y, también en algunos casos, el cese de históricas fricciones vecinales.

Analizamos a continuación la situación de las principales fuerzas navales en esta parte del Continente, sumando a ese clásico A, B, C a las armadas de Colombia, Perú y México. La difícil situación venezolana ha arrastrado inevitablemente la operatividad de la Armada Bolivariana. De sus 6, en su momento excelentes y avanzadas, fragatas Lupo, la mitad se encuentra fuera de servicio, pese a los esfuerzos para recuperarlas en DIANCA. Situación similar ocurre con los 2 submarinos de la Clase 209, de los cuales sólo 1 ha sido puesto a punto en ese astillero, con resultados muy poco exitosos.

Argentina: OPV y buque polar

Hace varios ejercicios que la Armada Argentina (ARA) pretende incorporar navíos de patrulla y vigilancia, los llamados OPV (Offshore Patrol Vessel). Las negociaciones con astilleros de diversos puntos del planeta tuvieron un correlato interesante, cuando la Administración indicó el interés en un proyecto francés que implica una importante inversión de casi 450 millones de USD. Se ha convocado una licitación internacional para la provisión de estos nuques, abriendo oportunidades a empresas como la coreana Daewoo, las españolas Navantia y Astilleros Gondán y la gala Naval Group para presentar sus ofertas. Los montos perdidos por las capturas ilegales y la depredación provocada en los mares del Sur justifican plenamente la adquisición de estos buques de patrulla, más allá de la discusión técnica sobre su real importancia y su exiguo número.

foto: Corbetas MEKO 140 de la Armada argentina.

La ARA responde a una extraña paradoja: sus destructores de la Clase MEKO 360 y las corbetas MEKO 140 tienen sus cascos y elementos básicos en excelente estado de conservación, gracias a un buen mantenimiento en los talleres navales y su muy elevada calidad de construcción. Por ello y por el largo tiempo con escasa actividad, estos navíos se encuentran en óptimo nivel, muy superior al de los gastados cascos de sus colegas de la región. Lo mismo ocurre con los sistemas de propulsión, aunque la electrónica y elementos asociados se encuentran desfasados para los requerimientos actuales.

El disparo de casi una decena de misiles mar-mar MM38 y MM40 Exocet, actualizados en algunos de sus componentes por técnicos autóctonos y otros renovados por la industria privada, explican que los mantenga en operación, aunque cada año que pasa la vejez técnica se acentúa. La pequeña flota de 3 submarinos, 2 de la Clase TR-1700 y 1 Tipo 209 (tras la lamentable pérdida del ARA San Juan, hundido en el Atlántico tras una explosión), no responde a la importancia y necesidades estratégicas políticas del país sudamericano. Únicamente se han recuperado las capacidades de mantenimiento y cierta modernización de algún elemento, pero está claro que es poco y desfasado el progreso en esta materia, vital para la defensa nacional.

Existen planes y múltiples proyectos, que incluyen sistemas de producción propia y otros con asociación de renombradas empresas internacionales, pero el tiempo transcurre sin resultados prácticos en la materia. Respecto a la Antártida, el Gobierno ha expresado vehementemente que entre sus puntos estratégicos sobre la política exterior está el mantenimiento de la presencia nacional en el territorio polar. Se ha previsto en el presupuesto presente una importante cantidad de fondos, existiendo un proyecto de buque polar. En la campaña 2017-18 se ha incorporado el restaurado rompehielos Almirante Irizar, que encabeza una flota de transportes navales y avisos, que tienen el sostén logístico bajo su responsabilidad.

Chile

A pesar del cambio de Gobierno en Chile, todo hace prever que, de no mediar sorpresas, habrá pocos obstáculos para materializar los proyectos de la Armada, los cuales parecieran apuntar a mantener el número de 8 fragatas que actualmente opera, aunque este punto no está mencionado en las declaraciones del Comandante en Jefe de la Armada, Almirante Leiva. Para 2021 las Latorre y Prat, del Tipo L, tendrán 35 años de servicio; seguidas de la Williams, del Tipo 22, con 33; las Cochrane y Condell, del Tipo 23, con 31 y 30, respectivamente; las Riveros y Blanco Encalada, del Tipo M, la primera con tres decenios y la segunda con 28 años; para finalizar con la Lynch, del Tipo 23, que en esa fecha contará con 24 de servicio.

Para considerar la alternativa de reemplazar estos buques por unidades nuevas hay que remontarse a principios de la década del año 2000, en que se intentó este camino, incluyendo la construcción de algunas de ellas en Chile, pero pronto se vio que este curso de acción no se ajustaba a la realidad nacional. Una alternativa que llegó ser conocida públicamente era la de adquirir 4 fragatas Meko 200 en el marco de un acuerdo de cooperación entre la chilena ASMAR y la germana Blohm & Voss. La primera unidad sería construida completamente en Alemania y las otras 3 en el país andino con asesoría.

El costo de esta opción era de 237,5 millones de USD cada una, equivalente a 313 millones de hoy. Esto implica que la renovación de las 8 fragatas actuales costaría del orden de los 2.500 millones, cifra que no parece posible que el país esté en condiciones de afrontar. A modo de comparación, las 8 fragatas que se pretende renovar costaron algo menos de 1.000 millones de hoy. La alternativa de segunda mano estaría, en estos momentos, conformada por unidades australianas, canadienses y británicas, con cuyos representantes ha habido contactos relacionados con la posible transferencia de buques de las clases Adelaide, Halifax y Tipo 23, respectivamente.

foto: LSDH-91 Sargento Aldea de la Armada de Chile.

Las australianas son 3 fragatas equivalentes a las Oliver Hazard Perry, denominadas HMAS Darwin, en servicio desde 1984; HMAS Melbourne, en 1992; y HMAS Newcastle, desde 1993. La primera será retirada a fines de este año y en 2019 está programada la baja de la Newcastle. Una planificación anterior consideraba que todas estarían en servicio hasta el año 2020. De cumplirse esto, la Melbourne completaría 29 años en operación. Para Chile estos buques representarían la incorporación de los misiles SM-2 Block III A y ESSM, este último operado desde un lanzador vertical Mk-41 VLS (Vertical Launch System).

Una alternativa, que a primera vista pareciera de escasa probabilidad de materialización, es mantener las actuales 8 unidades y prolongar su operación hasta la década de los 30. Recordemos que en Chile no se ha contado con unidades nuevas de superficie de este porte desde las Clase Leander, llegadas al país a mediados de los 70. Este podría ser el escenario en que Navantia, Naval Group o ThyssenKrupp Marine Systems, entre otros, pueden presentar una oferta interesante.

En cuanto a los submarinos, el plazo planteado permite tener el proyecto aprobado y financiado a más tardar en 2022 y de este modo disponer de 2 años para emitir una petición de propuestas, o RFP (Request for Proposal), seleccionar una alternativa y firmar el contrato. El inicio oficial del proyecto sería en 2019, con lo cual se podría disponer de 3 años para lograr la aprobación del Ministerio de Defensa. Todo esto permitiría contar con 2 nuevos a más tardar en el año 2029, cuando los 2 U209 terminarán su vida útil. Los competidores esperados son franceses y alemanes, no descartándose a suecos y españoles.

México

El grueso de la flota mexicana está compuesto actualmente por un total de 31 patrulleras oceánicas de distintas clases, cuya mayoría fueron diseñadas y producidas en México a lo largo de las 2 últimas décadas. Si bien las capacidades de patrulla costera y oceánica de la SEMAR (Secretaría de Marina) están bastante desarrolladas, su flota de guerra es totalmente obsoleta y requiere una modernización a corto plazo. Para el periodo 2013-18, la SEMAR anunció un ambicioso programa de construcción naval destinado a permitir el remplazo de un importante número de navíos y embarcaciones ya obsoletos.

En total, estaba considerada la construcción de 62 nuevos buques, entre ellos 1 fragata multipropósito, 4 patrullas oceánicas, 20 costeras, 16 interceptoras y 21 unidades para distintas funciones de apoyo. Sin embargo, la caída del precio de los hidrocarburos ha propiciado una serie de recortes presupuestarios en todas las entidades gubernamentales, cuya consecuencia más visible en el caso de la SEMAR ha sido la reducción de las metas de este magno proyecto.

Para el final de la presente Administración, en 2018, se habrán completado 8 patrullas costeras de la Clase Tenochtitlan (Damen Stan Patrol 4207), 2 interceptoras Polaris II (Dockstavarvet IC-16M), el Isla Maria Madre (Damen Fast Crew Supplier 5009), 4 patrullas oceánicas de diseño local, basadas en la Clase Oaxaca, y 1 de Largo Alcance (POLA), derivada de la fragata ligera Damen Sigma 10514.

foto: La Armada de México emplea un gran número de lanchas interceptoras, siendo los modelos más numerosos en servicio las unidades de diseño sueco Polaris (CB 90H) y Polaris II (IC 16M).

Las nuevas Oaxaca presentan numerosas mejoras cuando se les compara con las unidades construidas anteriormente, destacando su proa de bulbo, líneas de casco más hidrodinámicas, director de tiro de concepción local y armamento principal constituido por una torreta BAE Systems Bofors Mk3 de 57 mm., en lugar de la OTO Melara Super Rapid de 76 anteriormente montada.

La construcción de la nueva POLA se inició en astilleros holandeses y mexicanos en agosto de 2017. Será botada y entregada a la SEMAR en 2018 y estará plenamente operativa en 2020. Estará equipada con radar tridimensional, sonar, CMS (Combat Management System) de Thales, sistema de comunicaciones cuya integración está a cargo de Indra y armamento moderno, cuyo detalle se mantiene reservado, pero se ha divulgado que incluirá misiles antibuque y antiaéreos y un cañón. Tendrá la capacidad de embarcar un helicóptero mediano NH90 o SH-60R. La meta del proyecto es adquirir hasta 8 de estos buques, con el fin de remplazar las distintas fragatas actualmente en servicio con las fuerzas navales.

Colombia

Con una fuerza de superficie y submarina completamente operativa, la Armada Nacional de Colombia decidió hace tiempo proyectar la adquisición de nuevas unidades que remplacen y complementen a su flota actual. El principal objetivo a mediano plazo es el proyecto PES (Plataforma Estratégica de Superficie), que pretende el diseño y construcción de 4 fragatas de 3.500 a 4.000 ton. en una primera fase y otras 4 en una segunda. Este proyecto es el más ambicioso que ha emprendido COTECMAR, que no solo tiene que construir el casco, sino también debe crear una sinergia importante entre las empresas participantes que dotarían de armamento de superficie y antiaéreo, electrónica, radares, directores de tiro y motores, así como otros sistemas que no se fabricarían en el país.

Aunque la fecha pensada para la entrada en servicio de la primera unidad es alrededor del año 2023, es muy probable que esta tentativa sea modificada, debido a que COTECMAR necesita agrandar sus instalaciones para albergar un proyecto de tal magnitud. Ante el posible aplazamiento del PES, puede que la ARC reviva el proyecto Puente, dirigido a la adquisición de 2 fragatas usadas, que permitirían, en primera instancia, preparar la retirada de las 2 ligeras FS-1500 con más tiempo en servicio, además de capacitar las tripulaciones necesarias para pasar de 4 unidades a 8, que son las que se esperan construir dentro del PES.

foto: OPV-80 ARC Victoria de fabricación colombiana, con licencia de Fassmer.

Otro de los grandes proyectos que realiza COTECMAR para la ARC es el diseño y construcción de un nuevo OPV totalmente nacional. El programa se encuentra definido y su diseño es denominado OPV-93C, tendrá 93 m. de eslora, 14,2 de manga, 7 de puntal, calado de 4,1 y un desplazamiento en plena carga de 2.550 ton. Este nuevo buque de patrulla podrá embarcar un helicóptero mediano y la primera unidad sería contratada a mediados de 2018, iniciando la fabricación en 2019, para ser entregada, según lo programado, en 2022. Una de las falencias más grandes que tienen las actuales fragatas ligeras FS-1500 es la completa ausencia de un sistema antiaéreo de mediano alcance automatizado con capacidades antimisil.

La posible demora en su remplazo reviviría el interés de la ARC en dotar a estas unidades con un sistema más eficaz. Diferentes empresas han presentado en el pasado sus propuestas, las cuales estarían dirigidas a ofrecer un sistema que pueda ser instalado en las actuales unidades, para posteriormente ser trasladado a las PES. Otras de las unidades que también se encuentran dentro de los planes para su sustitución son los 2 buques de soporte logístico de la Clase Lüneburg, ARC Cartagena de Indias y ARC Buenaventura, que son de los pocos que COTECMAR no ha desarrollado y es probable que se materialice con barcos de segunda mano en buen estado. Dentro de los proyectos también figura la adquisición de un buque de asalto anfibio LPD, pero no se conocen más detalles de las capacidades o características.

La Marina de Guerra del Perú

De cara a 2021-25, la Marina de Guerra del Perú, en el marco del Programa de Modernización de las Fuerzas Armadas, lanzó a mediados de febrero de 2016 un requerimiento técnico inicial para evaluar la adquisición de 6 fragatas multirrol de 3.500 a 5.000 ton. Las naves, con un alcance estimado de 6.000 millas náuticas y una velocidad sostenida de 27 nudos, deberán disponer de 8 misiles antibuque con alcance no menor a 180 km. y un sistema de lanzamiento vertical (VLS) de, por lo menos, 16 celdas para misiles antiaéreos de guiado activo con un alcance no menor a 30 km.

Además, contarán por lo menos con 1 cañón de calibre 76/62 mm. con capacidad para utilizar munición de 30 km. de alcance y 2 montajes automatizados de 12,7 mm. integrados a un sistema electro-óptico-IR, así como un sistema de lanzamiento de torpedos antisubmarinos (ASW). Dispondrán de un sistema de gestión de combate (CMS) integrado, entre otros, a 1 radar de búsqueda de superficie y aérea AESA (Active Electronic Scanning Array) con capacidad para detectar blancos a 110 mn, 1 de búsqueda de superficie 2D/3D y 1 de navegación, así como sistema de comunicaciones HF, VH/UHF y L/MF.

foto: La Fragata BAP Almirante Grau (FM-53), la Corbeta BAP De los Heros (CM-23) y el Buque de Desembarco BAP Callao (DT-143) sobrevolados por los UH-3H y SH-3D Sea King

A mediano plazo, se evalúa la adquisición de 2 submarinos de 1.200 a 2.000 ton., que remplazarán a los 209/1100 (Clase Islay): BAP Islay (SS-45) y BAP Arica (SS-36), incorporados, respectivamente, en 1974 y 1975. De manera más inmediata, se prevé adquirir un par de petroleros de 40.000 ton., que serán destinados al Servicio Naviero, y 4 Roll-On/Roll-Off que permitan afrontar de manera eficaz desastres naturales y trasladar apoyo a poblaciones costeras. En evaluación se encuentran los buques logísticos y de apoyo en desastres Damen Stan Lander 5612 (Holanda) y los BDA de la Clase Golfo de Tribuga de COTECMAR (Colombia), que, si bien fueron diseñados para operaciones anfibias, son capaces de realizar actuaciones de ayuda humanitaria en el ámbito costero y ribereño.

A estas se sumará la compra –en el marco del Programa de Recuperación de la Capacidad de Movilidad Aerea Eficaz y Soporte de la Fuerza con Aeronaves de Ala Rotatoria en la Base Aeronaval del Callao– de 5 helicópteros de transporte y combate Mi-171Sh Hip H, que serán empleados por la Fuerza de Infantería de Marina en operaciones de despliegue rápido y de vigilancia en la Región Amazónica. Los submarinos 209/1200 (Clase Angamos) -BAP Angamos (SS-31), BAP Antofagasta (SS-32), BAP Pisagua (SS-33) y BAP Chipana (SS-34)- están siendo sometidos desde 2010 a un Programa de Recorrido Integral. En breve deberán ser sometidos a otro de modernización a cargo de SIMA-Perú con asesoría y asistencia técnica de ThyssenKrupp (Alemania).

Programas y planes de la Marina de Brasil

Afectada por fortísimos recortes económicos, en el marco de un ya muy acotado  Plan de Articulación y Equipamiento de la Marina de Brasil (PAEMB), ésta prioriza el Programa de Obtención de Submarinos (PROSUB), del cual, aún ralentizado, se espera a fines de julio de 2018  el primer sumergible de la nueva serie S-BR, inspirada en el Scorpene, el S-40 Riachuelo. Los siguientes botados serán el S-41 Humaitá, en septiembre de 2020; el S-42 Tonelero, en diciembre de 2023; y el S-43 Angostura, entre fines de diciembre de 2022 y enero de 2023.  Se ha dilatado bastante la construcción del sumergible a propulsión nuclear SN-BR, el S-10 Almirante Álvaro Alberto, que estaría listo hacia fines de 2025.

Muy cercano al tema submarinos se encuentra  la sustitución de los barreminas de la Clase Aratú, derivada de la Schütze alemana, de la que todavía quedan 4 ejemplares activos hasta 2024. Una RFI (Request for Information) preparando una próxima licitación se emitirá próximamente. Aparentemente, si existen recursos económicos, partiría con cierta ventaja comparativa Saab Kockums con la Clase Koster (MCMV 47), que, además de cazaminas, es también  barreminas (mecánico, magnético y acústico) a costos de adquisición considerados razonables, aunque sus numerosas innovaciones tecnológicas impondrían significativas reformas en la Base Naval de Aratú (Bahía), sede de la Fuerza de Minado y Barrido.

Una gran prioridad proclamada por la Marina la constituyen las futuras corbetas Tamandaré, con la construcción de 4 buques de escolta, iniciando el subprograma de obtención de medios de superficie, que abarca ese tipo de navíos y fragatas -el ralentizado PROSUPER (Programa de Obtención de Medios de Superficie)-, barcos de apoyo logístico y anfibios. En 2018 se va a realizar un análisis preliminar de las propuestas, la negociación y la selección de la mejor. Prevé la construcción de 4 unidades de 2.700 ton. con amplia carga digital, sistemas y armamento de última generación. Cada unidad costaría unos 450 millones de dólares.

A largo plazo, los pedidos pueden llegar a 12 unidades si se ejecutaran todas las opciones, algo bastante difícil en Brasil en los últimos años. Las futuras Tamandaré, a pesar de estar catalogadas allí como corbetas, son clasificadas internacionalmente como fragatas ligeras. A partir de ahí, el PROSUPER, que pretende construir 5 sofisticados escoltas de 6.000 ton. de desplazamiento, 5 buques patrulla de oceánicos de unas 1.800 ton. y un moderno navío de apoyo logístico de cerca de 22.000, queda supeditado al éxito de las futuras Tamandaré.

foto: La corbeta Barroso, navío que inspira al proyecto Tamandaré (foto Julio Maíz).

Una vez entregadas las primeras 4 unidades podrán construirse nuevas corbetas o, si los recursos financieros lo permiten, el PROSUPER original podrá ser finalmente iniciado, eligiendo entre las fragatas ya presentadas o bien comenzar un nuevo programa de obtención de escoltas con desplazamiento cerca de las 6.000 ton., entre proyectos actualizados. En navíos mayores, más que portaaviones, de difícil operación, dotación y mantenimiento, se pretenden buques multipropósito. En tal sentido, Reino Unido y Brasil firmaron la compra por el segundo del buque portahelicópteros de asalto anfibio HMS Ocean para complementar al G-40 Bahía (ex Sirocco) adquirido en 2015, un LPD (Landing Plataform Dock).

Se trata de un LPH (Landing Plataform Helicopter) con mayor capacidad para operaciones aéreas, aspecto que sería reforzado tras dar de baja el problemático portaviones A-12 São Paulo. Mientras tanto, se presta atención al mercado de usados de cara a otro buque anfibio que complemente al G40 Bahía como parte del Programa de Obtención de Navíos Anfibios (PRONANF). Se compraron 3 navíos de suministro AHTS (Anchor Handling Tug Supply) de segunda mano al grupo Solstad Farstad para tareas de búsqueda y salvamento, o SAR (Search and Rescue), como remolcadores y de reabastecimiento.

Anuario latinoamericano de la defensa 2018, Luis Piñerio, Carlos Vanegas, Alejo Marchessini, Erwan de Cherisay, Javier Bonilla


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