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Miércoles, 24 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Instalaciones de instrucción y adiestramiento de La Legión

Mientras los demostradores de los vehículos 8x8 están ya en sus últimas pruebas, La Legión sigue inmersa en los proyectos asignados por el Ejército de Tierra (ET) como Brigada Experimental y punta de lanza de la Fuerza 2035. Sin embargo, poco se conoce hasta ahora de las acciones que viene desarrollando en otro campo, las infraestructuras para la instrucción y adiestramiento, que son clave para poner en práctica las tácticas y procedimientos de sus unidades para todo tipo de escenarios. 

Las unidades de La Legión, experimentadas en la mayoría de misiones internacionales donde España ha participado, llevan ya casi veinte años adaptándose a los nuevos entornos operativos con la construcción de innovadoras instalaciones, que les permitan abordar con garantías una preparación al combate lo más realista posible. Para ello, el Campo de Maniobras y Tiro Álvarez de Sotomayor, el cuarto más grande de España por extensión y anexo a la sede principal de las unidades de la Brigada de la Legión en Viator (Almería), posee todo tipo de infraestructuras de apoyo a la preparación que año tras año se van mejorando e incrementando en número.

La clave de esta transformación coincide con los inicios de este Siglo XXI, cuando el servicio militar obligatorio tocaba a su fin y tanto la misión para recuperar la isla Perejil como el despliegue en Irak de 2003 corroboraron la necesidad de disponer de unas Fuerzas Armadas más profesionales. Este momento supuso que el legionario de remplazo y los voluntarios que se hallaban en las filas legionarias dieran paso al profesional, cuya duración de su tiempo de servicio era mayor y, por tanto, con una progresión más dilatada en su instrucción. Esto permitió a las unidades legionarias incrementar aún más su nivel de adiestramiento con los efectivos que en aquellos años pudieron ser alistados, pues el reclutamiento en el ET y por ende en La Legión, no se producía al ritmo deseado.

Además, otro factor determinante fue la experiencia atesorada por los mandos legionarios en las misiones que desarrollaron en la antigua Yugoslavia, que pronto hizo que se identificaran las zonas urbanas como el entorno operativo futuro. Este era el lugar donde se concentraba el poder político, económico y religioso, así como los grandes centros de comunicaciones, implicando el mayor número de operaciones militares, tanto en su interior como en sus proximidades, y este fue el punto de partida para empezar a construir nuevas instalaciones para apoyo a la preparación, así como la incorporación de nuevas tácticas y procedimientos en el combate urbano.

Por ello, a partir de 2002, se fue completando poco a poco en La Legión un ambicioso proyecto de instalaciones de apoyo a la preparación, que fueron más tarde extrapoladas a otras bases y campos de maniobras del Ejército de Tierra. Los fosos y la calle de tiro, la casa de goma, la torre multiusos, el Polígono de Combate Urbano y la construcción de diversas salas para simuladores, permitieron todo tipo de actividades de preparación de un modo progresivo, realista y eficaz, donde el legionario podía aprender a entrar en una habitación con un fusil de balines, hasta disparar con fuego real sobre blancos abatibles en la calle de tiro.

foto: polígono afgano en Almería

Esta progresión en la instrucción vino acompañada de normas operativas para mejorar los procedimientos existentes, jornadas y seminarios, donde se instruyeron a los mandos, así como la redacción de unas normas de uso para cada instalación, las cuales eran esenciales para entender la manera de trabajar en cada una de ellas. El fruto de este trabajo se vio reflejado rápidamente en la preparación de la misión Iraqi Freedom en Irak, donde La Legión se desplegó entre 2003 y 2004. Allí se pudo comprobar que las instalaciones de apoyo a la preparación hasta la fecha construidas habían permitido al legionario afrontar sus cometidos con las mejores garantías de éxito posibles. 

El 2º impulso: Afganistán

Esta primera etapa pronto dio paso a otro nuevo impulso. En 2006, La Legión empezó a desplegarse en un nuevo escenario complejo, Afganistán, donde las emboscadas, los hostigamientos, los IED y la defensa de los Combat Outpost (COP), pequeñas bases en terreno abierto que albergaban a las unidades, implicaron un cambio de mentalidad en los procedimientos hasta la fecha empleados. Las instalaciones nuevamente se orientaron a la preparación de este escenario. Un nuevo Polígono de Combate Urbano fue creado a imagen y semejanza de un pequeño poblado afgano, se preparó una travesía IED para trabajar las tácticas y procedimientos ante esta amenaza, así como una pista de indicios para identificación de trampas explosivas en el terreno.

Además, se construyó una COP que posibilitaba hacer fuego real desde ella sobre una zona de caída de proyectiles, simulando así su defensa; y se habilitaron posiciones defensivas para realizar todo tipo de asaltos con fuego real. Todas estas instalaciones aumentaban las capacidades de instrucción y adiestramiento y permitían dar un gran salto cualitativo y cuantitativo en la preparación de las unidades legionarias, que sin quererlo otras unidades copiaban, extendiendo de esta manera el número de estas infraestructuras por otros Campos de Maniobra y Bases Militares de la geografía española.

La llegada del fin de la participación española en Afganistán en 2013 no significó el final para seguir avanzando en el desarrollo de instalaciones de apoyo a la preparación. Ese mismo año, Francia inició la Operación Serval en Malí, que posteriormente fue remplazada por la Barkhane en la zona del Sahel. En estas operaciones se descubrió la importancia del combate en desierto, y además, debido al gran número de cuevas existentes en el terreno, las tropas francesas se encontraron con un nuevo escenario, el entorno subterráneo.

La Legión no fue ajena a ello. En 2015 inició su proyecto más ambicioso hasta la fecha, la construcción de un Polígono de Combate Subterráneo. Durante más de tres años, con sus propios zapadores, llevó a cabo una reforma integral de su Polígono de Combate Urbano y literalmente levantó la mayor parte de las edificaciones existentes para construir un enorme entramado de túneles, volviendo a edificar encima y habilitando un acceso desde cada casa. Incluso se incorporó una de varias alturas, cuyo sótano se unió también al complejo subterráneo, permitiendo así el combate en varios niveles, desde el subsuelo hasta las azoteas.

foto: Instrucciónb de entrada en subterráneo.

Mientras esto ocurría, La Legión adaptaba nuevamente sus tácticas y procedimientos a las misiones de adiestramiento a fuerzas extranjeras, así se inició su despliegue en Irak en 2015, donde el principal objetivo era formar a las unidades locales en su Campo de Maniobras de Besmayah, con la finalidad de que estas retomasen a la mayor brevedad posible el control del país, en manos en aquel momento del Estado Islámico. El primer contingente que enviaba España estaba formado por legionarios y su trabajo allí fue casi a contrarreloj para preparar el mayor número de unidades que pudieran ser empleadas en el frente, por entonces en Mosul, y para ello se valieron de las instalaciones de apoyo a la preparación que los americanos habían dejado años atrás.

Construyendo en Irak

Esta primera misión sirvió para abrir camino al resto de contingentes del ET que desplegaron posteriormente en cómo realizar la preparación de unidades iraquíes. Sin embargo, La Legión se volvió a desplegar en 2017-18 y entonces como dato curioso, además de llevar sus propios procedimientos de combate para instruir a las fuerzas de seguridad iraquíes, exportó incluso sus conocimientos en el diseño de instalaciones de apoyo a la preparación, ya que, aprovechando el despliegue de una unidad de Ingenieros del ET, construyeron unos fosos de tiro, unos asentamientos para el campo de tiradores de precisión y la más novedosa de las instalaciones para las fuerzas iraquíes, un complejo subterráneo.

Las fuerzas iraquíes demandaban esta última instalación, pues habían tenido combates en las cuevas de las montañas del Kurdistán y se habían localizado una gran cantidad de subterráneos en la toma de Mosul, los cuales habían sido usados por el Estado Islámico para moverse en el terreno u ocultarse. Esta instalación sirvió para desarrollar cursos de combate subterráneo y fue ampliamente reconocida, tanto por las autoridades iraquíes, como de la Coalición, ya que, además de la cercanía de los legionarios con el soldado iraquí, era uno de los valores añadidos que tenía el Campo de Maniobras de Besmayah en comparación con otros campos donde la Coalición desarrollaba sus actividades.

La misión de Irak no solo sirvió para poner en práctica muchos de los procedimientos que La Legión empleaba en la instrucción de su personal. También los mandos legionarios de la primera misión en Besmayah tomaron nota de otra instalación interesante que existía: un polígono de combate para fuego real. Por sus reducidas dimensiones (60x100 m.), sus 11 edificaciones con pasarelas por encima, así como su diseño por niveles de instrucción, fue importado a las bases y campos de maniobra de todo el ET, que por su tamaño no podían albergar una capacidad mayor para este tipo de combate. Por supuesto, La Legión no se quedó atrás y empezó a construir el suyo propio en 2019. El lugar elegido fue anexo a su Polígono de Combate Subterráneo, con objeto de incrementar esta capacidad. Si bien fue concebido para la instrucción y adiestramiento sin fuego real, supuso un algo novedoso para la formación y práctica del personal de las unidades.

La importancia de las bajas y el tiro de precisión

Cuando, en la historia reciente de La Legión, el sargento Moreno Ramos de la 6ª Compañía de la VIII Bandera, bajo el fuego enemigo en una colina en Afganistan en 2012, salvó la vida de su legionario Castro Canovaca taponando la herida por un disparo en su pecho, poco imaginaba que, tres años más tarde, La Legión diseñaría y construiría la primera sala de simulación sanitaria para que su personal atendiera en condiciones de estrés a cualquiera que fuera baja en combate.

Este innovador proyecto sirvió de ejemplo a muchas otras unidades, y hoy en día el Ejército de Tierra dispone de unos criterios de simulación sanitaria para que las unidades incorporen estas aulas, donde su personal pueda recrear situaciones de todo tipo a la hora de atender a un herido, destacando la posibilidad de instalar un sistema de megafonía para provocar unas condiciones de ruido a la hora de realizar la atención sanitaria semejantes a las que pudieran darse en combate. No obstante, este no ha sido el único proyecto innovador.

Foto: Personal irakí instruyéndose en un foso de tiro

Los tiradores de precisión de La Legión crearon el primer campo de tiro para este tipo de armas, donde dispusieron en las inmediaciones de una zona de caída de proyectiles diferentes asentamientos para, con diversas inclinaciones o apoyos, realizar fuego sobre blancos colocados a variadas distancias. Estos asentamientos se han ido extendiendo desde 2015 a la mayor parte de los campos de maniobras nacionales y el efecto ha sido multiplicador, ya que se ha mejorado la capacidad de alcance y precisión de los tiradores de precisión de todas las unidades. Esto se puede comprobar cada año en las reuniones de éstos que se realizan a nivel ET y donde los más veteranos se sorprenden de los resultados y el grado tan alto de instrucción que muestran los más jovenes.

Las instalaciones de apoyo a la preparación son uno de los pilares de la instrucción y adiestramiento del Ejército de Tierra. En comparación con otros países de nuestro entorno, se puede destacar que la mayoría de las unidades del ET disponen en sus bases o campos de maniobras anexos de unas instalaciones donde pueden desarrollar el trabajo diario, así como sus procedimientos hasta nivel de compañía. Esto, que puede parecer normal, es difícil encontrarlo en otros ejércitos europeos, los cuales concentran sus instalaciones en puntos concretos de su territorio, donde se tienen que desplazar para realizar su instrucción y adiestramiento.

Sin embargo, todavía quedan nuevos hitos que completar, el primero de ellos pudiera ser la casa de tiro, ya que la de goma, construida en 2003 por los propios legionarios con 15.000 neumáticos de coche, fue demolida en 2015. La climatología y el uso habían afectado las condiciones de seguridad, por lo que ya no eran las más adecuadas para la ejecución del tiro. Desde entonces se trabaja en un proyecto que permita al legionario entrar en una edificación realizando fuego real con todas las medidas de seguridad garantizadas.

Por otro lado, la tecnología que se integre en las futuras Brigadas seguramente modificará las tácticas y procedimientos de La Legión, lo que se traducirá en nuevas instalaciones que potencien la instrucción y adiestramiento en los entornos impredecibles, dinámicos, inestables y de creciente complejidad a los cuales nos dirigimos. Los legionarios deberán estar familiarizados con estos posibles escenarios y, para ello, las instalaciones de apoyo a la preparación jugarán un importante papel en la puesta en práctica de todas las capacidades durante los ejercicios que se lleven a cabo.  (Comandante Francisco Antonio Olivares Narváez)


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