En entrevista al periódico Corriere della Sera, el Almirante Enrico Credendino, jefe del Estado Mayor de la Marina Militare italiana, confirmó que la fuerza está considerando el desarrollo de un portaaviones de propulsión nuclear en el marco de la planificación a largo plazo, que se extiende hasta 2040.
Las declaraciones, fechadas el pasado 8 de junio, van más allá de la ambición de un incorporar a la flota un navío capital de esta entidad, que de momento sólo tienen las Marinas de Estados Unidos y Francia, aunque China lo acabará teniendo, y ponen sobre la mesa la propulsión nuclear como parte de un esfuerzo más amplio para hacer frente a la evolución de las amenazas marítimas y asegurar las necesidades energéticas.
Según el Almirante Credendino, el proyecto del futuro portaaviones está en fase conceptual y de evaluación de viabilidad y se alinea con ambiciosos desarrollos paralelos en la investigación nuclear naval italiana y la organización industrial, en particular el programa Minerva y la creación de la empresa Nuclitalia.
El programa Minerva de la Marina Militare
Lanzado oficialmente en 2023 por la Dirección de Armamento Naval del Ministerio de Defensa italiano, constituye el principal marco institucional para estudiar la posible aplicación de la energía nuclear en buques más punteros de la Marina Militare. Minerva es el acrónimo de «Marinazzazione di Impianti Nucleari per l'Energia a bordo di Vascelli Armati», que viene a significar: implantación de reactores nucleares para propulsar a los navíos de combate.
El programa Minerva está estructurado en tres fases: Un estudio de viabilidad para integrar reactores nucleares navales de nueva generación. La segunda comprende un diseño conceptual de un buque de combate de propulsión nuclear. La última se centraría en una evaluación comparativa entre una unidad convencional existente y una nave similar alimentada por dicha propulsión de fisión. El programa cuenta con una financiación previa de 2,1 millones de euros y está gestionado por una asociación temporal de empresas que incluye a Fincantieri como contratista principal, con la participación de Cetena, Ansaldo Nucleare, Rina Services y la Universidad de Génova.
El almirante Credendino ha indicado que los estudios iniciales se centran en submarinos y destructores, mientras que no se excluye la posibilidad de un portaaviones nuclear, que sigue siendo objeto de evaluación para su realización a más largo plazo.
Nuclitalia
Creada en mayo de 2025, es una iniciativa privada en la que participan Enel, Ansaldo Energia y Leonardo, que poseen el 51%, el 39% y el 10% del accionariado de la empresa respectivamente. Nuclitalia se encargará de evaluar tecnologías nucleares avanzadas para aplicaciones civiles y militares, centrándose inicialmente en los pequeños reactores modulares o SMR (Small Modular Reactor) refrigerados por agua. Su objetivo incluye la identificación de requisitos técnicos relevantes para Italia, la realización de evaluaciones de diseños de reactores desarrollados y la exploración de posibles asociaciones industriales y oportunidades de codesarrollo.
La integración de la propulsión nuclear aportaría ventajas estructurales y operativas al diseño de los portaaviones, que sustituiría al actual “Cavour”. La eliminación de la necesidad de grandes reservas de combustible a bordo para la propulsión permite disponer de espacio adicional para el combustible de aviación, municiones, sensores y la infraestructura de mantenimiento de las aeronaves.
Esto permitiría aumentar el número de salidas y la duración de las misiones. La propulsión nuclear también permite un tránsito sostenido a alta velocidad, permitiendo a los portaaviones posicionarse muy rápidamente en caso de crisis. El alcance operativo de Italia se extendería más allá del Mediterráneo, a regiones como el Indo-Pacífico o el Ártico, donde la actual logística de combustible limita la duración de los despliegues. Los portaaviones de propulsión nuclear aumentarían por tanto la contribución italiana a los grupos operativos marítimos de la OTAN y su capacidad para participar en operaciones de coalición ampliadas.
En la actualidad, la Marina Militare opera dos buques con capacidad aeronaval: el citado portaaviones “Cavour”, puesto en servicio en 2009, y el buque de asalto anfibio o LHD (Landing Helicopter Dock) “Trieste”, puesto en servicio a finales de 2024, como ya publicó en su momento defensa.com
Ambos buques están configurados para portar aviones de combate F-35B, la versión de despegue corto y aterrizaje vertical o STOVL (Short Take Off and Vertical Landing) del avión de 5ª generación de Lockheed Martin, y helicópteros.
El “Trieste” tiene una cubierta de vuelo de 230 metros y puede servir como portaaviones secundario en caso necesario. Italia ha adoptado para operar desde estos navíos el denominado modelo STOVL en lugar de un sistema CATOBAR (que es el que llevaría el futuro portaaviones), lo que permite actualmente la interoperabilidad con los F-35B del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y del Reino Unido. Esta elección también reduce los costes de desarrollo y mantenimiento.
La actual doctrina naval italiana da prioridad a la flexibilidad operativa, la presencia regional y la interoperabilidad dentro de los marcos de la OTAN y la UE. Con operaciones navales desde el Ártico hasta el Pacífico, Italia ha desplegado hasta 42 buques simultáneamente en los últimos años. La plantilla actual de la Marina Militare es de 28.700 efectivos puede aumentar hasta 39.000 para satisfacer las demandas operativas, similar a los niveles mantenidos por Francia y el Reino Unido.
Un portaaviones de propulsión nuclear se ajustaría a la evolución de la doctrina estratégica italiana, al permitir un despliegue global continuado, una mayor disponibilidad para las misiones y una mayor integración con las fuerzas aliadas más punteras, como las referidas de Estados Unidos o Francia y la Royal Navy británica, en múltiples teatros de operaciones. (Julio Maíz)






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