En el marco de un cambio de estrategia de la defensa de Japón, su Fuerza de Autodefensa Terrestre se está dotando de una pequeña flota naval, constituyendo la botadura del segundo buque de desembarco “Amatsusora” un hito en ese objetivo.
El constructor naval japonés Naikai Zosen botaba el pasado 23 de octubre, el segundo buque de desembarco utilitario o Landing Craft Utility (LCU) encargado por la Fuerza de Autodefensa Terrestre de Japón o Japan Ground Self-Defense Force (JGSDF). El nuevo buque de transporte/anfibio, que ha recibido el nombre de “Amatsusora” (con el número de casco 4152), fue botado al océano Pacífico en una ceremonia celebrada en el astillero Setoda de Naikai Zosen Corporation, en Onomichi, prefectura de Hiroshima. Está previsto que el LCU “Amatsusora” entre en servicio a finales de este año fiscal.
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Momento del inicio físico de la botadura “Amatsusora” en los astilleros Setoda. (Foto Ministerio de Defensa de Japón)
Capacidades de la clase “Nihonbare”
La botadura se produce un año después de que el 29 de octubre de 2024, en el mismo escenario, se realizase la del navío que da nombre a esta clase, el “Nihonbare” (4151). Estos LCU tienen 80 metros de eslora, un calado de 3 metros y un desplazamiento estándar de unas 2.400 toneladas. Cuentan con una dotación de unas 30 personas. Su capacidad de transporte le permite tanto llevar una docena de vehículos, incluidos carros de combate, en un rol incluso de asalto anfibio, como otros tantos contenedores de 20 pies (unos 6,10 metros). Puede alcanzar una velocidad máxima de al menos 15 nudos (unos 28,8 km/h).
Las LCU son unas embarcaciones anfibias diseñadas para transportar tropas, vehículos y equipos directamente desde los navíos hasta la costa, y desempeñan un papel crucial en operaciones en las que no se dispone de puertos tradicionales o en zonas en disputa o de combate. Con un diseño de fondo plano, las LCU están construidas para desembarcar su carga mediante varada y cuentan con una amplia zona de carga abierta equipada con una rampa frontal para facilitar la rápida descarga de vehículos y personal. La clase Nihonbare tiene dicha capacidad de varada, lo que le permite atracar y abandonar muelles o zonas arenosas, y cargar y descargar vehículos y suministros directamente desde la gran rampa sita en la proa. El coste de construcción unitaria es de unos 4.100 millones de yenes (unos 24,8 millones de dólares).
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Vista frontal del LCU “Amatsusora”. (Foto Ministerio de Defensa de Japón)
Japón está reforzando su capacidad de transporte naval para desplegar tropas y transportar combustible, municiones, suministros y vehículos a las bases de primera línea, aumentando mucho su capacidad de despliegue ante un posible conflicto. Desde el país, siempre recalcando la posición defensiva, se reitera que dicho rol se realizará especialmente en la cadena de islas Nansei, al suroeste del país, que abarca unos 1.200 km desde Kagoshima hasta Okinawa, extendiéndose hacia el suroeste en dirección a Taiwán. La cadena incluye las disputadas islas Senkaku/Diaoyu, controladas por Japón, pero también reclamadas por China y Taiwán.
Para ello, el Ministerio de Defensa nipón está creando lo que se designa provisionalmente como Grupo de Transporte Marítimo de las JMSDF (Japan Maritime Self-Defense Force / Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón ), una unidad conjunta de las Fuerzas de Autodefensa Terrestre, Marítima y Aérea, que se estableció en la base de Kure de las JMSDF la pasada primavera. El número inicial de miembros de la unidad es de unos 100 efectivos, según publicó con ocasión de la botadura del “Nihonbare” el Ministerio de Defensa de Japón.
Lo previsto es que este Grupo de Transporte Marítimo de las JMSDF cuente con diez buques de transporte operativos a finales de marzo de 2028, de los que: 4 son LCU de dicha clase Nihonbare, 2 buques de transporte de tamaño medio con un desplazamiento estándar de más de 3.500 toneladas y 4 buques de apoyo a las maniobras o MSV (Mooring Launch Vessel). (Julio Maiz)







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