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Los “dinosaurios” navales de la clase Ticonderoga van desapareciendo de los mares

El crucero USS “Mobile Bay”, que acaba de ser retirado. (foto US Navy)

Tras 36 años de servicio, la Armada de los Estados Unidos ha dado de baja su crucero portador de misiles guiados clase Ticonderoga USS “Mobile Bay” (CG 53), estos “dinosaurios”, que aseguraron su poder naval durante décadas, van desapareciendo de los mares.

El de momento pase a la reserva o Reserve Fleet del crucero es la fase previa a su baja definitiva y desguace o destrucción (como blanco naval) en unas maniobras. Previamente se producía una ceremonia oficial, el pasado 10 de agosto, en la base naval de San Diego (California), que puso punto final a la destacada trayectoria de más de tres décadas de este navío de la Marina de los Estados Unidos o US Navy.

La entrada en servicio de los Ticonderoga durante los años ochenta del pasado siglo significó un gran salto adelante en la capacidad de escolta de la US Navy, en especial de sus todopoderosos grupos de combate de portaaviones o Carrier Strike Group (CSG). Estos cruceros fueron los primeros navíos del mundo que portaban el sistema de combate Aegis de la firma Lockheed Martin, que incluye el radar de 3D AN/SPY-1, que ha permitido a las todopoderosa US Navy mantener la supremacía en el campo de defensa antiaérea hasta el momento.

Como se adelantó a finales del pasado mes de marzo, el USS “Mobile Bay” es uno de los cinco cruceros de la clase Ticonderoga que la US Navy había confirmado que daría de baja en la presentación del presupuesto para el Año Fiscal 2022. Hasta la fecha, del total de 27 cruceros de esta clase construidos y entregados a la US Navy entre 1983 y 1994 un total de 11 han sido dados de baja, estando prevista la del último de la clase en 2027.

Otra imagen del crucero USS “Mobile Bay”, desplazaba unas 9.500 toneladas. (foto US Navy)

La decisión más que a la antigüedad media de toda la flota activa de cruceros, la cual alcanza los 35 años aproximadamente, se debe a que los estudios para modernizar y extender la vida útil de algunas de las unidades más modernas de la clase, se demuestra extremadamente costosa. A estas circunstancias, se suman los altos costes de mantenimiento de estos navíos, dado que se elevan a entre el 175% y 200% por encima de lo estimado originalmente.

Además, la US Navy se está concentrando a asignar fondos y recursos para encargar la compra y construcción de nuevos destructores de la clase Arleigh Burke de su versión más moderna, la Flight III, los cuales ocuparán el hueco dejado atrás por los Ticonderoga, brindando protección y defensa aérea a los citados CSG encabezados por portaaviones de propulsión nuclear.

Recientemente fue confirmado que 10 nuevos de estos navíos de escolta serán construidos por General Dynamics Bath Iron Works y Huntington Ingalls Industries (HII) durante los próximos 5 años; mientras que, en junio de este año, la US Navy recibió el primer buque de la citada nueva variante Flight III, el “Jack H. Lucas” (DDG-125).

En concreto el USS “Mobile Bay” (CG 53) fue construido por el citado astillero Ingalls Shipbuilding en Pensacola (Florida), entró en servicio en la US Navy el 21 de febrero de 1987. En su largo historial operativo destaca la participación en la evacuación de la Embajada de los Estados Unidos en Beirut (Líbano); el lanzamiento de misiles de crucero Tomahawk durante la operación Tormenta del Desierto en 1991 en el marco de la liberación de Kuwait; en 2003 participó en la operación de toma de Irak; y el apoyo a la evacuación de damnificados por la erupción del volcán del monte Pinatubo en Filipinas. (Julio Maíz)


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