¿Desea recibir notificaciones de www.defensa.com?
X
Viernes, 29 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Demos una oportunidad a la vida, demos una oportunidad al Radar COVID

Como ciudadanos debemos dar una oportunidad a la APP Radar COVID para que nos ayude a contener la actual pandemia global provocada por el virus  SARS-CoV-2.

Muchas son las noticias publicadas acerca de las aplicaciones de rastreo de contagios, entre las que se encuentra Radar COVID, a favor y en contra, alabando sus virtudes o demonizando su uso por suponer una intromisión en la vida de los ciudadanos. Lo cierto es que el arte actual de las tecnologías de la información y la comunicación pone en nuestras manos herramientas que la humanidad no tenía hace un siglo cuando otra pandemia azotó el planeta. ¿Sería inteligente no utilizar ni valernos de esta tecnología y las herramientas que nos ofrece?

Técnicamente podemos definirla como “una aplicación para dispositivos móviles de rastreo y comunicación de contagios”, herramienta informática adoptada en España, siguiendo las Recomendaciones de la E.U. dentro de las medidas técnicas  para ayudar a reducir la propagación del contagio de la COVID-19.

Podemos distinguir entre aplicaciones de rastreo centralizadas y descentralizas, la principal diferencia radica en dónde se ejecutan y analizan los algoritmos para decidir a qué dispositivos enviar las alertas de posible contagio. Estas alertas no utilizan números de teléfono, sólo códigos. En las descentralizadas son los dispositivos móviles de cada usuario los que generan los avisos. Radar COVID es descentralizada, como la mayoría de las soluciones nacionales adoptadas por el resto de Europa. Además se ha desarrollado una pasarela europea con todas estas aplicaciones particulares de cada Estado miembro de manera que puedan comunicarse entre ellas, sin necesidad de ir cambiando de aplicación a medida que se va cambiado de país en los casos de movilidad permitida.

España ha optado por la solución más respetuosa con la privacidad, el modelo descentralizado, aplicando los principios rectores de la actual normativa de protección de datos, entre ellos, el denominado “privacidad por defecto y por diseño”, PbD por sus siglas en inglés. Se ha implementando mediante la Interfaz de Programación de Aplicaciones (API) de Google y Apple (se unieron para contribuir  a mitigar los efectos de la pandemia para llegar al máximo número posible de móviles) y el protocolo desarrollado en la iniciativa  DP-3T (Decentralized Privacy-Preserving Proximity Tracing), que usa un sistema de señalización mediante Bluetooth para emitir continuamente cadenas de caracteres aleatorios preservando la privacidad. DP-3T ha sido impulsada por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza), liderados por la ingeniera española Carmela Troncoso.

Sin embargo, frente a esta visión técnica, cobra mayor transcendencia la visión social de la misma, razón por la cual la definiría como una aplicación solidaria “que ayuda a la comunidad”, que ayuda a salvar vidas. Radar COVID salva vidas en plural: la nuestra, la de nuestros allegados, la de aquella persona que compartió unos minutos sin saber que se había expuesto al virus letal, y nos salva al notificar de manera rápida y anónima las posibles exposiciones con una persona contagiada con el virus SARS-CoV-2. La aplicación garantiza nuestro anonimato a la vez que nos protege.

Estamos en una situación de crisis en la que el acortar los tiempos de respuesta para contener y mitigar el impacto del patógeno, desencadenante de la misma, es fundamental y principal clave del éxito en su gestión. Radar COVID, contribuye a reducir ese tiempo, alertando de posibles exposiciones incluso antes de la respuesta del rastreador, complementando la función de éste.

Pongamos un ejemplo:

Una persona utiliza diariamente un medio de trasporte público durante más de 15 minutos. Suponemos que comparte ese transporte con otras personas y que un alto porcentaje de ellas llevan instalada y activada Radar COVID.  Si una de las personas diera  positivo en coronavirus y activara el código en la aplicación, su teléfono avisaría,  de forma anónima, a todos los usuarios que hubieran compartido trayecto en los últimos 14 días con la APP activa, aunque sólo hayan compartido un día de viaje. La alerta de “posible contacto de riesgo” es inmediata una vez que el viajero  positivo ha introducido el código proporcionado por la autoridad sanitaria competente y validado por la Radar COVID.

Los viajeros sin la APP no se enterarían del posible contagio al no recibir el aviso enviado por el teléfono de la persona positivo en coronavirus.

La validez de la aplicación en la rapidez de comunicación y número de notificaciones enviadas quedó demostrada en el proyecto piloto realizado en la Gomera antes de su implantación, que confirmó su eficacia y ayuda al rastreo manual.

Un interesante artículo de Patrick Howell O´Neill en la prestigiosa revista Technology Review del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), aclaraba que incluso con el uso de un 10% o de un 20% de la población ya se ayudaría no a erradicar, pero sí a frenar los contagios. Y esta efectividad puede irse adquiriendo de manera paulatina, por núcleos de población, por barrios, por ciudades, por comunidades....... No nos protegeremos por nosotros mismos, sino por lo que hacemos todos con todos.

Como otras tantas veces falla la comunicación a la hora de explicar qué  es, qué beneficios aporta,  cuál es su uso y a quiénes implica.  Se debería intentar hacer una campaña informativa, en la que intervinieran distintos perfiles de profesionales, para disipar aquellas dudas que el ciudadano pueda haberse planteado y que le disuaden de hacer uso de Radar COVID.

Tenemos instaladas en los móviles aplicaciones de uso personal que son mucho más intrusivas para la privacidad que el Radar COVID y que las mantenemos instaladas en nuestros dispositivos sin cuestionarnos nada.


Copyright © Grupo Edefa S.A. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.