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Kaibil a la caza del narcotráfico en Guatemala

(Revista Defensa nº 370, febrero 2009)

En septiembre de 2008 se reactivó la base militar en Puerto Barrios, antigua guarnición de la Zona Militar 6 de Izabal. Esas instalaciones habían sido abandonadas hacía cinco años bajo un plan de reducción del Ejército, basado en los acuerdos de paz de 1996. Fuentes estatales indican que la desactivación de dicha base se derivó de la pérdida del control territorial de la zona y es que, en general, los problemas de seguridad interna en Guatemala han alcanzado enormes proporciones, culminando en el descubrimiento de implementos de espionaje dentro de las mismas oficinas del presidente Colom y su conexión con el crimen organizado.

El asunto del escándalo de espionaje se dice que está ligado a la supresión  en los últimos años del Estado Mayor Presidencial y del Comando de Guardia Presidencial. Este último, élite del Ejército, surge de la 1ª Compañía de Fusileros, establecida durante la II Guerra Mundial. En 1996, bajo el Gobierno de Álvaro Arzú, se había establecido el Pelotón Especial Otonka, a cargo de la seguridad de la Casa Presidencial y los accesos al despacho del mandatario. Continuaría operando como tal, transformado en Compañía, después que se desmovilizara la Guardia del Palacio, el 24 de enero de 1998, y se le agregaron dos pelotones de honores en 2003. Pero todo acabó con la desactivación de las tareas de seguridad presidencial por parte de los militares. A su llegada, Colom delegó ésta en allegados suyos. Ahora se ve forzado a recurrir nuevamente al Ejército, después de aceptar la renuncia de Carlos Quin­tanilla, jefe de seguridad de Casa Presi­dencial, y la de Gustavo Solano, secretario de Asuntos Estra­tégicos.

En su momento, el jefe del Servicio de Análisis e Información Antinarcótica (SAIA) de Guatemala, Pedro García Tobar, aseguró que la presión ejercida por las fuerzas mexicanas sobre los cárteles de drogas había forzado a los sicarios a buscar nuevos territorios en Centro­américa. Así se detectó la presencia de elementos del grupo criminal Zeta y operativos de los grupos de Joaquín Guzmán Loera (El Chapo), con nexos al Cártel de Sayaxché y operaciones en Zacapa e Izabal, en Guatemala, así como en Santa Rosa, San Pedro Sula y hasta en Puerto Castilla, en Honduras. El portavoz de la Policía Nacional Civil, comisionado Faustino Sánchez, confirmó que los zetas se desplazaban en grupos de 30, 40 y hasta 50 individuos bien apertrechados, con armas de guerra, que han pretendido apoderarse de la ruta oriental de tráfico de cocaína en Petén, Huehuetenango, Alta Verapaz, Izabal y Baja Verapaz.

La presencia y actividades de los mexicanos en Guatemala preocupan, debido a los duros enfrentamientos que se han dado en los últimos tiempos por el control del tráfico ilegal. En Guatemala, el Cártel de Sayaché opera en el municipio del mismo nombre, localizado al Norte del país, incluyendo Alta Verapaz y Petén. El Cártel Luciano, con lazos con el mexicano de Sinaloa, opera en la costa Sur y altiplano occidental. La capacidad del Cártel de Zacapa se debilitó con la extradición de su líder, Arnoldo Vargas, a los Estados Unidos, pero continúa el contrabando desde Honduras y El Salvador. El Cártel de Santa Rosa, conocido también como el de Taxisco, opera desde Santa Rosa y Jutiapa, recibiendo sus cargas por mar. El balance territorial de los cárteles guatemaltecos ha sido amenazado por la presencia y operación de los mexicanos, resultando en verdaderos baños de sangre. 

Las fuerzas de seguridad manifiestan que carecen de las tácticas, equipos y estrategias necesarias para hacerles frente. Como resultado, a mediados de 2008, el Gobierno de Guatemala anunció la continuación de su programa de modernización de las Fuerzas Armadas y su intención de aumentarlas de los actuales 15.500 efectivos a 25.000 y, posiblemente, 30.000 (como se dijo a principios del 2008). Se añadieron 3.511.852 dólares al presupuesto de Defensa de 170.865.128 dólares de 2008 y se solicitó uno de 297.156.745 para 2009. Es así como esas instalaciones, previamente utilizadas por los efectivos de la Zona Militar 6, serían ocupadas por la Brigada de Fuerzas Especiales Kaibil.  Antes de su llegada, el departamento se catalogaba como uno de los de mayor tráfico de drogas del país, donde la Policía Nacional Civil contaba con sólo 200 elementos, mientras se dice que el cártel de la familia Lorenzana tiene una fuerza de 800 hombres bien armados en la zona.

Kaibiles

Mientras la situación de seguridad interna se desplomaba después del Tratado de Paz de 1996, el Ejército se preocupaba por mantener ciertas capacidades operacionales y emprendió exitosamente misiones internacionales bajo el manto de los cascos azules. Así desplazó una misión al Congo (MONUC) y, poco después, un contingente de tropas, como parte de la Misión de las Naciones Unidas, para la Estabilización de la República de Haití (MINUSTAH).   

foto: Un kaibil francotirador (DIDE)

Manifestaba recientemente Francisco Bel­tra­ne­na a la prensa guatemalteca(2) que las Naciones Unidas empleaban sólo dos fuerzas especiales en sus despliegues en África: los kaibiles y unidades de elite británicas. De acuerdo al ministro de Defensa del país centroamericano de esos días, general Jorge Bermúdez, su contingente era el único de los cincuenta ejércitos extranjeros de la MONUC que encabezaba los operativos ofensivos contra las guerrillas en el Parque Garamba, un triángulo fronterizo con Uganda y Sudán. Serían los kaibiles los que eficientemente habrían limpiado los campamentos y bases de milicianos a lo largo de la frontera en el Congo y sus operaciones peligrosas salían a la luz mundial el 22 de diciembre del 2005, cuando se les dio oficialmente la orden de reconocer el terreno donde se había reportado la presencia de elementos del Ejército de Resistencia del Señor, o LRA (Lord’s Ressistance Army), uno de los siete grupos guerrilleros que operan en el Noreste.

Otros informes(3) indicaban que a la patrulla de 74 comandos guatemaltecos, del contingente de 105 kaibiles que formaban parte de MONUC, se le asignó en realidad la captura de Vincent Otti, uno de los dos dirigentes del LRA, buscado por el Tribunal Internacional por crímenes contra la humanidad. De acuerdo a otras fuentes, la localización de Otti fue suministrada por dos operativos de inteligencia británicos. Lo que no se disputa es que, a su llegada al lugar, los guatemaltecos fueron emboscados por fuerzas superiores, calculadas en 200 guerrilleros, del LRA ugandés.  El combate de cuatro horas dejaría ocho kaibiles muertos, con otros cinco heridos, frente a quince bajas por parte del LRA.  Dos de los guatemaltecos aparentemente fueron decapitados por el enemigo.

Hemos tenido contacto desde hace mucho tiempo con estos aguerridos operadores, y podemos afirmar, que efectivamente, los kaibiles son los mejores luchadores de selva de la región. Nos familiarizamos con ellos en su sede original, el Monasterio de Poptún, en Petén.  Allí aprendimos que Kaibil y astucia, iniciativa, bravura, inteligencia y liderazgo constituyen la misma cosa. De acuerdo al coronel Jorge Ortega, portavoz del Ejército, la nueva ubicación en Izabal permitirá a los comandos operar efectivamente, dándoles una capacidad de reacción por aire, tierra, mar, o lacustre. 

Fuerzas Especiales

El 1 de diciembre de 1966 se establece la compañía de Fuerzas Especiales guatemalteca, después de su entrenamiento en la Escuela de las Américas en la Zona del Canal de Panamá. Esta unidad tuvo su sede inicial en el Agrupa­miento Táctico de Los Cipresales, en la Zona 6 de la capital. Posteriormente, se trasladó a la Base Militar de Tropas Paracai­distas Gene­ral Felipe Cruz y se integró como 3ª Compañía Flecha de Fusileros Paracaidistas. 

Los kaibiles se remontan al curso de técnicas de supervivencia en la jungla. El 4 de diciembre de 1974, el general Fernando Romeo Lucas García recomendó en la nota oficial No. 3-L-0011-42 la creación de una unidad de lucha especial de Infantería ligera. La Escuela de Comandos fue establecida en enero de 1975 en El Infierno, municipalidad de La Pólvora (Melchor de Mencos, Petén), y así, a partir de marzo de ese mismo año se abre el curso a los cadetes de la Academia Militar Nacional (Escuela Politécnica) y, oficialmente, la Escuela de Adiestramiento y Operaciones Especiales Kaibil se estrena el 5 de marzo de 1975. El Kaibil pasa a denominar a los operadores graduados del curso de 3 meses de supervivencia. La boina morada será el distintivo particular de los kaibiles con la Orden 12-75.

foto: Interesante modificación a un Toyota guatemalteco (foto DIDE).

Pero la compañía de entrenamiento, de por sí una formidable unidad coherente de especialistas, es enviada en varias ocasiones a entablar combate en apoyo a otras y es utilizada como fuerza de reacción. Como esto ocasionaba una interrupción del curso, para evitarlo es reforzada con una segunda formación, estableciéndose con ambas el 1º y 2º grupos Kaibil. En enero 1989, bajo el Instructivo 3-800001 firmado por el general Manuel Antonio Callejas y Callejas, se dicta que el Centro de Entrenamiento y de Operaciones Especiales Kaibil sea transferido del Infierno a la antigua sede de la Zona Militar 23, en Poptún. El 29 de enero de 1990, el general Héctor Alejandro Gramajo Morales reorganiza a los kaibiles y pasa a ser sede de la Escuela, la de Galonistas Profesionales, la Compañía Kaibil de Apoyo y Servicios, el 1er Batallón de la Reserva Estratégica de Infantería y la Unidad Kaibil de Operaciones Especiales. Esta última quedó organizada en los dos grupos. En 1997, la Unidad Kaibil recibe dos compañías adicionales y, así, el 1º y 2º grupos de Operaciones Especiales se destinan a actuaciones estratégicas de reconocimiento de alcance, ataque de comandos, y clandestinas dictadas por el Estado Mayor, mientras que las dos compañías están disponibles para tareas tácticas y como fuerzas de reacción, directamente en apoyo a las otras unidades. 

El primer entrenamiento de circuito cerrado toma forma en 1999, recibiendo asistencia por parte de asesores israelíes y estadounidenses. El 1 de octubre de 2003 se crea el Pelotón Contraterrorista, especializado en operaciones de combate urbano, rescate de rehenes, contra el narcotráfico y crimen organizado en general. Los comandos CT son todos kaibiles calificados en las operaciones típicas de selva y montaña. Estos aguerridos soldados son mundialmente conocidos por su experiencia y habilidad para combatir en condiciones adversas.

Al momento de su llegada a Izabal, la Briga­da se había reconstituido con un Estado Mayor, un Batallón Kaibil de FE y una Dirección de Escuelas (Kaibil y Contrate­rro­rista). El Batallón de Fuerzas Especiales está integrado por la 1ª y 2ª Compañías de Fuerzas Espe­ciales, el Pelotón Contraterrorista (CT) y una Compañía de Fusileros. El Pelotón CT en realidad lo constituye toda una Compañía de Comandos (160 hombres). Expresaba el ministro de Defensa, general Marco Tulio García, que la reubicación de los kaibiles en Puerto Barrios era un importante paso para rescatar el Departamento de Izabal y es el principio de la recuperación de todo el territorio nacional. Con ello se reactivarían otras varias guarniciones en el país, y particularmente las bases militares en zonas fronterizas de las regiones occidental y norteña.

Armas

Hasta hace poco, los kaibiles, al igual que el Ejército, sólo contaban con implementos viejos. Esta falta de medios hizo que saliera al paso la industria de armamento local, que ha contribuido efectivamente a través de los años con la modificación y fabricación de los equipos necesarios. Entre otras cosas, el Servicio de Material de Guerra emprendió la fabricación y modificación, en 1984, del mortero SMG V-1 de 60 mm., además se fabricaron cunas para la ametralladora MAG y la M1919 y sus pedestales. También se desarrolló el fusil KEL, una modificación nacional del Galil con un cañón de 25 pulgadas de largo y 7,62 mm. y sin selector de tiro. Su denominación se le da en honor al general Kjell Eugenio Laugerud García, quien ordenó las primeras unidades de unos 1.500 ejemplares. El nombre de KEL se aplicaría a todos los Galil en Guatemala. En 1994 se modificó el fusil a una versión guatemalteca de mini-Galil y también se nos presentó una versión similar usando el AKM como punto de partida. En 1996 se adaptaron los primeros 72 lanzagranadas M203 a los Galil.

Cuando les visitamos en Petén, los Kaibiles nos expresaron su preferencia por el KEL como arma de combate. Cuando llegaron a Izabal los comandos recibieron equipos valorado en 994.057,4 dólares, que incluía los primeros 223 fusiles Tavor CTAR, 37 TAR, 64 STAR, un número indeterminado de GTAR, 8 ametralladoras Negev y 8 Galil SR-99, además de nuevos uniformes en camuflaje pixelado similares al Marpat de Canadá.

Notas:

(1) Documentación provista por el Ministerio de Defensa de Guatemala.

(2) http://www.prensalibre.com/pl/2005/diciembre/ 04/129336.html

(3) http://www.prensalibre.com/pl/2006/enero/29/

 

Revista Defensa nº 370, febrero 2009, Julio Montes


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