
La empresa francesa Dassault Aviation espera la pronta resolución de este contrato que se demora una y otra vez, esperando que la inyección de fondos procedentes de la India sirvan para continuar con el desarrollo del Rafale y hacerlo así más atractivo para potenciales clientes y aumentar las prestaciones de los aparatos del cliente lanzador, el Ejército del Aire francés.
Francia tradicionalmente ha asumido en solitario el desarrollo de sus aviones de combate, caso del Rafale, a diferencia de programas multinacionales como el Typhoon de Eurofighter o el JSF de Lockheed Martin. Estos programas han contado con varios socios, si bien las diferencias entre estos así como la existencia de diferentes versiones o el reparto de carga de trabajo entre los socios no ha sido una garantía de éxito financiero y comercial de los aviones.
Preocupante es el caso del Tyhpoon del consorcio europeo Eurofighter ya que de los cuatro países lanzadores del programa, dos participan también en el programa estadounidense (Reino Unido e Italia), además de que entre los cuatro clientes existe la intención anunciada de vender parte de los aviones ya adquiridos de las primeras versiones, sin que esto suponga la compra de unidades adicionales de las nuevas versiones o tranches. Además los países que lo emplean actualmente ponen cada vez más reticencias a destinar fondos al desarrollo de nuevas capacidades, lo que ha hecho que el avión aún no haya alcanzado su total potencial y sea principalmente un avión de superioridad aérea con limitada capacidad de ataque a superficie. (J.N.G.)




