La decisión sobre el programa de submarinos para reemplazar a los Collins, se espera en breve después de que el Ministerio de Defensa hubiera solicitado a los candidatos presupuestos en los que contemplan la construcción en Australia, en el país de origen o compartiendo la fabricación. El ministro de Defensa Kevin Andrews acompañó a Abbot en la rueda de prensa y anunció que los planes de renovación de la Royal Australian Navy ascenderán a 65.000 millones de dólares (estadounidenses) y se extenderán durante las próximas dos décadas. La construcción de las fragatas que reemplazarán a las actuales ANZAC dará comienzo previsiblemente en 2.020 y el de reemplazo de los patrulleros clase Armidale en 2018.
Un programa histórico

Las reacciones no se han hecho esperar y una empresa interesada en el proceso como es BAE Systems ya ha solicitado al gobierno australiano que le informe del papel que van a jugar otros astilleros del país. BAE Systems dispone de instalaciones en Willianstown donde ha ensamblado los buques anfibios de diseño español y donde construye bloques para los destructores AWD que luego ASC ensambla en Adelaida. En esas mismas instalaciones se construyeron las fragatas de la clase ANZAC que en breve serán reemplazadas y en las que BAE Systems quiere tomar parte, igual que Navantia.
El trasfondo del asunto sigue siendo el futuro del propio astillero ASC, para el que el Gobierno australiano encargó varias auditorías y sobre el que tendría la intención de privatizarlo total o parcialmente, abriendo la puerta a astilleros australianos como Austal Ltd. o la propia BAE Systems. La inyección de dinero público y la carga de trabajo asegurada supondrían un atractivo para cualquier posible inversor. Muy posiblemente la decisión sobre el programa de submarinos determine el futuro de los astilleros en relación a la creación de algún tipo de alianza industrial. (J.N.G.)