Este salto tecnológico cambia las reglas del juego en la región y obliga a los planificadores militares de los países vecinos, incluida España, a reevaluar el panorama de la inteligencia. Este análisis examina las especificaciones técnicas de los nuevos sistemas, sus posibles aplicaciones operativas y sus implicaciones estratégicas para la región.
La primera generación: El establecimiento con los satélites Mohammed VI-A y Mohammed VI-B
El lanzamiento de los satélites "Mohammed VI-A" en 2017 y "Mohammed VI-B" en 2018 marcó un punto de inflexión, un ambicioso comienzo en el programa espacial militar de Marruecos. Estos dos satélites, destinados principalmente a misiones de observación y vigilancia de la Tierra, fueron desarrollados fruto de una estrecha cooperación con los líderes de la industria espacial europea, las empresas "Thales Alenia Space" como contratista principal y "Airbus Defence and Space" como subcontratista, con un coste total estimado en unos 500 millones de euros.
Los dos satélites, que operan desde una órbita heliosíncrona a una altitud de aproximadamente 640 kilómetros, se caracterizan por sus capacidades de imagen óptica de alta resolución, ya que pueden capturar imágenes con una resolución espacial de hasta 50 centímetros en modo pancromático (blanco y negro) y de unos 2 metros en modo multiespectral. Esta resolución permite distinguir detalles importantes en el terreno y capturar cientos de imágenes diarias, proporcionando una cobertura amplia y continua de las zonas de interés.
Aunque los objetivos declarados de su puesta en órbita incluían un amplio espectro de aplicaciones civiles vitales, sus usos militares y de seguridad tienen un peso estratégico de suma importancia. Estas capacidades contribuyen eficazmente a reforzar la seguridad nacional a través de varios ejes integrados. Desempeñan un papel fundamental en la vigilancia de las vastas fronteras terrestres y marítimas del Reino, permitiendo la detección de cualquier movimiento inusual o intento de infiltración.
También son una herramienta vital en la lucha contra el terrorismo y las redes criminales, mediante el seguimiento de las rutas de contrabando, ya sea de armas, drogas o personas, y la localización de posibles grupos extremistas. Además, estos satélites son una fuente principal para la recopilación de inteligencia, ya que vigilan movimientos y actividades de importancia militar, especialmente en el tenso contexto regional, y proporcionan datos precisos para apoyar la toma de decisiones estratégicas al más alto nivel.
Las imágenes de los satélites se reciben, procesan y analizan a través de una avanzada estación principal de control en tierra situada cerca del aeropuerto de Rabat-Salé, además de otras estaciones secundarias. Con el fin de su vida útil operativa teórica acercándose, la actualización de estas capacidades se ha convertido en una necesidad urgente.
Salto tecnológico: los satélites israelíes "Ofek 13", la era de la inteligencia por radar
La firma por parte de Marruecos de un acuerdo con Israel Aerospace Industries (IAI), cuyos detalles finales se cerraron en junio de 2024, por un valor reportado de cerca de mil millones de dólares estadounidenses, para la adquisición de dos satélites avanzados de reconocimiento militar basados en la plataforma "Ofek 13", representa un punto de inflexión estratégico.
Se espera que sean entregados en un plazo de cinco años (es decir, para 2029-2030), para reemplazar a la primera generación de satélites Mohammed VI e inaugurar una nueva era de capacidades de vigilancia e inteligencia espacial para el Marruecos. El satélite israelí original "Ofek 13", lanzado con éxito en marzo de 2023, es el más reciente y avanzado de la conocida serie de satélites de reconocimiento israelíes "Ofek". Es operado por la unidad de élite 9900, una unidad de Inteligencia especializada dentro de la Dirección de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel, lo que refleja la naturaleza sensible de estos sistemas.
Los satélites que adquirirá Marruecos, basados en la plataforma "Ofek 13", se distinguen por características técnicas avanzadas, que superan radicalmente las capacidades de los ópticos Mohammed VI. En términos de masa y órbita, la masa seca del satélite se estima en unos 350 kilogramos, lo que lo hace relativamente ágil. Se colocará en una órbita terrestre baja retrógrada (LERO) a una altitud de entre 400 y 600 kilómetros, con un periodo orbital de unos 90 minutos. Este tipo de órbita, caracterizada por un lanzamiento hacia el oeste en contra de la rotación de la Tierra, puede proporcionar excelentes tiempos de revisita sobre las regiones del norte de África y el Sahel, permitiendo varios pases sobre la misma área diariamente.
La ventaja revolucionaria de esta plataforma reside en sus sensores de Radar de Apertura Sintética (SAR). A diferencia de los satélites ópticos, que dependen de la captura de la luz reflejada, esta tecnología funciona de forma activa emitiendo pulsos electromagnéticos precisos hacia la Tierra y recibiendo sus ecos de retorno. Mediante el análisis de las características de estos ecos, se generan imágenes detalladas. La genialidad del SAR radica en simular una antena de radar muy grande utilizando una antena física pequeña, procesando los datos recogidos durante el rápido movimiento del satélite en su órbita, lo que produce imágenes de altísima resolución.
Radar de Apertura Sintética
La tecnología SAR otorga al satélite capacidades de penetración e imagen sin precedentes. Las microondas del radar penetran las nubes, la niebla, el humo y la lluvia, garantizando el funcionamiento en todas las condiciones meteorológicas. Como el radar proporciona su propia fuente de iluminación, es capaz de operar de día y de noche con la misma eficacia. Sus ondas también pueden penetrar la vegetación seca y el suelo seco en diversos grados, lo que puede ayudar a detectar objetos o actividades camufladas.
Además, el radar responde a las propiedades físicas de las superficies, como la rugosidad y el contenido de agua, lo que permite distinguir diferentes tipos de terrenos y materiales. La resolución de imagen de la plataforma "Ofek 13" alcanza los 0,5 metros, una resolución que iguala y en algunos aspectos supera a la de los satélites ópticos, y permite la identificación y clasificación de detalles muy finos como tipos de vehículos militares e infraestructuras sensibles.
La plataforma también incluye capacidades operativas ampliadas y modos de imagen avanzados. Utilizando la tecnología de iluminación lateral (SLSAR), se puede mejorar la discriminación de los rasgos del terreno. Más importante aún, técnicas como la interferometría de radar (InSAR) permiten la creación de modelos digitales de elevación (DEMs) tridimensionales con una precisión excepcional, que son esenciales para la planificación militar y la detección de cambios sutiles en la elevación del terreno que podrían indicar actividades subterráneas como la excavación de túneles.
Además, la tecnología de detección de cambios (CCD), mediante la comparación de múltiples imágenes del mismo lugar, es capaz de detectar los cambios más sutiles, como las huellas de vehículos o la construcción de nuevas estructuras. Todas estas capacidades requieren una sólida infraestructura terrestre para el procesamiento de datos y personal altamente cualificado, lo que se espera desarrollar como parte del acuerdo y a través de los crecientes entrenamientos entre los ejércitos marroquí e israelí.
¿Cómo empleará Marruecos las capacidades avanzadas del "Ofek 13"?
La adquisición por parte de Marruecos de satélites SAR con estas especificaciones representará un salto cualitativo en sus capacidades de inteligencia y operativas. Esta tecnología proporcionará un dominio de la información en la vigilancia de fronteras vastas y complejas. La capacidad del SAR para operar en todas las condiciones meteorológicas y en la oscuridad permitirá una vigilancia casi continua de las fronteras terrestres con Argelia y la zona de amortiguación en el Sáhara Occidental, detectando cualquier movimiento de vehículos o actividad militar con alta precisión.

Imagen satelital SAR de la base aérea de Aïn Oussera (Argelia)
En el ámbito marítimo, mejorará la capacidad de detectar y rastrear buques sospechosos y combatir el contrabando y la inmigración ilegal. También fortalecerá los esfuerzos de lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, mediante el seguimiento de los movimientos de grupos terroristas y redes de contrabando en zonas remotas y difíciles como la región del Sahel, y la identificación de infraestructuras sospechosas como campos de entrenamiento o depósitos de armas, incluso si están camufladas.
A nivel militar, estos satélites representarán una herramienta crucial para el apoyo de inteligencia a las Fuerzas Armadas de Marruecos. Proporcionarán información estratégica y táctica precisa y actualizada sobre el despliegue de posibles fuerzas enemigas, la identificación de objetivos vitales y la evaluación de daños después de cualquier operación militar. Los modelos digitales de elevación (DEMs) contribuirán a la planificación precisa de las operaciones y a evitar emboscadas, y proporcionarán capacidades de alerta temprana contra cualquier movimiento militar inusual. Además, esta tecnología mejorará la capacidad de vigilar la proliferación balística regional y detectar cualquier infraestructura asociada.
El beneficio no se limitará al aspecto militar, sino que se extenderá a aplicaciones civiles estratégicas mejoradas. En el campo de la gestión de desastres, permitirá una evaluación rápida y precisa de los daños causados por inundaciones, terremotos e incendios forestales. En la vigilancia de infraestructuras críticas, puede utilizarse para monitorear la estabilidad de presas y puentes.
Dimensiones geopolíticas y consolidación de la superioridad regional
La decisión de Marruecos de optar por la tecnología avanzada israelí refleja un cambio estratégico en sus alianzas y una profundización de la cooperación en seguridad y defensa con Israel. Esta cooperación suscita la preocupación de Francia y se considera en el contexto de un reposicionamiento de Marruecos lejos de la dependencia tradicional de los socios europeos. A nivel regional, la posesión de estas capacidades por parte de Marruecos ampliará significativamente la brecha tecnológica con sus vecinos, especialmente Argelia, cuyas capacidades satelitales actuales no pueden compararse con las capacidades SAR que proporcionará el nuevo sistema. Esta superioridad cualitativa otorgará a Marruecos una ventaja de inteligencia decisiva y consolidará su posición como una potencia regional influyente.
A pesar del salto cualitativo que representa esta adquisición, surgen varios desafíos que deben tenerse en cuenta. En primer lugar, el elevado coste de casi mil millones de dólares representa una inversión masiva que requiere una justificación continua en términos de retorno estratégico. En segundo lugar, la creación de capacidades humanas y técnicas es crucial, ya que el funcionamiento de estos sistemas complejos y el análisis de sus datos requieren personal marroquí altamente cualificado, algo que se abordará en parte a través de la formación incluida en el acuerdo.
En tercer lugar, la rápida obsolescencia tecnológica en el campo espacial impone la necesidad de planes de actualización futuros para mantener la superioridad. Por último, es importante reconocer que los satélites SAR no reemplazan por completo a los satélites de imágenes ópticas, sino que los complementan, ya que las imágenes ópticas siguen siendo necesarias para la identificación de objetivos con alta precisión.
Conclusión
La adquisición por parte de Marruecos de satélites de reconocimiento por radar no puede considerarse sino como un paso que cambia las reglas del juego para todos sus vecinos. Ya no se trata de una visión estratégica a largo plazo, sino de una realidad operativa tangible que otorga a Rabat una autonomía de inteligencia y una superioridad informativa que antes no poseía. Esta nueva capacidad de vigilancia permanente, independientemente de las circunstancias, plantea un desafío directo que consiste en la necesidad de mantener el equilibrio estratégico. Este movimiento ha demostrado que la inversión en el espacio ya no es una opción, sino una necesidad imperativa para cualquier nación que busque proteger sus intereses frente a vecinos con ambiciones y capacidades crecientes. (Alex Ribeiro)







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