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Jueves, 28 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La tecnología española clave en el éxito de la puesta en órbita del primer satélite espía marroquí

Aunque resulte sorprendente, la tecnología de vanguardia española fue la responsable final de colocar en su órbita correcta al Mohammed VI-A, el primer satélite espía de Marruecos. Enviado al espacio el pasado 8 de noviembre, la plataforma alauí viajó a bordo de Vega, un lanzador europeo de 30 metros de altura y 137 toneladas de peso al despegue repleto de equipamientos con el sello “made  in Spain”. Buena parte de ellos se han fabricado en las factorías que Airbus Defence & Space posee en Barajas y en Tres Cantos, Madrid.

El Mohammed VI-A viajaba al espacio encapsulado en la parte alta de Vega ˗en el interior de una cofia de 2,60 x 7,88 metros˗ y fijado sobre el AVUM (Attitude Vernier Upper Module), una estructura cilíndrica de aluminio de una sola pieza y gran resistencia. En la parte superior del AVUM se encontraba el llamado adaptador de carga útil o PLA. Se trata de un subsistema que fabrica Airbus en su sede española de Barajas y que sirve para sujetar al satélite y evitar que las enormes vibraciones que se producen durante el despegue del cohete lleguen a afectar a los sensores ópticos del Mohammed VI-A y le produzcan daños irreparables.

Con una altura de 29,9 metros y un peso al despegue de 137 toneladas, el despegue y vuelo de Vega estuvo controlado por la electrónica secuencial diseñada, desarrollada y fabricada por la compañía española CRISA ˗propiedad de Airbus˗ que regula, supervisa y acciona o apaga los dispositivos electro-pirotécnicos y las electro-válvulas que garantizan el éxito del vuelo del cohete al espacio exterior. A los 8 minutos 3 segundos del despegue, la electrónica secuencial española disparó el sistema pirotécnico que separaba el AVUM ˗donde permanecía anclada la plataforma marroquí˗ del resto del cohete.

Fijado todavía al AVUM, el Mohammed VI-A navegó por el espacio bajo el impulso del motor de origen ucraniano RD-869 durante 47 minutos y 30 segundos. En ese preciso momento, la electrónica de CRISA activó el sistema de expulsión fabricado por Airbus España y unos impulsores mecánicos empujaron suavemente al satélite y lo colocaron en su órbita final, a unos 694 kilómetros de altura.Todavía en fase de verificación de sus sistemas y sensores de a bordo, el primer satélite de observación marroquí será seguido en 2018 por su gemelo Mohammed VI-B, que ya está fabricado y a la espera de asignación de fecha para su lanzamiento al espacio.

Capaces de aportar imágenes de alta resolución de 0,7 metros de resolución, los 2 Mohammed VI serán de gran ayuda en la lucha del reino alauita contra el yihadismo radical armado, el control de sus extensas fronteras, tanto terrestres (2.362 km.) como marítimas (1.835 km.), la vigilancia de la emigración ilegal y la lucha contra el tráfico de drogas. (Juan Pons)

Fotografías:

·La denominación del primer satélite espía de Marruecos también estuvo enmarcada por el secreto hasta pocas fechas antes del despegue (crédito: Arianespace)

·Satélite instalado sobre el adaptador de carga útil, fabricado por Airbus en su sede española de Barajas (crédito: Arianespace)


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