La Fuerza Terrestre uruguaya recibió 55 unidades a principios de los años 80, siendo su primer cliente mundial, del vehículo Thyssen Henschell 425, Cóndor. Su resistencia y disponibilidad, desplegado en misiones internacionales de paz en Mozambique, Angola y Congo, ha prolongado una y otra vez su vida útil.
Parte de esta adaptabilidad para mantenerlo activo a la modestia de los recursos locales se basa en que la inmensa mayoría de sus componentes son de origen comercial (COTS), algo que también planteaba otro 4 x 4 usado por el Ejército Uruguayo, el Engesa Jararaca.En el caso del Cóndor, básicamente un derivado del Unimog, esto es superlativo, asi como las consecuentes facilidades de mantenimiento.
Por ello, el plan de puesta a punto de algunos ejemplares es básicamente la revitalización de su motor, revisión de sus células, dotandolas de los repuestos que se vayan obteniendo a medida que se restauren, inclusive con el concurso de mecánicos veteranos, a su vez esto comprende que hasta completar el lote de Cóndor que pueda ser reactivado, algunos OT 64 sean dados de alta, aunque para utilizarse brevemente.
A pesar de su prolífica labor internacional, no se prevé que estos TBP vuelvan a salir del país-máxime de acuerdo a las nuevas reglas respecto a la edad de los vehículos que sirvan a la ONU- sino que se destinarán a entrenamiento y a los crecientes patrullajes fronterizos, en función auxiliar, sobre el área limítrofe con Brasil. (Javier Bonilla)
Fotografía: Vehículo Cóndor del Ejército uruguayo.
