Turkish Aerospace Industries (TAI) anunció un importante avance en la puesta en marcha de su novedoso sistema aéreo no tripulado furtivo Anka-III, mostrando las imágenes de una prueba de vuelo reciente que ha marcado un paso crucial en el desarrollo de este sistema no tripulado o Remotely Piloted Aircraft Systems (RPAS).
Las pruebas de vuelo del Anka-III, aeronaves de carácter furtivo o stealth como se definen internacionalmente, se iniciaban el 28 de diciembre de 2023, marcando el último ensayo, según la empresa,“una importante evolución en curso de este ambicioso proyecto”.
TAI ha destacado el rendimiento del Anka-III durante esta fase crítica, en la que replegó con éxito su tren de aterrizaje durante el vuelo, una primicia para esta aeronave. Este RPAS está propulsado por un motor turbofan y desarrollado con recursos locales turcos. Turquía, de hecho, se está convirtiendo en uno de los países más punteros en el desarrollo de UAVs, con sistemas tan eficaces como el Bayraktar TB2, que se ha convertido en un éxito de ventas.
Un RPAS muy capaz
El Anka-III cuenta con capacidades impresionantes para un RPAS. Tiene una velocidad de crucero máxima de cerca de 0,7 Mach, un techo operativo de 40.000 pies (12.192 metros), una capacidad de carga útil de 1.200 kg y una autonomía de 10 horas, todo ello lo posiciona como un actor clave en el campo de los RPAS de combate. Además, comparte la arquitectura de aviónica y la estación de control en tierra con sus predecesores, el Anka y el Anka II, al tiempo que ofrece baja firma al radar, una alta velocidad de tránsito y una capacidad de carga útil (sensores y armamento) considerable.
Diseñado para operaciones tanto en la línea de visión directa como fuera de ella mediante control por satélite, el Anka-III tiene un peso máximo al despegue de 6.500 kg, una velocidad de crucero de 250 nudos (463 km) a 30.000 pies (9.144 metros) y una velocidad máxima de 425 nudos (787 km).
Este logro subraya las crecientes capacidades de Turquía en materia de UAV de combate, lo que refuerza aún más su poderío tecnológico en el ámbito de la defensa. Durante varios años, el país ha realizado importantes inversiones en el desarrollo de su industria de defensa con el objetivo de reducir su dependencia de las importaciones y convertirse en un actor clave en la escena internacional.
Gracias a la estrecha colaboración entre el gobierno, la industria y las instituciones de investigación, Turquía ha logrado crear una base industrial capaz de producir sistemas de armamento avanzados que no sólo satisfacen las necesidades nacionales, sino que también optan con éxito en los exigentes mercados internacionales. (Julio Maíz)