El Departamento de Defensa de los Estados Unidos sigue apostando por obtener tecnologías disruptivas con las que hacer frente a aquellas amenazas y situaciones que se puedan producir en las próximas décadas, intentando con sus inversiones asegurar el éxito en las intervenciones militares de Operaciones Especiales más allá de sus propias fronteras.
Uno de los esfuerzos se refiere a la obtención de plataformas aeronáuticas de cualidades y capacidades únicas. En ese sentido trabaja la Agencia de Proyectos e Investigaciones Avanzadas de Defensa (DARPA, Defense Advanced Research Projects Agency) que tiene a sus desarrolladores conceptuales abordando la obtención de futuros aviones nada convencionales.
Uno de ellos, del que sólo se ha difundido el concepto artístico que ilustra esta noticia, es una plataforma de transporte que se caracteriza por un fuselaje bastante furtivo, una cola de doble timón para obtener mejor control de la maniobrabilidad y un concepto de propulsión que parece romper con lo tradicional.
Del análisis de la imagen de este programa y en relación con este último aspecto, se buscaría una apuesta tecnológica que combinaría distintos tipos de motores. Se sabe que el avión, de carácter táctico y correspondiente a la próxima generación de plataformas de movilidad aérea de Operaciones Especiales de Estados Unidos, tendría que volar a unos 450 nudos, desplazarse a alturas de entre 15.000 y 30.000 pies, y ser capaz de transportar cargas en contenedores de unas 5.000 libras; los requisitos marcan un tiempo de vuelo mínimo de 90 minutos y un alcance de 200 millas náuticas.
Proyecto SPRINT-X
DARPA ha dado a conocer lo que, de momento, designan como SPRINT-X y que podría estar asignado a cometidos tácticos relacionados con el transporte de tropas de Operaciones Especiales. Se buscaría que tuviese una velocidad elevada y la capacidad de operar en lugares donde no haya pistas que favorezcan el despegue y aterrizaje convencional.
Estados Unidos buscará obtener, como ya hemos apuntado, una plataforma especialmente discreta en la que un valor diferenciador sea la configuración de su propulsión. Se observan en el diseño dos tomas de aire a los lados del fuselaje que seguramente alimentarán otras tantas turbinas que servirían para obtener elevadas velocidades y un rango operativo elevado, aunque también podría optarse por ampliarlo con un sistema de repostaje en vuelo.
En este proyecto de DARPA se apuesta por dos motores integrados en el extremo alar, siguiendo la línea iniciada con los V-22 “Osprey”. Frente a estos últimos, parece que serían mucho más compactos y que podrían plegar sus alas en vuelo, pues sólo serían usados, moviéndolos convenientemente a una posición vertical, para las maniobras de aterrizaje y despegue. Podría adoptarse una propulsión híbrida o eléctrica.
De momento, Estados Unidos trabajaría en la fase conceptual inicial en la que solicitan propuestas para diseñarlo y construirlo. Habría unos 100 millones de dólares previstos para las fases iniciales que faciliten conocer si es o no viable este concepto asociado a las Operaciones Especiales. (Octavio Díez Cámara)





