De acuerdo con la información publicada por el Departamento de Defensa, por primera vez en la historia, aviones de combate F-35C Lightning II de la Marina de Estados Unidos han operado desde la isla de Iwo Jima, donde se libró una de las más duras batallas de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico.
El despliegue, entre los pasado días 19 y 31 de mayo, ha implicado a las tripulaciones y aeronaves del Ala Aérea de Portaaviones 5, que opera a bordo del portaviones de propulsión nuclear de la Marina de los Estados Unidos o US Navy, USS “George Washington” (CVN 73).
Las tripulaciones, a los mandos de sus aeronaves, incluidos los nuevos Lockheed Martin F-35C Lightning II, llevaron a cabo intensas operaciones de prácticas de aterrizaje en portaaviones en pistas terrestres o FCLP (Field Carrier Landing Practices) en el aeródromo de esta remota isla del Pacífico en preparación para renovar su certificación para operar desde la cubierta de vuelo de dicho portaaviones.
Según el Departamento de Defensa, este entrenamiento subraya el compromiso estratégico de la US Navy en mantener la preparación bélica de Estados Unidos para operar en la región Indo-Pacífica en el marco de los crecientes desafíos de seguridad, que aunque no lo menciona se refiere a China y sus fronterizas Rusia y Corea del Norte.
Las prácticas FCLP son un componente indispensable de la formación de pilotos de la US Navy, ya que constituyen la fase final y más crucial antes de que los aviadores realicen aterrizajes reales en los portaaviones. Las FCLP reproducen la extrema precisión y el entorno de alto estrés de las operaciones en las cubiertas de estos navíos capitales. Los pilotos, o naval aviators como los denomina la US Navy, deben dominar las habilidades necesarias para aterrizar un reactor de alto rendimiento en una cubierta de vuelo en movimiento y cabeceo, a menudo en condiciones de baja visibilidad o de noche, con una zona de aterrizaje apenas más larga que un campo de fútbol.
Estas prácticas son esenciales no sólo para la cualificación inicial, sino también para la formación recurrente, con el fin de garantizar la competencia de los naval aviators, evitar accidentes y mantener la disponibilidad operativa en todos los escuadrones desplegados a bordo de los portaaviones.
Los ejercicios en Iwo Jima incluyeron no sólo el F-35C, en concreto del Escuadrón de Cazabombarderos o Strike Fighter Squadron 147 (VFA-147); sino también los F/A-18E/F Super Hornet, EA-18G Growler, y E-2D Hawkeye. Además, participaron en el ejercicio en la minúscula isla los oficiales de señales de aterrizaje o LSO (Landing Signal Officers) del Ala Aérea 5, vitales para garantizar la seguridad en las operaciones de recuperación de las aeronaves en la cubierta de vuelo, para perfeccionaron sus habilidades durante la misión. La réplica de alta fidelidad de las condiciones nocturnas del portaaviones en el aeródromo de Iwo Jima, que desde 2007 se denomina oficialmente como Iwo To, proporcionó un escenario ideal para llevar a cabo estas complejas operaciones en un entorno altamente realista.
Tal y como expresaba el captain (capitán de navío) William Fallon, subjefe de Estado Mayor del Estado Mayor de la US Navy en Japón: “Este es el entrenamiento necesario para que las tripulaciones del Ala Aérea 5 se preparen para zarpar. Hacer estas prácticas requiere un gran esfuerzo y el profesionalismo que requiere aprender a hacerlo. Trabajar en un portaaviones es muy desafiante, tanto de día como de noche. Un portaaviones grande de repente se siente pequeño, así que nos corresponde practicar de forma realista, como lo vimos aquí, lo cual es la ventaja de Iwo To, que es muy oscura de noche, así que se siente similar a nuestro entorno de portaaviones”.
La gran lejanía de esta isla a cualquier punto, fuera de las rutas comerciales, permiten un entorno lumínico sin degradaciones. Además, tras la costosa invasión de Iwo Jima, por entonces parte del territorio del Imperio de Japón, por parte de la US Navy y los Marines en 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, se realizó una limpieza de la población local, por lo que aunque Estados Unidos devolvió la isla a Japón en 1968, sigue deshabitada.
Sin embargo, se ha manifestado también que se trata de operaciones de entrenamiento que no pueden realizarse de forma permanente en Iwo Jima, teniendo en cuenta que esta carece de los “aeródromos opcionales” apropiados para seguir operando aún en condiciones climáticas adversas, sumado a su remota localización y los desafíos logísticos ligados a ello. Una cuestión muy importante, dado que en caso de un problema técnico con alguna de las aeronaves o con la pista, no hay aeródromos alternativos cercanas para recuperarlas. (Julio Maíz)







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