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Domingo, 19 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La Fuerza Aérea de Estados Unidos mejora las capacidades de sus bombas de alta penetración GBU-57

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF, United States Air Force)  está modificando sus bombas de alta capacidad de penetración Guide Bomb Unit (GBU) tipo 57 MOP, designadas para atacar blancos especialmente protegidos ubicados a grandes profundidades, por lo que el arma tendrá que penetrar el terreno para generar su detonación en el punto que beneficie más lo que se pretende conseguir.

Se trabaja en programas como el Massive Ordnance Penetrator (MOP) Modification, modelo que será equipado con una espoleta especial que se conoce como Large Penetrator Smart Fuze (LPSF). De momento, se están realizando pruebas de maquetas de tamaño más reducido para avanzar hacia las de los sistemas reales en validaciones que se realizarán entre 2022 y 2025 -algunos retrasos en la construcción de los blancos que se atacarán han hecho que se retrase algo la previsión inicial- de forma que se pueda verificar su potencial de empleo real.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos plantea instalar las espoletas LPSF en las bombas Guide Bomb Unit (GBU) tipo 57 MOP. Es un diseño guiado con ayuda del sistema de posicionamiento global (GPS, Global Position System) para lograr la máxima precisión en sus impactos y optimizado para conseguir una penetración notable del terreno y así poder atacar blancos especialmente protegidos (HDBT, Hard and Deeply Buried Target). Se sabe, por ejemplo, que los iraníes han construido una amplia red de túneles y búnkers subterráneos en los que se almacenan determinados sistemas de misiles, objetivos para los cuales los sistemas de armas GBU-28 y GBU-37 podrían ser poco eficaces.

Buscando más eficiencia ante objetivos HDBT el programa de mejorar la capacidad de la bomba GBU-57 MOP es una prioridad y apuesta por la espoleta LPSF que, con su concepto smart, aporta a la cabeza de guerra del arma en la que se instala un más elevado potencial que compensa posibles errores de inteligencia en cuanto a un determinado blanco. Esa bomba es básica en la capacidad ofensiva de los actuales bombarderos B-2 Spirit y podría serlo también en los próximos B-21 Raider.

Las GBU-57 van a ser modificadas con una novedosa espoleta, designada LPSF, que incrementa su letalidad en ambientes con GPS degradado. (USAF)

Pese a que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos apostó a mediados de 2017 por ese objetivo, dentro de sus planes QRC (Quick Reaction Capability), y que se ha considerado como una necesidad operacional urgente, ha habido ya varios retrasos motivados por aspectos económicos, operacionales y hasta técnicos que han ido afectando a las fases de concreción del programa estadounidense.

Desde los más altos órganos no se ha cejado en el empeño inicial, para avanzar hacia el objetivo de poder contar con una capacidad operacional que está clasificada para evitar difundir datos especialmente precisos a potenciales países con objetivos que puedan tener que ser atacados en un futuro. Sí se sabe, que las pruebas de validación contemplan situaciones donde el entorno GPS está especialmente degradado, que a finales de 2020 ya se realizaron lanzamientos contra túneles convencionales de forma que se pudo comprobar el grado de los avances o que en 2021 se habían hecho ya 13 de las 16 comprobaciones previstas, aunque algunos avances se han retrasado por la pandemia del COVID-19.

Las siguientes fases de obtención de la bomba GBU-57 LPSF van a requerir esfuerzos tanto en software como en hardware y el contar con fondos necesarios para lograr los avances que faciliten la fabricación final de una avanzada espoleta que puede ser vital a la hora de neutralizar objetivos difíciles con armas convencionales de limitada capacidad de destrucción. (Octavio Díez Cámara)

Fotografía portada: Los bombarderos B-2 requieren de amas específicas para atacar objetivos bunkerizados ubicados a grandes profundidades. (USAF)

 


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