La Fuerza Aérea de Eslovenia se dotará en breve con su primer avión de transporte táctico C-27J Spartan de la firma italiana Leonardo, será un aparato de segunda mano de los que actualmente opera la Aeronautica Militare Italiana (AMI).
Hasta ahora la Fuerza Aérea de Eslovenia, que desde 2004 pertenece a la OTAN, sólo ha contado con un pequeño avión de transporte de fabricación checa Let L-410 Turbolet. La adquisición del C-27J Spartan se produce aprovechando las buenas relaciones entre los Gobiernos de Italia y Eslovenia, lo que ha posibilitado la firma de un acuerdo de gobierno a gobierno o Government to Government (G2G) entre ambos países. Además Italia también proporcionará a su aliado de la OTAN el mantenimiento y la formación de las tripulaciones de vuelo. El acuerdo G2G -el primero de la historia para Italia- fue firmado por el ministro de Defensa, Lorenzo Guerini, y su colega esloveno, Matej Tonin.
Se inscribe en el marco más amplio trazado por la “Directiva para la política industrial de defensa”, firmada por el ministro transalpino el pasado verano. La nueva iniciativa de Roma pretende dar un impulso renovado a la competitividad de la industria nacional en el sector, citando que: “para seguir garantizando al país y a su excelencia industrial una posición destacada en los principales y más innovadores programas de cooperación europeos e internacionales, y aumentar la relevancia tecnológica del know how italiano en el mundo”.
El C-27J Spartan objeto del acuerdo será uno de los que actualmente emplea la 46ª Brigata Aerea, que junto a los Lockheed Martin C-130J Súper Hércules, garantiza la capacidad de transporte táctico del AMI, desde su base de Pisa.
El Spartan es un avión de transporte de carga media particularmente versátil y flexible en el uso y capaz de llevar a cabo con eficacia diversas misiones, incluidas las de evacuación médica o lanzamiento aéreo de cargas y paracaidistas, además de poder operar en pistas poco preparadas. (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: El discreto C-27J eslovaco despegando a primeros de noviembre del aeropuerto de Madrid-Barajas. (fotografía Rubén Galindo)
