El objetivo del Gobierno estadounidense es adquirir 2.456 aviones de combate F-35 Lightning II para su Fuerza Aérea, Cuerpo de Marines y la Marina de Estados Unidos, lo que supone un esfuerzo monumental para modernizar y mejorar las capacidades de su potencial de combate aéreo.
La cifra la recoge un informe publicado por Lockheed Martin, el fabricante de este avión de combate de 5ª generación, en enero, en el que reitera que este ambicioso plan de adquisiciones sigue siendo el núcleo del programa F-35, que continúa avanzando con sólidas cifras de producción, nuevos compromisos internacionales y la integración de tecnologías de vanguardia.
El objetivo de 2.456 aviones refleja la estrategia a largo plazo del Departamento de Defensa de Estados Unidos para sustituir las flotas anticuadas por cazabombarderos furtivos o stealth polivalentes de última generación, capaces de dominar tanto las amenazas cercanas como las asimétricas. El programa incluye la producción de las tres variantes básicas del avión, que son los modelos F-35A, F-35B y F-35C, diseñados para satisfacer las necesidades específicas de las Fuerza Aérea o USAF (United States Air Forces), el Cuerpo de Marines o USMC (United States Marine Corps) y la Marina o US Navy.
Este ambicioso plan asegura que estas tres ramas de las Fuerzas Armadas estadounidenses mantenga ventaja tecnológica frente a los más modernos desarrollos de China y Rusia en caso de guerra convencional, tanto operando desde aeródromos convencionales (F-35A) hasta portaaviones (F-35C) pasando por los buques de asalto anfibio (F-35B).
A finales de 2024, el programa F-35 ya había entregado 1.102 aviones a las tres citadas ramas de las FAS estadounidenses y a múltiples clientes internacionales. De ellos, 797 eran variantes del F-35A para la USAF, 203 eran variantes del F-35B para el USMC y 102 eran variantes del F-35C para la US Navy/USMC.
Estas entregas son un testimonio del progreso constante del programa hacia el cumplimiento del objetivo de adquisiciones. Con una cartera de producción de 408 aviones, Lockheed Martin sigue estando bien posicionada para seguir cumpliendo este posible gran proyecto.
La USAF espera sustituir la totalidad de sus veteranos F-16 Fighting Falcon y los F-15C Eagle, que llevan décadas en servicio. El USMC, por su parte, ha adoptado las capacidades únicas que le da el F-35B, una variante de despegue corto y aterrizaje vertical o STOVL (Short Take Off and Vertical Landing), que permite una mayor flexibilidad en el despliegue y las operaciones desde buques de asalto anfibio, bases de operaciones avanzadas y aeródromos no preparadas.
La adquisición por parte de la US Navy y el USMC de la variante F-35C, basada en portaaviones también desempeña un papel fundamental en la mejora de la proyección del poder aéreo desde el mar, ya que el F-35C ofrece unas capacidades stealth, alcance y sensores avanzados inigualables para la aviación naval.
Cumplir el objetivo de adquisiciones del gobierno estadounidense se ve reforzado por los avances en las actualizaciones tecnológicas y el aumento de la producción. El programa F-35 sigue integrando nuevas capacidades, como las actualizaciones tecnológicas o TR-3 (Technology Refresh 3), que mejoran la aviónica, los sensores y la capacidad de procesamiento de datos del avión de combate. La aplicación de estos avances garantiza que el F-35 se mantenga en la vanguardia de los aviones con capacidad stealth y la capacidad polivalente, lo que le permite llevar a cabo una amplia gama de misiones, desde la recopilación de información y el apoyo aéreo cercano hasta la superioridad aérea y las misiones de ataque.
Éxito global de ventas
Además de las adquisiciones nacionales, el programa F-35 ha suscitado un gran interés internacional, con 20 países que ya lo tienen o se han comprometido formalmente a adquirir el avión de combate. Estos acuerdos internacionales no sólo refuerzan la posición del F-35 como el principal cazabombardero de 5º generación del mundo, sino que también desempeñan un papel clave a la hora de ayudar al Gobierno de Washington a cumplir sus objetivos de adquisición. A través de acuerdos de Ventas Militares al Extranjero o FMS (Foreign Military Sales), países aliados como el Reino Unido, Japón e Israel, entre otros, se han unido al programa, sumándose a la flota total y apoyando la continua evolución de las capacidades del avión.
Aunque el objetivo de Estados Unidos de adquirir 2.456 F-35 es una tarea monumental, el progreso continuo del programa subraya su viabilidad a largo plazo. Lockheed Martin, en estrecha colaboración con la Oficina del Programa Conjunto o JPO (Joint Program Office), ha demostrado sistemáticamente su capacidad para cumplir los compromisos, alcanzando los hitos de producción y entrega a pesar de los retos relacionados con la gestión de costes, la inflación y las interrupciones en la cadena de suministro. La continua expansión de las líneas de producción del F-35, incluyendo nuevas instalaciones para el ensamblaje final, que se sumaría a la actual de Fort Worth (Texas), y de sostenimiento/mantenimiento, será fundamental para garantizar que el programa pueda escalar para satisfacer la alta demanda tanto de dichas ramas militares de Estados Unidos como de los socios internacionales.
La creciente presencia mundial del avión, combinada con los avances tecnológicos y el aumento de la producción, posiciona al F-35 como un activo indispensable para las fuerzas estadounidenses y aliadas. Además, con las continuas inversiones previstas en mantenimiento y modernización, el aparato se mantendrá a la vanguardia de la aviación militar moderna, proporcionando capacidades inigualables, en futuros conflictos y retos estratégicos. (Julio Maíz)
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