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Viernes, 5 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

UAV, los grandes olvidados en los presupuestos de Defensa en España

Solución de Alpha en servicio en la Policía de Fronteras de Bulgaria. Foto: Alpha Unmanned Systems
Solución de Alpha en servicio en la Policía de Fronteras de Bulgaria. Foto: Alpha Unmanned Systems
En los últimos años, la guerra en Ucrania ha dejado una lección clara en el ámbito militar: los vehículos aéreos no tripulados (UAV) han dejado de ser un recurso opcional para convertirse en una pieza central en cualquier conflicto moderno. Las imágenes de drones operando en el frente —proporcionando vigilancia en tiempo real, atacando objetivos con precisión quirúrgica y permitiendo que fuerzas reducidas se enfrenten a enemigos tecnológicamente superiores— han demostrado su valor estratégico incuestionable. Sin embargo, a pesar de esta evidencia, España continúa relegando a los UAV a un papel marginal en sus presupuestos de defensa.

Un sector estratégico desatendido

Los UAV abarcan un amplio abanico de capacidades: desde microdrones tácticos para infantería, multicópteros y municiones merodeadoras, hasta sistemas de gran altitud y largo alcance para vigilancia estratégica o ataques de precisión. España necesita incorporar todas estas categorías, pero carece actualmente de una estrategia nacional clara que impulse su desarrollo o adquisición. En los presupuestos de defensa, la inversión destinada a programas de UAV está muy por debajo de lo necesario para lograr una verdadera autonomía operativa.

Este desfase contrasta con el esfuerzo realizado por otras naciones, que han comprendido la urgencia de reforzar su defensa autónoma frente a un contexto internacional cada vez más volátil. Turquía e Irán han desarrollado de forma eficaz y decidida sus industrias nacionales de drones, y países como Portugal o Alemania ya cuentan con empresas sólidas en este campo. Mientras tanto, España no está generando las condiciones para que su industria de UAVs crezca y compita.

Impulsar el desarrollo nacional de UAVs no es solo una cuestión de soberanía tecnológica. Es también una medida estratégica para garantizar el acceso a tecnologías clave sin depender de proveedores extranjeros, que podrían imponer restricciones en momentos críticos o negarse a compartir tecnologías sensibles.

Un ecosistema industrial incompleto

Ninguna de las tres grandes empresas españolas del sector defensa —Indra, Navantia y Airbus— ofrece hoy en día un catálogo completo de UAVs. Esta carencia resulta especialmente preocupante en un momento en que la guerra moderna exige soluciones adaptadas a múltiples escenarios. A pesar de algunos proyectos puntuales, las limitaciones tecnológicas son evidentes. El proyecto SIRTAP, desarrollado por Airbus Defence and Space junto con CIAC (Colombia), se centra en un dron de ala fija de gran tamaño, que ya presenta signos de obsolescencia.

Alpha A900 en Indonesia. Foto: Alpha Unmanned Systems

Alpha A900 en Indonesia. Foto: Alpha Unmanned Systems

En el ámbito de las Fuerzas Armadas españolas, tampoco existe una estrategia sólida: no hay programas de pruebas generales, maniobras específicas ni unidades especializadas en el uso intensivo de UAVs. Esta ausencia de cultura operativa limita la integración efectiva de estas herramientas en los sistemas de defensa.

PYMEs: motor de innovación

Una de las claves para salir de este estancamiento es reconocer que la innovación en el sector UAV no proviene necesariamente de los grandes grupos industriales, sino de pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que ya están desarrollando tecnologías punteras en inteligencia artificial, sensores, propulsión o software de control.

Gestionar un ecosistema formado por múltiples PYMEs requiere más esfuerzo, mecenazgo y coordinación que trabajar con un puñado de grandes contratistas, pero ofrece ventajas claras: agilidad, especialización y capacidad de adaptación. Muchos de los avances más disruptivos en el campo de los drones han surgido precisamente de startups y centros tecnológicos que operan fuera del radar de los grandes actores y sin su apoyo.

El problema es que estas PYMEs carecen del respaldo institucional necesario para industrializar sus soluciones y producir a gran escala. Faltan contratos públicos plurianuales en creciente, acceso a financiación a largo plazo en cantidades necesarias y una estrategia nacional que coordine los esfuerzos e integre estas capacidades en las Fuerzas Armadas. Además, las barreras burocráticas para exportar fuera de la UE suponen otro lastre para su crecimiento. Sin una política industrial coherente, muchas de estas empresas acabarán cerrando, trasladándose al extranjero o vendiendo sus tecnologías a grupos foráneos.

Conclusión

España necesita con urgencia tomarse en serio su estrategia en materia de UAVs. Ignorar esta realidad es perpetuar un modelo de defensa obsoleto y dependiente. Invertir en estos sistemas no es un lujo, sino una necesidad crítica para garantizar la seguridad nacional, proteger a nuestros soldados y contribuir a la autonomía estratégica de Europa.

Es hora de superar los errores del pasado, aprender de la experiencia de Ucrania y construir un ecosistema robusto en torno a los UAVs, que combine el músculo de las grandes empresas con la creatividad, agilidad y capacidad de innovación de las PYMEs. Solo así podrá España asegurar que sus Fuerzas Armadas estén preparadas para los desafíos del siglo XXI. (Eric Freeman Harris, CEO de Alpha Unmanned Systems)

Copyright © Grupo Edefa S.A. defensa.com ISSN: 3045-5170. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.

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