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Las cinco amenazas geoestratégicas a Europa

Europa se enfrenta hoy a 5 grandes amenazas y cada una de ellas es cuestión de supervivencia. Dependiendo de cómo actúe se determinará nuestro futuro en paz y seguridad o nos encontraremos ante uno de los mayores fracasos de nuestra historia. La primera, evidente y duradera, procede de Rusia, es militar y responde a una ambición expansionista en la que se combinan acciones en curso, no solo en Ucrania, ciberataques, guerra híbrida, interferencias políticas y promoción de actos terroristas. 

 

Se trata de una amenaza de guerra fundada en la estrategia y convicción de Moscú de ser un gran actor político y militar en toda Europa, apoyándose en la resolución de su Gobierno y su enorme arsenal nuclear. Para una deprimida y atrasada Rusia, Europa representa su supervivencia como Estado moderno.

La inteligencia europea estima que una vez Moscú dé por terminada la guerra de Ucrania, comenzará una fase de expansión frente a los estados vecinos más débiles, para crear un cinturón de seguridad alrededor de sus intereses con la ocupación política y militar de países como los estados bálticos, Moldavia, Ucrania, Bielorrusia y Rumanía.

Con esta posición amenazadora se convertirá en el principal actor estratégico. Su modus operandi combinará la guerra híbrida con la involución política para desconectar a esos estados objetivos de las organizaciones occidentales y lanzar su ofensiva militar a requerimiento de gobiernos títeres o actuar en una operación relámpago sobre el corredor Suwalki, aislar los estados bálticos y contar con la comprensión norteamericana.

Corremos el riesgo de que en las negociaciones de paz para Ucrania entre Trump y Putin haya concesiones territoriales en otros lugares y Suwalki sería un objetivo para Putin. A cambio, podría ceder más territorio en Ucrania. Europa necesita una gran superioridad militar frente a Moscú, lo cual, teniendo en cuenta la débil situación del paraguas de Estados Unidos, constituye un reto enorme para los europeos. El déficit nuclear, aun desestimando su uso, no deja de ser un hándicap que pone a los europeos en unas condiciones muy débiles frente a Moscú.

La segunda es China y es más económica y geoestratégica. Beijing aspira a ser la primera potencia económica y militar. Su objetivo no es invadir u ocupar países, sino generar influencia mediante concesiones de explotaciones mineras, derechos de puerto, bases militares, financiación de infraestructuras y generación de dependencias tecnológicas. Su ambición es más de hegemonía. La confluencia de intereses geoestratégicos con Rusia convierte a esta amenaza también en nuclear y militar para el resto del mundo. Su confrontación inevitable con Estados Unidos amenaza con la seguridad y la estabilidad del mundo. Hoy China ya es la primera potencia económica en paridad y en el ámbito militar y tecnológico ya se encuentra a la par de Washington. Sus nuevos aviones de combate han demostrado su furtividad en el Mar de China y ya son superiores a cualquiera de Estados Unidos, mientras que en los desarrollos de UAV lideran a gran distancia las nuevas capacidades.

La tercera es la soledad estratégica basada en la desconexión de Washington con la seguridad europea. Aunque Estados Unidos declara el mantenimiento de los lazos con los países europeos, el desentendimiento en lo militar y en los compromisos es claro y evidente y seguirá después de Trump. Europa no puede confiar en él para su propia defensa, ya que en la actualidad confluyen en Estados Unidos intereses diferentes de la propia defensa de las democracias occidentales, que en muchos miembros del Gobierno norteamericano son vistas como amenazas o enemigas, más que aliadas.

Esta soledad estratégica tiene graves implicaciones económicas. Las nuevas reglas del comercio internacional impuestas por Estados Unidos afectarán muy notablemente a las principales economías europeas, debilitando su capacidad exportadora, que es clave para su crecimiento y quebrando las alianzas empresariales en las tecnologías disruptivas del mundo actual. Esta crisis generará desempleo y desconfianza. Sobrevivir a esta soledad y a las consecuencias económicas del cierre del comercio internacional con los aranceles constituyen dos grandes retos que Europa deberá superar, teniendo en cuenta que no dispone de los recursos, riqueza y convicción, ni de la voluntad necesaria para una respuesta eficiente y competitiva.  En cierta forma, estamos abocados a una rendición económica, estratégica y moral.

La cuarta procede del Norte de África. La Europa del Sur, lejos de la frontera rusa, tiene un foco de inestabilidad mucho más incierto, que puede desarrollarse en direcciones muy negativas. Por una parte, está la situación política y la carrera de armamento entre Marruecos, Argelia y Libia. La implantación creciente del Estado islámico y de Al Qaeda y de otros grupos terroristas en el Sahel impone una lógica de guerra que puede acarrear grandes oleadas de migración, escapando del hambre y la miseria.

El único objetivo geográfico que resuelve este problema para decenas de millones de subsaharianos es Europa, en particular los países del Sur. La convivencia y connivencia con Marruecos en la lucha contra esta inestabilidad en el Magreb constituye uno de los objetivos más importantes. El mantenimiento del flujo de gas con Argelia constituye un reto que no podemos obviar, por las consecuencias que tendría un corte del suministro para nuestro país.

Las guerras en el Sahel y su extensión a los países del Golfo de Guinea podrían originar un aluvión de refugiados que buscarían en Europa la paz y el resguardo necesario para sobrevivir. Los países del Sur, lejos de la confrontación con Rusia, no están preparados moral, militar y políticamente, ni organizados para detener una avalancha humana, que no podrá ser admitida, manejada y socorrida por los medios existentes.

En particular, debemos seguir con atención la inestabilidad política, que no por casualidad se está originando desde Filipinas a Marruecos, bajo la bandera de los problemas de los jóvenes, que no es casual, sino que obedece a una campaña de interferencia política de Moscú y Beijing, que busca deteriorar el clima de seguridad en Occidente y las alianzas políticas y militares.

La quinta es interna y tiene como causa el terrorismo islamista que ha golpeado duramente en todos los países europeos. La asociación entre la delincuencia común y grupos de inmigrantes de origen musulmán radicalizados ha generado una situación en Europa de rechazo al extranjero, que implicará problemas de seguridad de convivencia y justicia.

La concentración de la población musulmana en grandes ciudades, a diferencia de España, que es más en el entorno agrario, genera problemas graves de convivencia que amenazan a nuestra seguridad. Una evolución hacia gobiernos más autoritarios, a semejanza de Estados Unidos o Rusia, podría conllevar graves desórdenes y problemas en los países europeos, especialmente en los que la inmigración musulmana es más significativa. Este deterioro, generado en una parte de la población que asocia religión con inmigración y la delincuencia, conduce al crecimiento de partidos de corte populista, neonacionalista, con ambiciones de una mayor uniformidad religiosa, racial y cultural. Sus consecuencias son bien conocidas.  (Enrique Navarro. Presidente MQGloNet)


Copyright © Grupo Edefa S.A. defensa.com ISSN: 3045-5170. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.

4 comentarios

  1. El Gran Carlemany | 05/11/2025 01:22h. Avisar al moderador
    Lo de Filipinas y demás no lo voy ni a comentar ya que veo eso de acusar a otros de estar detrás de los problemas internos de un país de tal bajeza moral que no merece que pierda el tiempo con el tema. Muy de acuerdo con el tema de la avalancha humana y del terrorismo yihadista.   
  2. El Gran Carlemany | 05/11/2025 01:15h. Avisar al moderador
    Rusia es una amenaza porqué se quiere que sea una amenaza. Años de buenas relaciones tras la guerra fría se han ido al garete no ya, que también, con la pesadez de Ucrania de querer entrar en la OTAN, cosa que para Rusia es una línea roja. China es un competidor económico en el mundo capitalista, unas veces ganan unos, otras otros. Las relaciones en el resto de aspectos con dicho país son buenas, ah, y tienen un régimen político bastante más represor que el de Rusia.    
  3. José Francisco | 02/11/2025 22:00h. Avisar al moderador
    Que te puedes esperar de una persona que fue la mano derecha de José Maria Aznar, un comentario muy en su línea politica y ideológica, el que pueda hacer que haga, y corriendo salen sus títeres. Por cierto en corrupción el PP de este hombre, todavía los estan juzgando,no se si se libro algun ministro. Europa o se espabila en el tema nuclear o mal vamos, llevamos muchos años de retraso.    
  4. Voluntad70 | 02/11/2025 12:39h. Avisar al moderador
    Hay una sexta amenaza geoestratégica para europa, la corrupción política, mandatarios más preocupados por enriquecerse que por solucionar los problemas de los europeos, esa corrupción generalizada desconecta a los ciudadanos del poder político y atrae a las masas a los partidos más populistas, que mayoritariamente son antieuropeistas... ...y si me apuran diría una séptima cuestión, la izquierda europea, cada día más radicalizada, con sus políticas wokes, sus simpatías por el islam radical, sus políticas migratorias de puertas abiertas y sus filiaciones con grupos violentos extremistas de antisistemas y antifas que apuestan por generar caos y odio ideológico en la sociedad.   

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