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Sábado, 27 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La era de la visibilidad fatal y los sistemas de armas autónomos

Vehículo AMPV estadounidense durante unas pruebas con una superestructura que podría fijar Kallisto Shield (US Army)

Presentábamos en nuestro artículo anterior el concepto de “visibilidad fatal” (sensores en UAVs y medios de vigilancia avanzados en satélites) que junto al de democratización de los medios de ataque remoto (municiones merodeadoras, drones de carreras FPV, misiles y munición guiada de bajo coste) prometen impactar la táctica, la operativa y puede que incluso la estrategia de las operaciones militares en un futuro no muy lejano.

Para ello vamos a proponer, a modo de ejercicio prospectivo, un posible futuro para el campo de batalla, un lugar letal donde será muy difícil ocultarse y donde nuestras tropas tendrán que maniobrar y vencer.

Un futuro plausible en el campo de batalla

El Capitán Legionario Cruz todavía echaba de menos las maniobras en campo abierto, la lluvia y el viento helado de San Gregorio. Lejos quedaban los días en que podía permitirse el lujo de avanzar varios kilómetros de noche (o de día) hacia el frente o hacia retaguardia. Aquellos eran los tiempos en los que solo tenía que preocuparse de su “firma” infrarroja, pero la llegada de aquellos bots aéreos llenos de sensores en todas las bandas conocidas habían hecho imposible moverse sin ser detectado.

Tres minutos después de aparecer en campo abierto, los algoritmos y sensores en los satélites de baja órbita del enemigo habían detectado un “cambio” en el terreno y en menos de 5 minutos varios drones ISR acompañados de varios drones kamikaze de bajo coste estaban sobrevolando sus cabezas.

Ahora las tropas solo podían “esconderse al aire libre” en entornos urbanos y debían estar en constante movimiento. Si no fuera suficiente el lidiar con dispositivos explosivos improvisados (IEDs), granadas propulsadas por cohete (RPGs) y misiles anticarro (ATGMs) y emboscadas de todo tipo en dos dimensiones, de pronto todas las unidades tuvieron que pensar en 3D y manejar el estrés de sentirse continuamente vigiladas.

Las técnicas tradicionales de ocultamiento, camuflaje y engaño tuvieron que extenderse al dominio cibernético y a la casi totalidad del espectro electromagnético. Desde hacía años su tarea principal era vigilar la “firma espectral” de su unidad, modificarla y ocultarla. Hasta se había creado una nueva unidad en la Brigada dedicada a librar la “batalla de firmas” llena de expertos en lo que algún día se había llamado “guerra electrónica”.

Pocas soluciones habían encontrado los expertos para incrementar la capacidad de supervivencia de las tropas en un entorno en el que hasta pequeños grupos insurgentes contaban con drones cargados de explosivos buscando “firmas” conocidas. Los inhibidores de frecuencias demostraron ser poco útiles una vez que los algoritmos embarcados de Inteligencia Artificial fueron capaces de reconocer objetos (los vehículos militares y las tropas) con una precisión del 50%.

Algunos de nuestros enemigos incluso eliminaron este límite para ser más letales aunque eso pusiera en peligro a la población civil, pero aceptar una ratio elevada de “falsos positivos” es algo que ningún ejército de un país firmante del “Acuerdo sobre los límites morales y legales del uso de Sistemas Autónomos Letales” (LAWs)” firmado en León (España) en Abril de 2033 aceptaría.

Es cierto que nuestros enemigos sufrían de igual modo nuestras capacidades para hacer “transparente” el campo de batalla, y que nuestra munición merodeadora era de las más avanzadas, letales y precisas en el campo de batalla, pero al final el campo de batalla se había convertido en una especie de guerra de trincheras y túneles acorazados que recordaban más a la I Guerra Mundial que a lo que él se había imaginado de niño cuando vio por primera vez la Guerra de las Galaxias.

Es cierto que durante algunos años todavía pudimos desplazarnos en el campo de batalla y engañar a las primeras generaciones de sistemas de detección automatizada de objetivos utilizando algunas soluciones de ocultación, camuflaje y engaño móvil (aquellos paneles utilizados para crear señuelos idénticos a nuestros vehículos), pero desafortunadamente dichos sistemas de engaño no fueron capaces de avanzar a la misma velocidad que los sistemas de detección.

Sí, realmente echaba de menos el viento en el mirador de San Genís….

Kallisto Shield, una solución de protección en la era de los sistemas de armas autónomos

¿Puede una combinación de sistemas de camuflaje, ocultación y engaño reducir los riesgos generados por las armas letales autónomas? Una solución inicial sería aquella que limite la creación automatizada de listas de objetivos por algoritmos de IA, y que permita que los señuelos presenten “firmas” similares (en amplias partes del espectro electromagnético) a las de cualquier vehículo o unidad militar.

Kallisto Shield es una solución pasiva, simple, de bajo coste, fácil de instalar y operar por unidades dispersas y diseñado para modificar la firma de un vehículo en diferentes bandas. Al mismo tiempo, multitud de vehículos, especialmente los vehículos terrestres no tripulados (UGV) que acompañarán a las unidades en un futuro próximo, y otros señuelos militares pueden compartir las mismas firmas lo que permite ocultar los objetivos de mayor valor y aumentar la protección de unidades dispersas manteniendo la simplicidad y el pragmatismo requeridos en el entorno actual.

Contrarrestar drones autónomos es ya un desafío porque es necesario disponer de los sistemas anti-UAV adecuados en el lugar y en el momento correcto, y todo ello sin elevar los costes de protección de una unidad más allá del coste de los mismos drones empleados por el enemigo.

Esto como se ha demostrado en Ucrania, no siempre es posible (pensemos en la necesidad de inhibidores de frecuencias, sistemas de defensa antiaérea, radares, etc.) con lo que cualquier solución que disminuya la probabilidad de ser detectados o que disminuya la probabilidad de recibir un ataque es una mejora sustancial para la protección de nuestras tropas.

De hecho podemos imaginar un futuro en el que los fabricantes de vehículos militares integren el concepto de “Kallisto Shield” dentro del diseño de sus vehículos, es decir, gran parte de los vehículos (de transporte de tropas, portamorteros, artillería autopropulsada, UGVs, señuelos y otros) estarán diseñados de forma que presenten una firma similar y dispongan de paneles intercambiables cubriendo la superficie superior para dificultar su seguimiento (tracking) por parte de satélites, drones y municiones guiadas.

Este podría ser uno de los sistemas siendo probados por las unidades rusas en Ucrania como por ejemplo la caja de protección a dos niveles que se presenta en la siguiente figura.

Captura vídeo (Front Narod vía OSINTechnical)

Otra potencial aplicación de Kallisto Shield está en el campo del antiterrorismo, especialmente ante ataques asimétricos a personalidades mediante drones. Debemos asumir que los drones en un futuro próximo serán completamente autónomos y no utilizarán señales de radiofrecuencia para comunicarse con los operadores de dichos drones.

Soluciones simples como Kallisto Shield están diseñadas para ocultar/disimular los vehículos VIP de alto valor y engañar a los algoritmos de inteligencia artificial alimentados con datos de sensores y cámaras de bajo coste utilizadas previsiblemente por los terroristas.

Sistema de baca abatible que puede servir para fijar paneles Kallisto Shield en un 4x4 comercial (Gulfoffroad.com)

Kallisto Shield" ofrece protección a través de diferentes métodos, entre ellos:

  1. : utilizando un material en el panel superior que camufle al vehículo (disminuyendo la firma térmica, por ejemplo).
  2. : ocultando el vehículo en una o más bandas del espectro según el tipo de panel que se coloque en la parte superior.
  3. : modificando la firma al cambiar el orden y tipo de los paneles que componen nuestro sistema hacemos que los sensores en satélites o drones capten la misma firma espectral para todos los vehículos, sitios o dispositivos estáticos que coloquen sus paneles en el mismo orden.

Kallisto Shield está protegido por el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), con solicitudes de patente nacionales presentadas entre otras en Europa, los Estados Unidos de América, Ucrania e India. Nuestro modelo de negocio está centrado en la licencia de la propiedad intelectual de nuestro sistema para adaptarlo a los requisitos de las fuerzas armadas de países aliados a través de integradores nacionales de defensa y fabricantes de vehículos militares en cada país. (Raúl Álvarez, director general de Kallisto IA)

Paneles de diferentes materiales fácilmente intercambiables.

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