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Drones que piensan y atacan: precisión, autonomía y confusión terminológica

Uno de los loitering usados en Ucrania, el Switchblade 600 estadounidense (Aerovironment).
Uno de los loitering usados en Ucrania, el Switchblade 600 estadounidense (Aerovironment).

Este documento sirve a modo de guía para entender las claves técnicas y operativas de las municiones merodeadoras y los UAVs de combate en el campo de batalla moderno.

En los últimos meses, el término drone kamikaze ha ganado notoriedad en medios y redes sociales para describir un tipo particular de sistema no tripulado que ataca objetivos enemigos con alta precisión. Si bien este término puede resultar llamativo, su uso distorsiona el carácter técnico y operacional de unos sistemas que, lejos de la irracionalidad suicida que sugiere el apelativo, responden a una lógica quirúrgica: la de aplicar efectos letales con precisión y economía de medios.

La guerra en Ucrania ha acelerado la maduración de estos sistemas y ha demostrado su enorme impacto táctico y estratégico. Lo que antes era una capacidad nicho se ha convertido en una categoría disruptiva dentro del combate multidominio. Hoy, hablamos de municiones aéreas autónomas, de enjambres, de navegación sin GNSS, de sensores baratos pero eficaces, y de sistemas desplegables por una sola persona que pueden anular posiciones mucho más caras.

Ante este panorama, se multiplican las iniciativas nacionales e internacionales —algunas promovidas desde el propio Fondo Europeo de Defensa (EDF)— para desarrollar soluciones industriales propias en Europa. En este artículo repasamos la tipología más común, sus aplicaciones actuales y algunos conceptos clave para entender el debate.

Una tipología necesaria: no todos los UAVs atacan igual

Los sistemas aéreos no tripulados empleados con fines ofensivos suelen agruparse en dos grandes familias: las municiones merodeadoras (loitering munitions) y los UAVs de combate recuperables (UCAS). La diferencia principal está en su ciclo de vida: mientras las primeras se destruyen con su objetivo, los segundos están diseñados para regresar, recargarse y reutilizarse. Ambos comparten la capacidad de llevar cargas letales y operar de forma remota o autónoma.

• Corto alcance (5–10 km.)

Son plataformas ligeras, de bajo coste, fácilmente desplegables por unidades pequeñas o incluso por un único operador. En esta categoría encajan sistemas como el Switchblade 300 estadounidense o los drones FPV (First-Person View o de visión en primera persona) de corto alcance, muchos de ellos de fabricación artesanal, ampliamente utilizados en el conflicto de Ucrania. Se emplean en misiones de ataque puntual contra infantería o vehículos, y todos ellos comparten el uso de enlace de vídeo en primera persona, que permite al operador dirigir el vehículo hasta el objetivo con precisión.

En muchos casos, este enlace se realiza por radiofrecuencia, pero ante la proliferación de contramedidas electrónicas ha ganado protagonismo el guiado mediante fibra óptica, que conecta el dron al control remoto a lo largo de todo su vuelo, sustituyendo las comunicaciones por radio y garantizando inmunidad al jamming. Estas operaciones suelen estar a cargo de pequeños equipos de dos o tres personas, que se reparten las tareas: mientras uno pilota el dron, los otros preparan nuevas plataformas para su lanzamiento inmediato, manteniendo así una cadencia constante de ataque. Por su carácter desechable, estos sistemas se equipan con cargas explosivas adaptadas, como granadas anticarro RPG, cargas huecas o explosivos improvisados. La cabeza de guerra suele tener un peso de 0,5 a 2 kg.

• Medio alcance (10–50 km.)

Esta categoría engloba plataformas con mayor alcance, persistencia y flexibilidad operativa. Son sistemas diseñados para actuar en la retaguardia táctica, donde pueden identificar y atacar objetivos como posiciones de artillería, centros logísticos, radares móviles o convoyes en desplazamiento.

Algunos ejemplos representativos son el Hero-120 israelí, adaptado para misiones de ataque más allá de línea de visión. Estos sistemas pueden ser lanzados desde vehículos, raíles o contenedores tubulares, y están diseñados para integrarse con sistemas de mando y control (C2). Su guiado suele ser semiautónomo, combinando navegación GNSS, seguimiento por waypoints y sensores embarcados para corrección final del ataque.

Incorporan sensores EO/IR (electro-ópticos/infrarrojos) que permiten identificar blancos en condiciones diurnas y nocturnas, así como enlaces de datos bidireccionales que permiten cambiar de objetivo en vuelo o abortar la misión. En algunos modelos, incluso se permite la recuperación si no se encuentra un blanco adecuado. La cabeza de guerra en esta categoría suele oscilar entre los 4 y 10 kg, con opciones antitanque o antipersonal, según el objetivo.

• Largo alcance (50–200+ km.)

En el segmento de largo alcance encontramos plataformas pensadas para actuar en profundidad operativa y estratégica. No sólo buscan neutralizar objetivos de alto valor —como centros de mando, depósitos logísticos, líneas de ferrocarril o plantas eléctricas—, sino también saturar las defensas aéreas enemigas y desgastar su capacidad de respuesta.

El ejemplo más paradigmático es el Shahed-136 / Geran-2, de origen iraní y empleado masivamente por Rusia en Ucrania. Estas plataformas, con un alcance estimado de más de 200 km. y una velocidad subsónica, se lanzan en salvas coordinadas desde camiones o plataformas ocultas. Su guiado es principalmente por sistema inercial y satelital (INS/GNSS), pero se han detectado versiones mejoradas con navegación alternativa para entornos GNSS-denegados. Su cabeza de guerra es de aproximadamente 40–50 kg. de explosivo.

Aunque su precisión individual puede ser menor que la de otros sistemas, su efecto acumulado es demoledor. Actúan como multiplicadores tácticos, obligando al enemigo a desplegar sistemas antiaéreos caros para neutralizar amenazas de muy bajo coste, generando así asimetría operativa y fatiga logística.

Los UCAVs incrementan su letalidad. Akinci de Baykar repleto de efectores (José Mª Navarro García)

Tecnología en evolución: hacia dónde van estos sistemas

Más allá de sus diferencias, lo que une a estas plataformas es la dirección de su evolución tecnológica. No todos los sistemas actuales tienen todas estas capacidades, pero sí forman parte de la hoja de ruta hacia la próxima generación:

Autonomía creciente: Los sistemas no tripulados evolucionan rápidamente hacia niveles más altos de autonomía, no solo en navegación, sino también en la detección, clasificación y ataque de objetivos. Esta tendencia plantea importantes dilemas éticos y jurídicos. Aunque aún no existe una prohibición internacional explícita sobre las armas completamente autónomas, el Derecho Internacional Humanitario exige mantener un control humano significativo sobre el uso de la fuerza, salvaguardando principios fundamentales como la distinción y la proporcionalidad. Sin embargo, ya se han documentado casos, como el del dron turco Kargu-2 en Libia (según informes de la ONU), en los que se habría producido un ataque letal sin intervención humana directa. En el conflicto de Ucrania también se han observado señales preocupantes en esta dirección. Así, la línea entre automatización y autonomía letal se difumina, y con ella, se desvanece también el espíritu de la Primera Ley de Asimov: “Un robot no hará daño a un ser humano...”

Producción escalable y de bajo coste: El diseño de estas plataformas está orientado a su fabricación masiva mediante procesos industriales como el moldeo por inyección o la impresión aditiva, con el objetivo de sostener ritmos de reposición compatibles con conflictos de alta intensidad.

Operación en entornos GNSS-denegados: Los sistemas de navegación se están reforzando con tecnologías resilientes que combinan unidades inerciales (INS), visión artificial, radar y señales de oportunidad, para mantener la capacidad operativa en entornos hostiles con interferencias o pérdida de GNSS.

Diseño modular e interoperable: Se tiende abandonar las arquitecturas monolíticas en favor de arquitecturas abiertas que permitan intercambiar sensores, cargas útiles y módulos de comunicación o guiado entre diferentes plataformas y fabricantes, facilitando la adaptación a diversas misiones y escenarios.

Integración con redes C4ISR: Los nuevos sistemas no actúan como elementos aislados, sino como nodos interconectados dentro de una red de combate más amplia, capaz de compartir inteligencia, coordinar ataques y optimizar el uso de recursos en tiempo real.

Muchas de estas capacidades se están acelerando a partir de las lecciones aprendidas en el frente ucraniano, donde la innovación surge del terreno más que del laboratorio.

Un poco de orden entre tanta sigla

Con la proliferación de estos sistemas, también ha crecido el vocabulario técnico. Aquí una guía para no perderse:

  • Munición merodeadora (Loitering Munition): sistema aéreo no tripulado, no recuperable, que sobrevuela una zona de interés en busca de un objetivo al que impactar directamente.
  • FPV (First-Person View): pilotaje humano directo mediante enlace de vídeo en tiempo real desde la cámara embarcada en el dron.
  • UCAS (Unmanned Combat Aerial System): sistema aéreo no tripulado, armado, recuperable y reutilizable, capaz de llevar a cabo misiones de ataque y vigilancia.
  • Swarming (Enjambre): operación coordinada de múltiples plataformas no tripuladas que actúan de forma colaborativa y descentralizada, con funciones distribuidas.
  • Arquitectura modular: diseño basado en componentes intercambiables —sensores, enlaces, cargas útiles— que permite adaptar una misma plataforma a distintas misiones y escenarios.
  • C4ISR: conjunto de capacidades de mando, control, comunicaciones, inteligencia, vigilancia y reconocimiento que permiten la integración táctica de plataformas en red.
  • IA / ML (Inteligencia Artificial / Machine Learning): tecnologías empleadas para navegación autónoma, guiado inteligente, selección de objetivos o evasión de amenazas.
  • BLOS (Beyond Line of Sight): capacidad de operar más allá del alcance visual directo del operador, normalmente mediante enlaces satelitales o redes de comunicaciones seguras.
  • Kill Chain (Cadena de ataque): secuencia completa que va desde la detección y el seguimiento de un objetivo hasta su neutralización, en la que los drones pueden intervenir en múltiples fases.

Sistema como el RUTA combinan características de UAV y de misil (José Mª Navarro García)

Más allá del disparo: doctrina, logística y producción

Uno de los grandes retos de estas tecnologías no está en el aire, sino en el suelo: cómo fabricarlas, desplegarlas y reponerlas. Se requiere una integración total con la logística, la cadena de suministro, el entrenamiento de operadores y el ritmo operativo de las unidades.

Los nuevos sistemas deben ser desplegables en masa desde múltiples tipos de plataformas, operables en red, con nodos distribuidos de inteligencia y ataque y escalables según la misión, el entorno y el nivel de amenaza.

El objetivo es convertir una capacidad tecnológica en una ventaja operativa real, con sistemas que lleguen a tiempo, sean sostenibles y estén alineados con los ciclos operativos de las fuerzas armadas.

Europa ante el desafío: capacidades incipientes y dependencia tecnológica

El conflicto en Ucrania ha catalizado también una reacción en Europa. Hasta fechas recientes, la UE no contaba con capacidades soberanas consolidadas en materia de municiones merodeadoras, dependiendo en gran medida de proveedores externos como Estados Unidos o Israel. Esto ha llevado a varios Estados miembros a adquirir plataformas como el Switchblade (de la estadounidense AeroVironment) o el Harop (IAI, Israel), que, si bien han ofrecido soluciones inmediatas, han demostrado en algunos casos una efectividad limitada en entornos operativos reales, especialmente frente a escenarios electromagnéticos hostiles que anulan el uso de sistemas GNSS, incluso cuando operan en bandas reservadas al ámbito militar.

En paralelo, la industria europea ha comenzado a articular una respuesta con múltiples iniciativas, aunque muchas de ellas aún se encuentran en fases tempranas de madurez tecnológica. Persisten, además, dependencias críticas en componentes clave como sensores, sistemas de guiado, comunicaciones o fuentes de energía, que siguen estando mayoritariamente en manos de fabricantes no europeos. La consolidación de una base industrial sólida y soberana en este ámbito representa, por tanto, uno de los grandes retos estratégicos y tecnológicos para la defensa europea en los próximos años.

¿Qué viene después?

La próxima generación ya está en marcha. Veremos avances en:

  • Navegación avanzada de precisión sin GNSS en entornos hostiles.
  • Coordinación autónoma de enjambres heterogéneos.
  • Estándares abiertos para integración multinacional.
  • Curvas de desarrollo más rápidas, desde el concepto al despliegue.

No se trata solo de tener el “mejor dron”, sino de tener el sistema adecuado en el momento oportuno y en la cantidad necesaria. Porque en el campo de batalla del futuro —que ya es el presente— los drones no solo vuelan: piensan, deciden, cooperan… y atacan. (Miguel Ángel de Frutos, Director General y CTO de UAV Navigation-Grupo Oesía)

El sistema de guiado, navegación y control resulta clave para las nuevas misiones de los UAVs (UAV Navigation - Grupo Oesía)

 

 

 


Copyright © Grupo Edefa S.A. defensa.com ISSN: 3045-5170. Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo sin permiso y autorización previa por parte de la empresa editora.

2 comentarios

  1. MdF | 26/07/2025 16:44h. Avisar al moderador
    Es un guiño a la ciencia ficción que sin embargo está a la orden del día, por la idea o principio subyacente. No en vano, DARPA, la famosa Agencia norteamericana de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa hace referencia a ese mismo espíritu al que hace referencia el artículo: https://www.darpa.mil/news/2024/asimov-approaches ?ASIMOV is attempting to tackle one of the chief concerns of its namesake, author Isaac Asimov: the ability of autonomous systems to follow human ethical norms. Asimov was a writer (and scientist) deeply concerned with exploring the unintended consequences of technology. He?s famous for the ?Three Laws of Robotics,? introduced in 1942, which outline a simple, foundational ethic for robots. Much of his fiction explores the limitations and edge cases which effectively ?break? the intentions of those laws, often with disastrous consequences for humans. The challenges and opportunities Asimov predicted in his writing remain poignant today. The rapid development and impending ubiquity of autonomy and artificial intelligence (AI) technologies across both civilian and military applications require a robust and quantitative framework to measure and evaluate not only the technical, but, perhaps more importantly, the ethical ability of autonomous systems to follow human expectations.?   
  2. WAYNE | 26/07/2025 08:46h. Avisar al moderador
    Esto son misiles, que algunos vaya a hélice en vez de a reacción, no cambia nada. La chorrada de las leyes de asimov, no viene a cuento .no es una ley de verdad. Siempre ha habido armas autónomas trampas, minas... Si ahora se les puede añadir capacidad de discriminación, probablemente se aumentará la seguridad del personal no combatiente.   

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