Vietnam: Cómo se perdió una guerra
Revista Defensa nº 18, octubre 1978, General William C. Westmoreland
General William C. Westmoreland, 5 de agosto de 2016
Los últimos años han sido una experiencia traumática para los Estados Unidos de Norteamérica. El episodio Watergate se ha disecado, investigado y explotado. La culpabilidad por ese sórdido asunto ha quedado establecida firmemente. De eso se han aprendido algunas lecciones y se ha tenido en mente otras... pero hasta ahora ese no ha sido el caso con el desastre de Vietnam.
Vietnam del Sur ha dejado de existir; Vietnam del Norte lo anexionó a su territorio a raíz de una despiadada agresión. La vacilante llama de la libertad se ha extinguido, para siempre. Nuestra patria, en otro tiempo tan honorable, traicionó y abandonó a la República de Vietnam, después de haberla atraído a nuestro lado. Para Norteamérica fue un acto despreciable, un baldón en nuestra historia y posiblemente sea deshonroso en nuestro futuro. Nuestra credibilidad ha sufrido. En bien de nuestro interés nacional, esa lamentable experiencia no debemos ocultarla y olvidarla. De ella hay lecciones que aprender y en nuestro sistema nacional puntso vulnerables que deben estudiarse con el mayor detenimiento.
Nuestro interés en Vietnam del Sur surgió después de la Segunda Guerra Mundial como motivo de nuestra preocupación por la irrefenable expansión comunista en áreas inseguras e inestables. En 1947, el presidente Truman anunció una política nacional por la que los Estados Unidos se comprometían a apoyar incondicionalmente a los pueblos libres que se resisten a ser subyugados por minorías o por presiones exteriores. El Congreso aprobó esta doctrina con una gran mayoría de votos. En 1950 enviamos una Misión...
Contenido solo disponible para suscriptores
Identificación
Suscríbase
Si no dispone de cuenta Paypal, pague con su tarjeta de crédito o débito