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Un tanque Panzer I, estrella en la recreación de la batalla de Brunete

La réplica del carro de mando Sd.Kfz. 265, que pudimos ver en Navalagamella. (foto Julio Maíz)
La réplica del carro de mando Sd.Kfz. 265, que pudimos ver en Navalagamella. (foto Julio Maíz)

En la recreación de la batalla de Brunete, con motivo del 85 aniversario de este enfrentamiento de la Guerra Civil española, destacó la réplica de un tanque Panzer I de mando.

Entre el 6 y el 25 de julio de 1937 se libró la batalla de Brunete que,  además de ocasionar la total destrucción de esta localidad madrileña, afectó  a otras del oeste de la provincia de Madrid, incluida Navalagamella. Es precisamente en éste último pueblo, que perdió el 75 % de sus edificios durante la lucha, incluidos el Ayuntamiento, donde se realizaba el pasado 2 de julio la recreación de la batalla entre el Ejército Popular de la República (EPR) y los nacionalistas encabezados por el general de Franco.

Además de a los integrantes de los grupos de reconstrucción histórica, perfectamente uniformados como los combatientes de ambos bandos, se pudieron ver varias réplicas  de medios blindados de los años treinta del pasado siglo, destacando la presencia, por primera vez ante el público, del “nuevo” carro de mando o Panzerbefehlswagen Sd.Kfz. 265, basado en la barcaza del Panzer I Ausf B.

Este vehículo  es fruto, de nuevo, de la iniciativa de Miguel Gonzalez y Jesus Fernandez, dos aficionados a la historia militar, que tras un importante trabajo de documentación, confiaron la construcción de la réplica a distintos talleres y oficios, quedando su centro operativo en la localidad madrileña de Humanes.

Estamos ante una copia de la versión evolucionada del  tanque Sd.Kfz. 265,  del que entre los años 1938 y 1939 se construyeron en torno a 190 unidades que participó en las filas del Ejército alemán hasta la mitad de la  Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Civil española llegaron 4 de estos pequeños vehículos de cadenas, de una versión previa que carecía de la estructura  sobreelevada para el jefe del carro, y tampoco tenía la rótula esférica para el manejo desde el interior de la ametralladora de autodefensa MG-34, que era girada mediante un sistema más simple y menos eficaz.

En Navagalamella,  que al terminar la batalla permaneció en manos nacionales,  se pueden además ver algunos restos de la línea del frente,  en concreto dos fortines y algunas trincheras. En el fortín, denominado de la Iglesia, fue uno de los principales escenarios de la recreación de la batalla, que estuvo a cargo de la Asociación Española de Reconstrucción Histórica (AERH) por parte de los nacionalistas o la Frente de Madrid por parte del Ejército Popular de la Republica.

Destacar también la participación de la Fundación Don Rodrigo; y del Ayuntamiento de Navalagamella y la Comunidad de Madrid, entre otros organismos oficiales. (Julio Maíz Sanz)

 


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