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Domingo, 7 de diciembre de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

La segunda vida del avión canadiense DHC-4 Caribou del Ejército del Aire y del Espacio

Parte delantera del DHC-4 “Caribou”, que se conserva en la base aérea de Getafe.  (foto Julio Maíz Gutiérrez)
Parte delantera del DHC-4 “Caribou”, que se conserva en la base aérea de Getafe. (foto Julio Maíz Gutiérrez)

Uno de los antiguos aviones de transporte medio canadienses DHC-4 Caribou, que durante décadas llenó el hueco entre los Aviocar y los Hércules del entonces Ejército del Aire español, vive ahora una segunda vida como aeronave de exhibición, tras restaurar profesionales del Ala 35 la parte delantera de su fuselaje.

 Es sorprendente ver la restauración de la sección delantera de este De Havilland Canada (DHC) 4 Caribou, tras pasar más de dos décadas abandonado en el aeropuerto de Cuatro Vientos (Madrid), por parte de dos profesionales de dicha Ala 35, que tiene sede en la también madrileña y cercana base aérea de Getafe. En concreto estos militares del Ejército del Aire y del Espacio han sido el capitán Jorge Navarro y el subteniente Alfonso Illescas, que mandan y pertenecen respectivamente a la Escuadrilla de Infraestructuras del Grupo de Apoyo, de dicha Ala.

 

Estamos ante el primero de los DHC-4 adquiridos por parte del entonces Ministerio del Aire español, como denota su matrícula de T.9-1, que hace alusión a su designación militar española, que se corresponde al noveno tipo de transporte (T) empleado por la Institución desde su creación el 7 de octubre de 1939, al término de la Guerra Civil española.

 

Este aparato en concreto, que es el número 258 de construcción de DHC, fue dado de alta por parte del Ejército del Aire (actualmente Ejército del Aire y del Espacio) el 27 de diciembre de 1967, siendo asignado al Ala 37, que lo operó desde sus sucesivas bases de Albacete (hasta 1974) y posteriormente desde la de Villanubla (Valladolid), donde la Unidad sigue teniendo su sede.

 

Durante su vida operativa ostentó los indicativos 372-01 y luego 37-01, que llevaba cuando se dio de baja el 21 de enero de 1993. Desde entonces, ha pasado la mayor del tiempo inmovilizado a cielo abierto y sujeto a las duras inclemencias meteorológicas de Madrid, hasta principios de 2023, cuando se inició su recuperación, junto a su “compañero”, el T.9-12, que ahora se exhibe en la principal sede de la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC), la base “Príncipe”, en Paracuellos de Jarama (Madrid).

 

Vista del interior del fuselaje del “Caribou” restaurado en Getafe. (foto Julio Maíz Gutiérrez)

 

Entre los meses de febrero y mayo, dichos profesionales dedicaron parte de su tiempo a la cuidada restauración de la cabina, que incluye todo el instrumental y palancas, que suelen ser sustraídos cuando están almacenados y se han de reponer, como pasó también en este caso.

 

Previamente se desarrolló un intenso trabajo de documentación, realizado por capitán Navarro, que logró obtener y aplicar con total fidelidad los tres colores de camuflaje (conocido oficiosamente como lagarto) que llevaban durante las últimas décadas del pasado siglo las aeronaves del Ejército del Aire. Así mismo, lleva pintado el escudo del Ala 35 y los otros rótulos que llevaba cuando estaba en activo.

 

Tras la restauración, con ayuda del Mando Aéreo General (MAGEN) y el Grupo de Automóviles, se trasladó la cabina a la base aérea de Albacete, donde se exhibió al publicó, con motivo de la jornada de puertas abiertas realizada el pasado mes mayo, con motivo del 50 aniversario del Ala 14.

 

Además, en la base aérea de Getafe también se conserva perfectamente restaurado otro Caribou, el T.9-5, que tienen expuesto en una de las calles de la Instalación del Ejército del Aire y del Espacio como T.9-22/353-22. (Julio Maíz)

 


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