Dos veces al año la Base Aérea de Getafe prueba su sistema de frenado de aeronaves, normalmente con un cazabombardero EF-18M del Ejército del Aire, que gracias al gancho de apontaje frena en seco en pista como si fuera la cubierta de vuelo de un portaaviones.
Como las demás bases aéreas españolas, la de Getafe cuenta con sistemas de frenado para aeronaves que aterricen con problemas. Son dos, uno en cada una de las cabeceras de su única pista, la denominada por su orientación 05/23.
Son los cables de frenado Atech BK.12, desarrollados a petición de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos o United States Air Force (USAF), a quien se adquirieron las empleadas en las bases del Ejército del Aire. En la Base Aérea de Getafe es la Escuadrilla de Infraestructuras /Sección de Barreras del Ala 35 la responsable de su manejo y mantenimiento, probándose su efectividad dos veces al año.
Así, como ocurrió hace unos días, se activa una alarma ficticia de que una aeronave en emergencia se aproxima a la base y va a necesitar del uso del sistema BAK-12. Normalmente la prueba la realiza un cazabombardero EF-18M del Ala 12, que tiene sede en la cercana base aérea de Torrejón. El piloto del EF-18M, un teniente, frenó la aeronave con el gancho que monta en el fuselaje, alojado entre las salidas de gases de las dos turbinas. Tras el brusco frenado, los técnicos de dicho Grupo comprobaron el correcto funcionamiento, el punto de acople exacto, miden la carrera realizada por la aeronave tras el enganche, etc.
La prueba se completaba minutos después por parte del avión de combate abortando un despegue desde la cabecera 23. Posteriormente se obtienen exhaustivos datos con los que se hacen los correspondientes informes, que luego son analizados y evaluados por la Maestranza Aérea de Madrid (MAESMA), el organismo del Ejército del Aire que certifica estos sistemas de seguridad.
El sistema de absorbedores de energía BAK-12 está equipado con dos carretes de una ancha cinta de frenado, instalados en sendas casetas en los laterales del sistema, que se sujetan a ambos lados del cable de frenado, situado en una pequeña fosa transversal a la pista. Este diseño permite que la energía máxima que genera la aeronave durante el proceso de frenado se disipe en un margen de 290 metros adicionales a la longitud del avión, aunque suele ser en una distancia mucho menor.çç
El amortiguador BAK-12 utiliza un acumulador de presión estática para soportar 79,3 kilos cada 2,54 cm2 de presión en los frenos. Cuando el tirón de la aeronave supera la presión estática, el sistema de frenado cambia a una bomba hidráulica integral. A medida que la aeronave reduce la velocidad hasta detenerse, los carretes giran más lentamente, lo que reduce la presión hidráulica sobre el freno y evita un "efecto de honda" al final de la carrera. (Julio Maíz)
Fotografía: Momento en el que el EF-18M engancha en uno de los cables de frenado de la base aérea de Getafe. (foto Julio Maíz/defensa.com)





