El pasado 12 de septiembre, la ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, anunció que en los astilleros de Navantia-Puerto Real se construirán dos nuevos Buques de Acción Marítima (BAM) destinados a la Armada. Serán dos patrulleros oceánicos evolucionados y tendrán capacidad antisubmarina.
Montero, candidata a presidir la Junta de Andalucía, que celebrará elecciones el próximo año, lo anunciaba durante el acto de inauguración de Incubazul, una incubadora de empresas ubicada en la Zona Franca de Cádiz. Adelantó también las cifras del nuevo contrato de construcción, que ascenderá a 700 millones de euros, y expuso que garantizará carga de trabajo hasta el año 2030 para la planta gaditana de Navantia, estimando que generará unos 2.000 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos, en la Bahía de Cádiz.
Estamos, a falta de detalles, ante los dos nuevos BAM cuya adquisición autorizó el Gobierno en junio de 2023, y cuyo anuncio de la firma de ejecución con Navantia se hace en el que parecería un momento electoral favorable, con las elecciones en Andalucía ya a la vista.
La gran diferencia de estos dos nuevos BAM, que llevarán los numerales de casco P-47 y P-48, respecto a los 6 previos, es que tendrán capacidad de guerra antisubmarina o ASW (Anti Submarine Warfare), en el marco del denominado programa BAM III. Estaríamos ante un refuerzo muy interesante para la Armada, justo en un momento en el que los riesgos ya no son solo de submarinos, sino los de sabotajes a cableados submarinos y otras instalaciones que han irrumpido de momento en el Báltico en este clima de nueva Guerra Fría con la Rusia de Putin.
La Armada cuenta actualmente con seis BAM, cinco construidos en la Bahía de Cádiz y uno en Ferrol, aunque completado también en las plantas gaditanas. Estos patrulleros tienen 93,90 metros de eslora, 14,2 metros de manga y 4,5 metros de calado, y un desplazamiento de 2.670 los 4 primeros y 2.840 toneladas los 2 últimos.
Actualmente, la factoría de Puerto Real está inmersa en la construcción del denominado BAM-IS (de intervención subacuática), también destinado a la Armada, unos trabajos que se estima que ocupen unos 1,3 millones de horas y que generarán 1.100 empleos: 160 directos, 300 de industria auxiliar y 660 de empresas suministradoras y otras. Su presupuesto asciende a 200 millones de euros.
En unos meses también comenzará la fabricación de bloques para los tres buques de apoyo logístico de sólidos o FSS (Fleet Solid Support) para la Real Marina o Royal Navy del Reino Unido en el marco de este importante contrato de exportación de Navantia.
A ellos se sumarán los dos nuevos BAM, cuya construcción reclamaban desde hace años los delegados sindicales del astillero de Puerto Real. Además, hipotéticamente y a largo plazo, en la factoría, que cuenta con un gigantesco dique seco, sería donde se construiría el portaviones convencional que la Armada quiere incorporar a su Flota, según adelantó defensa.com.
La polivalencia de los nuevos BAM también se extiende a la guerra de antisuperficie o ASuW (Anti-Surface Warfare), ya que estarían dotados con el misil antibuque NSM (Naval Strike Missile) de la firma noruega Kongsberg Defence & Aerospace, tal y como ya explicamos en defensa.com. (Julio Maíz)






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