La Infantería de Marina española, la más antigua del mundo, fundada en 1537, incorporaba en 1963 sus primeros tractores anfibios, los norteamericanos LVT-4 (Landing Vehicle Tracked), hace ahora 60 años.
Este material, que había sido utilizado intensamente por el Cuerpo de los Marines de los Estados Unidos o United States Marine Corps (USMC) durante la Segunda Guerra Mundial (SGM), se incorporó a la denominada “Unidad Experimental Anfibio-Mecanizada”, que se encuadraba en el Grupo de Apoyo del Grupo Especial, que en 1969 pasaría a ser el actual Tercio de Armada (TEAR) de Infantería de Marina.
El proceso que se enmarca en el periodo histórico del renacimiento en el apartado del material de las Fuerzas Armadas (FAS) españolas tras la firma de los “Pactos de Madrid” entre Estados Unidos y España en 1953, que determinó a partir de 1956 que la Infantería de Marina pudiese incorporar un gran número de vehículos de segunda mano, procedentes de los excedentes del USMC.
La posterior llegada de los LVT-4 tampoco fue un proceso fácil, ya que no existía ese precedente de contar con medios mecanizados, por lo que se hubo de desarrollar, los procedimientos y renovar la doctrina de un Cuerpo que hasta entonces había estado compuesto por compañías de infantería ligera, de guarnición, de guardias de arsenales y de defensa de bases y buques.

Portada del número Monográfico del Boletín de Infantería de Marina.
El Boletín de Infantería de Marina, que realiza el Cuartel General de la Fuerza de IM (CG FIM), dedica la mayoría de las 134 páginas de su última edición a analizar todos los vehículos de este tipo que ha empleado el Cuerpo, además de relatar el “precedente” de la utilización de los camiones anfibios DUKW. Recoge la información esencial divulgativa, en la que se repasa la curiosa historia de la adquisición de aquellos LVT-4 norteamericanos, veteranos de la SGM, hasta la transformación de la Unidad Experimental en Compañía de Tractores Anfibios, pasando por su participación en 1964 en el ejercicio “Steel Pike”.
Este periodo es con el que se inicia el monográfico especial del Boletín de Infantería de Marina, que además de numerosas fotografías inéditas, recoge la información esencial divulgativa, en la que se repasa la curiosa historia de la adquisición de aquellos LVT-4 norteamericanos, veteranos de la SGM, hasta la transformación de la Unidad Experimental en Compañía de Tractores Anfibios, pasando por su participación en 1964 en el ejercicio “Steel Pike”.
Tras casi una década de empleo intenso, estos iniciales tractores anfibios fueron sustituidos por los mucho más modernos LVT-7, un modelo que aportaba mayores capacidades para el desarrollo de las operaciones anfibias. En este caso se compraron 19 nuevos, en tres versiones: de transporte de tropas (16), uno de recuperación y dos de mando y comunicaciones. Con esta decisión, el TEAR de la Infantería de Marina española se dotó entre 1972 y 1974 de uno de los medios de este tipo más punteros del mundo, homologándose de paso al equipamiento del USMC, que por esas fechas también se estaban reequipando con estos tractores de cadenas anfibios.
Tras veinticinco años de servicio, esta flota fue sometida por parte de la Compañía Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) de Zaragoza a una completa remodelación industrial, transformándose a la moderna variante AAV-7A1 (Amphibious Assault Vehicle), que actualmente, tras otro cuarto de siglo de magníficos servicios al TEAR, están asignados a de la actual Compañía de Vehículos Anfibios de Asalto del Grupo de Movilidad Anfibia (GRUMA) del TEAR. (Julio Maíz)





