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Lunes, 29 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Cómo España dilapidó su experiencia en artillería cohete

Tubos lanzacohetes del sistema Teruel, ahora pieza de museo (Ejército de Tierra)
Con este último texto completamos el análisis realizado sobre las necesidades de las Fuerzas Armadas españolas en materia de artillería, recordando el conocimiento y la capacidad industrial desarrollada en el área de cohetes que sin embargo no se ha amortizado.

 

Me gustaría recordar aquí una línea de trabajo abandonada hace años y que demuestra la falta de planificación estratégica que impera en la defensa española: en 1954, tras la llegada al Ejército del material de ayuda americano como “pago” de los acuerdos de Madrid por el que se cedían algunas bases a los Estados Unidos, se encarga al Laboratorio Químico Central de Armamento (LQCA) del Ejército la caracterización, estudio y desarrollo de propulsantes para cohetes, para lo cual se firma un acuerdo con la empresa alemana Chemishe Studiein Gesellschaft.

Espectacular lanzamiento de un cohete del sistema Teruel (Ejército de Tierra)

Espectacular lanzamiento de un cohete del sistema Teruel (Ejército de Tierra)

Un año más tarde, el LQCA comienza a colaborar con la comisión encargada del estudio y desarrollo de cohetes para la artillería de campaña. Desde los primeros trabajos se cuenta con el concurso de ingenieros alemanes liderados por el Dr. Grosse. Fruto de los desarrollos se construye un cohete de 300 mm. y 6,2 km. de alcance y otro de 80 mm. y 2,8 km.

Lanzamiento de uno de los cohetes del sistema Teruel (Ejército de Tierra)

Lanzamiento de uno de los cohetes del sistema Teruel (Ejército de Tierra)

En aquel mismo año, se inicia la participación en los desarrollos de cohetes de la Escuela de Aplicación y Tiro de Artillería y de la propia Jefatura de Artillería del Ejército y se constituye una junta mixta que dará lugar en 1965 a la Junta para la Investigación y Desarrollo de Cohetes (JIDC). A ella se incorporan técnicos de la Escuela de Aplicación y Tiro, del propio LQCA, así como del Taller de Precisión de Artillería y del Polígono de Experiencias de Carabanchel.

Cohetes MC25 del sistema Teruel (Ejército de Tierra)

Cohetes MC25 del sistema Teruel (Ejército de Tierra)

Bajo su dirección e impulso, se desarrollan los cohetes C, D, E, G, R y S todos ellos estabilizados giroscópicamente (el cohete C se conoce como “cabezón” y es la evolución de los alemanes A y B de la II GM; el mayor de todos fue el modelo G, con un calibre de 381 mm.). En los años setenta se comienza el desarrollo del modelo T a partir de los R6-B2. Con él, nace en España el Teruel y en Alemania el LARS (Light Artillery Rocket System).

Los cohetes C, D, E y S y sus lanzadores se fabricaron en Trubia; los de tipo R (más pequeños) en Sevilla; las espoletas en Toledo; los aparatos de puntería y la electrónica fue cosa del TPyCEA; las pólvoras procedían de Murcia; la carga de las cabezas de guerra se aborda en la Fábrica de La Marañosa.

Un LARS 1 alemán en 1969, emparentado con el sistema Teruel (Bundesarchive)
Un LARS 1 alemán en 1969, emparentado con el sistema Teruel (Bundesarchive)

A finales de los setenta del siglo pasado se desarrollan los modelos Tajo y Duero y comienza la fabricación en España de pólvoras composites, base de los cohetes Segovia, Duero, MC-25 y MC-40 y el uso de fibras de aramida y carbono en las cámaras de combustión (modelo Segovia 1-3).

Grupo de Artillería Lanzacohetes de Campaña (GALCA) I62 de Astorga, pero sin cohetes (Ejército de Tierra)

Grupo de Artillería Lanzacohetes de Campaña (GALCA) I62 de Astorga, pero sin cohetes (Ejército de Tierra)

Sin embargo, en 1997 se suprime la JIDC y se suspenden los desarrollos, quedando el LQCA (posteriormente integrado en el Instituto Tecnológico de La Marañosa) encargado de las pruebas de vigilancia de los misiles y cohetes en servicio.

Recarga de un cohete, posiblemente en el CEDEA del INTA (Ejército de Tierra)

Recarga de un cohete, posiblemente en el CEDEA del INTA (Ejército de Tierra)

Me cuenta otro artillero, el coronel Armada, que hacia 1980 participó en las primeras pruebas del Teruel 2 en San Gregorio cuando estaba destinado en la Academia de Artillería de Fuencarral. Los cohetes se daban la vuelta porque las aletas estabilizadoras se abrían a destiempo. En aquellas pruebas se lanzaron varios R6B2 antiguos que salían "hacia arriba" porque la pólvora estaba pasada y un cohete C. Algunos cayeron a tierra al salir del lanzador, lo mismo que ocurrió con misiles antiaéreos fuera de su ventana de uso en Médano de Loro años más tarde. A lo que añado yo: la experimentación es lo que tiene.

Durante la existencia de la JIDC participaron técnicos españoles de reconocido prestigio internacional, casi todos ingenieros de armamento y artilleros, como el general Jenaro (que sería reconocido con el premio Daoiz) o el coronel Pérez Crusells, así como numerosos colaboradores de CETME, las fábricas de Santa Bárbara y la industria civil. (Manfredo Monforte Moreno, GD (r) Dr. Ingeniero de Armamento y Artillero de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares)


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