El despliegue del Ejército de Tierra en Eslovaquia en misión de la OTAN ha supuesto el debut de parte de su más moderno equipamiento en operaciones internacionales, como el sistema contra medios no tripulados español Cervus III.
Uno de los más importantes sistemas con las que se ha reforzado la Brigada Multinacional Eslovaquia o MN BDE SVK (Multinational Brigade Slovakia) tras asumir su mando el coronel español de Infantería Francisco Calvo, como capacitadores de Brigada, es el sistema contra aeronaves no tripuladas (UAS) o antidrón Cervus III, desarrollado por una serie de empresas españolas, cuyo liderazgo e integración corresponde al Grupo TRC.
El sistema está en evolución constante para dotar a la que será la primera Batería contra UAS (C-UAS) del Ejército de Tierra, ya se desplegó una versión anterior mucho menos evolucionada, tanto en Malí como en Letonia. Ahora, estamos ante la primera presencia en una misión internacional de la más moderna versión, la Cervus III, que demostró sus capacidades el pasado mes de febrero, según informó el Cuartel General de la Fuerza Terrestre (FUTER).
El Cervus III está pensado para proteger una zona de espacio aéreo crítico, como el área en que se ubique un Cuartel General. En el caso del sistema desplegado en Eslovaquia realiza este rol en favor de la MN BDE SVK, que lidera Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC).
En este video se observa primero uno de los sensores extras con los que cuenta el sistema, en concreto un radar montado en un mástil telescópico desarrollado por Grupo TRC, que usa como plataforma un vehículo todoterrenos 4x4 Urovesa VAMTAC (Vehículo de Alta Movilidad Táctica) S3.
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En segundo plano podemos ver el cerebro del sistema, montado en un todoterreno VAMTAC ST5, que cuenta con un sistema de mando y control en un habitáculo blindado que integra toda la información, en parte gracias al uso de la inteligencia artificial (AI), que proporcionan los sensores del sistema: radares, cámaras, antenas de radiofrecuencia, inhibidores…
Una vez localizada la amenaza, el Cervus III pasa a su neutralización, que puede ser mediante toma de control de UAS sospechoso, o haciéndole perder la conexión y caer el suelo, lo que se denomina como softkill, como demostró durante una exhibición en Eslovaquia, ante un grupo de prensa en el que estuvimos presentes.
El sistema también permite destruir la amenaza mediante el fuego de una estación de armas remotamente manejada o Remote Control Weapon Stations (RCWS) de Escribano M&E, que va armada con una ametralladora pesada Browning de 12,7 mm, que tendría la función de destrucción de los objetivos o hardkill.
El Cervus III también detecta objetivos terrestres, incluidos los no tripulados o Unmanned Ground Vehicle (UGV). Otra clave fundamental del sistema es, dado su desarrollado por la industria nacional, que permite la independencia tecnológica. En concreto participan en él media docena de empresas españolas: Grupo TRC, al frente del programa como integrador; Escribano M&E, con su sistema electroóptico Oteos y la referida RCWS; ART, con el radar; Hispamast, con el mástil; y ATL, con el inhibidor.
El sensor Oteos puede detectar objetivos hasta a 20 kilómetros, mientras que el referido radar ART tiene un alcance de entre cinco y diez kilómetros. En el vehículo de mando y control van instaladas antenas sectoriales de radiofrecuencia para localizar la amenaza, una antena directiva y un sistema de inhibición inteligente. Para hacer frente a los peligrosos enjambres de UAS, el Cervus III cuenta con una “seta”, una antena unidireccional que crea una burbuja de autoprotección contra los UAS alrededor del vehículo. Además, incorpora un UAS cautivo, que puede desplegarse sobre el vehículo a una altura de 100 metros para ampliar el campo de visión.
