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Lunes, 29 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Arquimea trabaja por la creación de un centro de excelencia en física cuántica en Tenerife

ARQUIMEA trabaja por la creación de un centro de referencia en física cuántica en Tenerife.

La multinacional española Arquimea tiene en Tenerife un centro de investigación donde trabajan más de 70 personas en las tecnologías más disruptivas como la física cuántica, la inteligencia artificial, la biotecnología o la robótica.

El Arquimea​ Research Center concentra más de 20 proyectos entre los que destaca QCIRCLE, dentro de la convocatoria Teaming de la Unión Europea. Centrado en la física cuántica, pretende crear en Tenerife un centro de excelencia para el desarrollo y la investigación de las tecnologías cuánticas más prometedoras.

Demostrará el impacto que la cuántica puede tener en la sociedad promoviendo avances en cuestiones medioambientales como las emisiones en la industria o el transporte, así como en el diagnóstico precoz de enfermedades. Además, servirá para promover las vocaciones científicas y difundir entre la sociedad la importancia del desarrollo e inversión en ciencia.

El ARQUIMEA Research Center ha sido seleccionado para liderarlo, trabajando junto al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con su plataforma cuántica QTEP, la Universidad de Ulm y su Instituto de Óptica Cuántica (Alemania), el UK Quantum Technology Hub Sensors and Timing (Reino Unido) y el Institute for Quantum Optics and Quantum Information de la Academia Austríaca de las Ciencias (Austria).

La importancia de la física cuántica

La física cuántica, a menudo considerada como un ámbito abstracto y complejo, tiene un impacto profundo en nuestra vida cotidiana, incluso si no siempre somos conscientes de ello. Fue a principios del siglo XX cuando tuvo lugar la primera revolución cuántica con la formulación de la mecánica cuántica, que revolucionó nuestra comprensión de la naturaleza fundamental de la materia y la energía. Aspectos clave de esta teoría incluyen la dualidad onda-partícula, la superposición cuántica y la incertidumbre.

Por su parte, la segunda revolución cuántica, en la que estamos todavía inmersos comenzó en el siglo XXI, al albur del desarrollo de los grandes ordenadores cuánticos, capaces de realizar en minutos tareas que a los ordenadores tradicionales les llevaría miles de años. La computación cuántica se basa en qubits que pueden existir en múltiples estados simultáneamente gracias al fenómeno de la superposición cuántica. Este hecho abre las puertas a un poder de procesamiento exponencialmente mayor, desafiando todos los límites de los ordenadores tradicionales.

Sin embargo, la computación cuántica no es la única responsable de la segunda revolución cuántica, sino que es uno de los cuatro pilares que la conforman. Se podría afirmar que los otros tres pilares son: sensores y metrología, comunicaciones y criptografía y fotónica integrada.

La cuántica se extiende a cada rincón de nuestra vida diaria siendo motor fundamental del progreso en el siglo XXI. Por citar algunos ejemplos está detrás de las pantallas LED y OLED presentes en televisores, teléfonos inteligentes o monitores de pantalla, en equipos de diagnóstico médico de alta precisión capaces de realizar resonancias magnéticas cuánticas, en la energía solar capaz de aprovechar la conversión cuántica de la luz solar en electricidad o en las comunicaciones cuánticas, dotando de privacidad y seguridad el intercambio de información gracias a la criptografía cuántica.

Como cualquier avance tecnológico, la segunda revolución cuántica trae aparejadas cuestiones éticas y sociales. La posibilidad de resolver problemas complejos podría tener un impacto significativo en la economía, la medicina y otros campos, pero también plantea interrogantes sobre la seguridad y privacidad, las desigualdades sociales o el impacto laboral.

- Seguridad y privacidad: la capacidad de los ordenadores cuánticos para romper rápidamente algoritmos de encriptación convencionales plantea preocupaciones sobre la seguridad de los datos y la privacidad.

- Desigualdades sociales: la adopción temprana de la computación cuántica puede ampliar la brecha tecnológica y económica entre países y comunidades.

- Impacto laboral: el aumento en la eficiencia de la computación cuántica podría cambiar drásticamente la naturaleza de ciertos trabajos, planteando preguntas éticas sobre la reubicación laboral y la protección de los trabajadores afectados.

(José Mª Navarro García)


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