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2020, el año del submarino S-80

(Revista Defensa nº 502, febrero 2020) 2020 se presenta, al fin, como el año de confirmación del programa de submarinos S-80 de la Armada española, tras el cierre del casco resistente del primero de ellos, el S-81 “Isaac Peral”, a finales de 2019.

El 18 de diciembre asistimos a la ceremonia de cierre del casco resistente que tuvo lugar en el astillero de Navantia en Cartagena, después de finalizar la unión de la última sección del buque. Este hito supone que el submarino queda constituido como buque completo, a falta solo del casco exterior y la instalación de los sistemas electrónicos.

Ahora se completará el resto del submarino para que tenga lugar la dotación de quilla en enero de 2020 y se produzca la botadura a finales de octubre o comienzos de noviembre de 2020. Previamente, se ha llevado a cabo el embarque de todos los módulos principales y un nivel de terminación de las secciones muy elevado.

El siguiente paso es la finalización de los trabajos de armamento y el comienzo de la etapa de pruebas. Este hito supone un cambio de fase en la obra. Los trabajos en el submarino se enfocan ahora hacia su puesta a flote, para lo cual se sigue un proceso formal y reglado, basado en la superación de hitos de seguridad.

Este proceso comienza con la puesta en tensión, en la que el submarino empieza a recibir corriente en sus cuadros principales. Continúa con el embarque de baterías, en el que se gana la capacidad de ser autónomo en la generación de energía, y culmina con el propio hito de puesta a flote, en el que el submarino se desplaza al muelle de armamento para el comienzo de las pruebas de puerto.

Durante el evento, Navantia actualizó las características del que considera el submarino de propulsión convencional más avanzado del mundo, que cuenta con  una eslora 80,81 m., una manga de 11,68 m., un puntal total de 13,69 m., un diámetro de 7,30 m., un desplazamiento en superficie de 2.695 ton. y en inmersión de 2.965 y acomodación para una dotación de 32 personas, más 8 miembros de fuerzas especiales.

Estará dotado de propulsión anaerobia, una firma acústica extremadamente baja, una maniobrabilidad excelente a baja velocidad, contará con una alta automatización de sus sistemas, incluyendo uno de combate de última generación, y con un sistema de propulsión independiente del aire (AIP) de última generación, del que ahora hablaremos.

Para la Armada, la buena marcha del programa justificaba la no realización finalmente de la quinta carena al submarino S-73 Mistral, como estaba previsto desde 2015, por lo que será dado de baja en junio de este año. Según la Armada, los recursos económicos que se iban a destinar a la gran carena facilitarán la ejecución de otros gastos necesarios para la entrada en servicio de los nuevos submarinos de la serie S-80.

El AIP

Durante la visita a las instalaciones de Cartagena, el director del Astillero y del Programa S-80, Agustín Álvarez Blanco, nos informó de que durante este mes de enero está previsto que los dos candidatos para dotar el AIP se someterán a la Revisión Crítica de Diseño (CDR), estando previsto que se elija entre ellos en febrero.

Recordemos que el elemento clave que falta por integrar en el sistema de propulsión independiente del aire para los S-80 es el llamado reformador de bioetanol, el dispositivo que debe producir hidrógeno puro a partir de éste, que será luego empleado junto a oxígeno líquido en la célula de combustible para generar electricidad y alimentar todos sus sistemas, incluyendo su motor principal.

Este reformador asegura una generación eléctrica tal que permitirá al submarino permanecer quince días o más bajo el agua (dependiendo de la capacidad de los tanques de bioetanol) sin tener que salir a superficie, sacar el snorkel, ni arrancar los generadores diesel. Hay actualmente dos candidatos para proveer esta tecnología, Abengoa Innovación y Técnicas Reunidas, compañías españolas que han desarrollado demostradores a escala plenamente operativos y entre los que será elegido el equipo a instalar de serie en el tercer y cuarto submarino.

Dado lo avanzado de la fabricación de los primeros submarinos, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes saldrán de fábrica con este sistema integrado, mientras que los 2 anteriores, el S-81 Isaac Peral y el S-82 Narciso Monturiol dispondrán de las necesarias preinstalaciones para recibir su AIP como un retrofit durante su primera parada técnica de mantenimiento o gran carena, para lo que se ha habilitado una escotilla al efecto, que hará innecesario actuar sobre el casco del buque.

El responsable del programa S-80 también nos confirmó que los nuevos submarinos estarán listos para emplear el misil antibuque con capacidad de ataque a tierra Harpoon y contarán con las preinstalaciones necesarias para incorporar el de crucero Tomahawk si la Armada y el Gobierno decidieran finalmente dotarse de esta importante capacidad de ataque a tierra, con la que iban a ser equipados en origen.

Se trata, por tanto, de los primeros submarinos de la Armada española que contarán con capacidad de ataque a tierra, ya que el misil antibuque UGM-84G SubHarpoon Block II tiene esa capacidad secundaria, más allá de la principal contra buques de superficie. Se puede dar cumplimiento así a uno de los roles principales del sumergible, como es la proyección del poder naval sobre tierra, con un claro componente también de disuasión.

El UGM-84 puede ser lanzado en inmersión desde los tubos lanzatorpedos de 533 mm. del submarino y para ello están encapsulados en un contenedor con un impulsor cohete de combustible sólido. Con un alcance estimado superior a las 150 millas náuticas, está dotado de una cabeza de guerra de 220 kg. de alto explosivo, tiene guiado Over the Horizon y sistema de navegación inercial y GPS.

Adquirir el misil de crucero Tomahawk es una vieja pretensión de la Armada española, que quería disponer de ellos en las fragatas F-100 y en los submarinos S-80. Es de largo alcance (más de 2.200 km.), de vuelo subsónico, con capacidad todo tiempo y sistema de guiado preciso, que incluye correlación de imágenes. Su alcance y 545 kg. de explosivo en su cabeza de combate suponen una herramienta de disuasión impresionante.

La versión seleccionada por la Armada sería la RGM/UGM-109E Tomahawk Land Attack Missile (TLAM Bloque IV), una versión mejorada del TLAM-C que permite la reprogramación en vuelo de uno de los 16 objetivos preasignados. La Armada contó con la voluntad política del Gobierno, cuando el entonces ministro de Defensa, José Bono, negoció la adquisición de estos misiles en 2005 con el Departamento de Defensa estadounidense. Sin embargo, la ministra Chacón decidió no seguir adelante con la compra en 2009.

Revista Defensa nº 502, febrero 2020, Ismael Pizarro


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