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Lunes, 29 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La Brigada de La Legión: Pilar experimental de la transformación del Ejército de Tierra

Los actuales vehículos blindados se usan en las experimentaciones para conocer qué medios serán los más aptos para las misiones que llegarán (foto Octavio Díez Cámara).

El Ejército de Tierra español tiene en marcha un ambicioso plan de transformación, que permitirá en torno a 2035, si se cumplen los actuales planes, contar con una estructura operativa basada en brigadas con nuevas capacidades. En el proceso de obtención de lo que será su estructura, medios y potencial para el combate está teniendo un especial énfasis el esfuerzo realizado por la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de La Legión (BRILEG), que ha sido designada como Brigada Experimental (BRIEX), dentro de lo que se conoce como “Fuerza 35”.

La Brigada Rey Alfonso XIII II de La Legión, BRILEG,  como Brigada Experimental dentro de lo que se conoce como Fuerza 35.

Ese objetivo lo ha venido sustentando con una serie de actuaciones ya realizadas y otras que se materializarán en los próximos años. Se trata de un esfuerzo que los legionarios de la BRILEG están asumiendo, a la vez que se mantienen activos en los cometidos que les son propios y les identifican, sin perder un ápice en operatividad y en la capacidad de liderar cualquier esfuerzo expedicionario que, tanto para misiones propiamente relacionadas para el combate, como para otras de pacificación o de formación, puedan encomendárseles.

La idea que desde el Ejército de Tierra se ha pretendido, decidiendo la opción que les presentamos en estas páginas para liderar le proceso de experimentación en curso se enmarca en una situación que difiere bastante de lo que era propio de las últimas décadas.

Hoy, se ha concretado que el entorno operativo futuro se caracterizará por aspectos como la complejidad, la inestabilidad, la incertidumbre o la omnipresencia de la información. Los estados, como ya sucede, se verán envueltos en situaciones en las que habrá una voluntad competitiva notable y en la que se sucederán cambios con gran rapidez, un aspecto que queda especialmente claro tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia de febrero de 2022.

Voluntad positiva

Para hacer frente a ese escenario complejo, en el que los medios de la Defensa tendrán que ser lo suficientemente resolutivos como para garantizar, tanto por la disuasión, como por la intervención. los intereses españoles, el Ejército de Tierra apuesta por una transformación en la que hay que introducir numerosos cambios para obtener las tecnologías y capacidades que le hagan más letal y eficiente en un espacio que, seguro y va a estar condicionado por ámbitos como el cognitivo o el ciberespacial.

Los planificadores han identificado un hipotético escenario de futuro superpoblado, confuso, disputado, conectado y restringido centrado en la población.

Se caracterizará por un entorno operativo en el que habrá actores estatales y no estatales y la definición de la guerra y la paz quedará más diluida.  Fruto de ello se han concretado cuatro entornos de actuación, que incluso pueden, en caso de conflicto, simultanearse. El primero queda definido por el concepto de campo de batalla no lineal, en el que la dispersión será grande y las operaciones se producirán con pocos recursos y en espacios alejados del territorio nacional, siendo bastante probable que allí se trabaje dentro de una coalición multinacional.

Las torres con cañón de 30 mm. de los “Dragón” serán una buena aportación a la hora de hacer frente a enemigos en escenarios convencionales o asimétricos (foto Iñaki Gómez/Ministerio de Defensa).

El segundo sería el escenario urbano con núcleos especialmente poblados en los que la población civil y las edificaciones condicionarían aspectos que van desde el mando y control a los apoyos de fuego; un tercero consistiría en que habría que apoyar a las autoridades civiles cuando haya que intervenir en territorio propio; siendo el cuarto el más importante, porque se refiere a enfrentamientos de alta intensidad contra adversarios tecnológicamente avanzados, caracterizados por capacidades similares o superiores a las propias.

Para iniciar el proceso de transformación, que intentará obtener una estructura operativa nueva y potente que este totalmente lista a mediados de la próxima década, hay que tomar como punto de partida la Directiva 03/18 (Estudios Fuerza 35 y Brigada Experimental) que, tras ser actualizada en 2019, es el marco de referencia del proceso de estudios y experimentación.

El objetivo de estas dos validaciones, lideradas en todo momento por el JEME (Jefe de Estado Mayor del ) y contando con el concurso del EME, está apostando por definir qué tecnologías, organización, tácticas, procedimientos… se requerirán para lograr que Fuerza 35 sea una realidad clara y consistente.

De forma coordinada, y buscando el desarrollo conceptual que dará lugar a la Brigada 35, que sustentará a la anterior, están trabajando distintos mandos. Inicialmente, la Fuerza Terrestre (FUTER), de la mano de su general jefe (GEFUTER), ejerció la dirección y coordinación de un proceso de experimentación que está siendo ejecutado, de forma preferente, por la BRILEG Rey Alfonso XIII, si bien recientemente ha pasado al Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC). En su seno se ha organizado el llamado Grupo Táctico de Experimentación (GTEXP35) que, contando con otros apoyos, asume la elaboración y coordinación del Plan de Experimentación y la realización de los informes posteriores.

La BRIEX

La obtención de los materiales de la BRIEX y de otras unidades le corresponde al Mando de Apoyo Logístico (MALE); los conceptos, doctrina, incorporación de lecciones aprendidas, análisis o extracción de conclusiones es responsabilidad del MADOC y la JCISAT (Jefatura de Sistemas de Información, Telecomunicaciones y Asistencia Técnica) se encarga de los trabajos de prospectiva de las capacidades de los sistemas de información y telecomunicaciones CIS (Command Information System) y tecnologías relacionadas, que incluyen las que facilitan la gestión de la información.

Se conjugarán en la red CIS radios tácticas definidas por software, enlaces cifrados, radio enlaces y hasta satélites. Tomando ese contexto como marco referencial, fue en noviembre de 2018 cuando la BRILEG comenzó a trabajar como BRIEX.

Los esfuerzos iniciales se llevaron a cabo en el Campo de Tiro y Maniobras almeriense de Álvarez de Sotomayor con una serie de validaciones, que llevaron, a finales de 2020, a definir las primeras plantillas tentativas. Se sigue trabajando en ellas, introduciendo las conclusiones de las lecciones aprendidas, con el horizonte de 2024.

Para ese año se prevé iniciar lo que oficialmente se define como fuerza posible y es probable alguna modificación posterior en el camino de fuerza avanzada, que está previsto completar en 2030. Por distintas fuentes oficiales hemos conocido que las futuras Brigadas de Combate (BRICOM), de las que la BRIEX es el referente inicial, tendrían aproximadamente 3.000 efectivos, aunque la cifra final dependerá de los materiales que finalmente se disponga, pues a mayor número de sensores en el campo de batalla.

Todo apunta a que hará falta también personal para su gestión, y que quizás no se tenían identificados. Ello es posible porque se benefician de la llegada de distintas tecnologías disruptoras que las harán mucho más eficientes para el combate, aunque se ha constatado la necesidad de más personal especializado para gestionar sus 900 vehículos o sus muchos sensores. Su estructura, optimizada para cubrir escenarios de unos 100 km. de frente, tendría 1 Núcleo de Tropas de Brigada y 3 grupos de Combate GCBT (Group Combat Battalion).

El primero contará con elementos de Caballería, Zapadores, Logística, Transmisiones, Inteligencia y Artillería, que aportarían una capacidad multidisciplinar en beneficio de las misiones en curso. Por ejemplo, se ha definido ya que los Zapadores participarán activamente en cometidos de movilidad y contramovilidad, que la Logística será especialmente activa o que la Artillería se articulará en estructuras operativas de fuego indirecto en las que se integrarán morteros capaces de alcanzar objetivos a 7-10 km., obuses capaces de lograr a impactos a 50 y, posiblemente, lanzacohetes pensados para neutralizar objetivos a 100.

Lo que serán los GCBT lo ha experimentado con especial hincapié la VIII Bandera Colón, que en el proceso de validación realiza un ejercicio de fuego real cada dos meses. Su experiencia ha sido importante para definir que deberán ser capaces de luchar contra un enemigo tecnológicamente superior por espacio de 24 a 72 h., tendrán una entidad de batallón/bandera de Infantería con, aproximadamente, medio millar de efectivos y unos 100 vehículos reforzados con más personal y medios de los apoyos que se precise para darles más capacidades.

La implementación de las futuras BRICOM se beneficiará de l equipos y tecnologías mucho más avanzadas que las actuales (foto Octavio Díez Cámara).

Unidades

Entre otras, contarán la Unidad de Apoyo de Fuegos (UAF) con especialistas JTAC (Joint Terminal Attack Controller), los morteros pesados, un Núcleo de Ingenieros, la Sección de Reconocimiento (SERECO) y equipos de Logística, vigilancia, tiradores pesados o de sistemas aéreos no tripulados, o RPAS (Remotely Piloted Aircraft System).

Será normal que los CGBT se disloquen en sus acciones, en las que tendrán que tener una reducida huella logística propia para ser autónomos durante periodos de 5 a 7 jornadas, en 3 subgrupos tácticos (SGCBT).

Ahora se contempla tengan algo más de 100 militares y 16 vehículos repartidos en su estructura, aportados por 3 secciones de Infantería y 1 de Ingenieros focalizada en la realidad del combate y en capacidades como la apertura de brechas. En la BRICOM, y a su nivel en los GCBT, se incluirán 2 puestos de Mando Tácticos (PCTAC), que serán más austeros, ágiles y versátiles, y tendrán una menor huella para evitar su intercepción por parte del enemigo. Al tener 2, con características que los hacen totalmente intercambiables y más dinámicos, se lograría una mejor conducción de las operaciones, porque se pueden ir relevando en su trabajo y si cae uno el otro continuaría activo.

Gracias a enlaces por satélite se mantendrá contacto en tiempo real con el puesto de mando de la Brigada, que pudiera incluso estar en territorio nacional mientras la fuerza lo está en una zona de operaciones en otro país, y que se conoce con las siglas PCAR (Puesto de Mando de Apoyo a Retaguardia).

Por cierto, se ha definido, en relación con las futuras estructuras, que serán necesarios nuevos procedimientos tácticos y de apoyo para la Policía Militar o que hay que potenciar todo lo relacionado con la Inteligencia para tomar decisiones de forma más rápida y descentralizar tanto la ejecución de las acciones, como el liderazgo de las mismas.

Paralela y complementariamente, se realizan trabajos de experimentación para detallar nuevos conceptos, evaluar distintas novedades tecnológicas e implementar mejoras que hiciesen de los anteriores un medio mejor y más adecuado para lo que se pretendía. Se trata de una validación activa que está previsto se lleve a cabo de forma escalonada hasta que Fuerza 35 se materialice.

Es importante señalar que la BRIEX combina en su trabajo diario el adiestramiento para alcanzar el mejor grado de preparación y la experimentación de conceptos y realidades en aras del objetivo de los planes anuales de preparación, que incluyen actividades y experimentos semestrales dirigidos por el GEFUTER y aprobados por la División de Planes.

Transformación a futuro

Los que llevamos muchos años analizando la defensa de España en sus distintas vertientes hemos conocido las muchas luces y algunas sombras de los diferentes esfuerzos que el ET ha iniciado para impulsar su transformación y reestructuración en las últimas décadas. META, RETO o NORTE fueron planes que no llegaron a completarse, lo mismo que sucedió con las pretendidamente novedosas BOP (Brigada Orgánica Polivalente).

Contando con esa referencia histórica clara, no parece fácil, pese al interés que se tiene en conseguir el objetivo y contar con una previsible década prospera en lo que a créditos económicos se refiere, que se llegue a materializar todo lo que se busca con Fuerza 35.

Oficialmente se enmarca en ser un componente esencial de la fuerza conjunta y estar capacitado para constituir organizaciones operativas flexibles y cohesionadas, dotadas fr medios tecnológicamente avanzados y formadas por personal altamente motivado y preparado. Será capaz de operar en todo tipo de entornos y de integrarse en estructuras multinacionales para asegurar la protección de la población y el control del territorio y recursos. Con ese objetivo surgió el programa BRIEX, que busca que el ET sea capaz de actuar en una serie de entornos.

Se definen como impredecibles, dinámicos, inestables y de creciente complejidad y son escenarios en los que se tendrá que actuar contra amenazas sustentadas por avances tecnológicos especialmente rápidos, tecnologías de uso civil y militar, y situaciones caracterizadas por la hiperconectividad. Las brigadas serán las unidades de combate referentes dentro de las fuerzas operativas terrestres españolas y estarán dotadas con capacidades globales que les permitan actuar como un sistema de combate integral.

Por lo que sabemos, la implicación de la BRILEG en esa voluntad ha determinado, con distintas actuaciones llevadas a cabo desde 2019 en un periodo en el que la COVID-19 ha provocado algunos retrasos, pruebas de materiales complementarias a la elaboración de la propuesta de plantilla orgánica táctica -u operativa- que se toma como referencia de partida conceptual para afrontar los diferentes escenarios y que podría estar lista en 2024 para poder afrontar la organización de la futura Brigada 35 dentro de un primer horizonte definido como fuerza posible.

La validación de sistemas y equipos es un proceso activo que contempla la llegada de nuevos materiales y la validación de otros que puedan tener interés.

En esa búsqueda, y apostando por el mayor rédito de sinergias posibles, pues ya se ha concretado que las máquinas desplazarán a los humanos, aunque no los sustituirán, han llegado a la BRIEX, y forman parte de sus activos operativos, recursos como los avanzados VERT (Vehículo de Exploración y Reconocimiento Terrestre), realizados gracias a una colaboración de Navantia Sistemas y Urovesa y operativos en la Sección de Exploración y Vigilancia de los ERECOS (Escuadrón de Reconocimiento) del Grupo de Caballería Ligero Acorazado (GCLAC) Reyes Católicos II de La Legión, del Acuartelamiento General Gabeiras de Ronda (Málaga).

En unidades como la Compañía de Inteligencia de la Bandera de Cuartel General, asentada en la Base Álvarez de Sotomayor de Viator (Almería), se han recibido RPAS, que incluyen los Orbiter 3 comprados en 2018 y 2022 a la israelí Aeronautics. Cada uno de estos sistemas tácticos comprende 3 UAV (Unmanned Aerial Vehicle), estaciones de datos y de control en tierra, terminales de video remoto, equipos de apoyo en tierra o los sensores que, como la cámara T-Stamp-XR, conforman su carga útil.

VAMCTAC ST5 carrozados y configurados como puesto de mando de batallón para facilitar su rápido desplazamiento en apoyo de operaciones que serán más dinámicas y exigentes (foto Octavio Díez Cámara).

Pruebas

Han llegado también, y están en servicio en unidades tipo sección y pelotón tras un curso de formación de formadores que se desarrolló entre el 17 y 19 de abril de 2018 en Viator, los minúsculos micro-UAV PD-100 Black Hornet 3 de la estadounidense Teledyne FLIR que, dentro del concepto de sistema de reconocimiento personal aéreo para soldados a pie, ofrece plataformas con cámaras ópticas y con térmicas que, por su muy pequeño tamaño y discreción en vuelo, facilitan la percepción situacional próxima. Las pruebas materializadas han incluido algunas de empresas españolas que propugnan la búsqueda de mayor capacidad de fuegos.

Se han validado morteros embarcados, como el EIMOS de Expal, que incluye una pieza media ECIA de 81 mm- en un afuste que permite moverla con rapidez y precisión situado sobre un vehículo VAMTAC ST5 modificado y probado también por la VIII Bandera Colón; el pesado Alakran de 120 mm. de NTGS (New Technologies Global Systems).

La necesidad de contar con armas como esos dos morteros embarcados, que estarían apoyados por herramientas como el TALOS Técnico 6.0 de GMV Innovating Solutions, se enmarca en su aportación innovadora, que permite realizar varios disparos en un plazo reducido de tiempo y la rápida salida de posición, evitando los fuegos de contrabatería del adversario.

Complementariamente, han participado en pruebas relacionadas con el que será su futuro vehículo de combate, el 8x8 Dragón, del cual el fabricante, Tess Defence, ya ha entregado 5 demostradores y 7 de la versión VCZ (Vehículo de Combate de Zapadores) que, contrariamente a lo que parecería, no han llegado en el momento de escribir estas líneas a la BRILEG para ser sometidos a más pruebas e iniciar con ellos las operaciones previas a su puesta en servicio.

En espera de que se vayan recibiendo lotes de los primeros 348 vehículos contratados, han realizado experimentaciones, como las relativas a la verificación del potencial del vehículo autónomo terrestre UGV (Unmanned Ground Vehicle) de tracción a oruga Themis de Milrem Robotics, para transportar cargas de hasta 750 kg. de forma óptima, la comprobación de las capacidades de equipos radio UHF (Ultra High Frequency) de Elbit ,que son capaces de establecer distintos canales de comunicación simultaneando voz y datos; novedosas estaciones de generación de energía basadas en pilas de metanol, que aportan muy bajo impacto acústico y térmico; validación de las tecnologías asociadas a  la nube táctica 5G, el análisis de la necesidad de equipos como el Cervus y guerra electrónica para la lucha contra UAV; o la validación la configuración ergonómica de los nuevos cascos Cobat y chalecos porta placas de FECSA, material este último que aporta ligereza a quien lo usa para facilitar sus movimientos dinámicos y obtener una mejor combinación entre versatilidad operativa y nivel de protección.

Las validaciones de material incluyen un lote de visores Romeo4T y ópticas Juliet4 de Sig Sauer, usados en fusiles de asalto G36E y en ametralladoras ligeras MG4 -ambos de 5,56x45 mm.- por parte de distintos colectivos de legionarios. Asimismo, comenzó la llegada de los puestos de tiro del sistema de misiles contracarro Spike LR2 que, aportando más prestaciones sus sensores y armas capaces de alcanzar objetivos a 5,5 km., se van a ir generalizando en las futuras BRICOM del ET, para reemplazar los lanzadores contracarro TOW que aún restan en servicio.

Importante es apuntar que han recibido también algunos rifles de precisión AXMC del .338 Lapua Magnum, que se irán generalizando en un número mayor y serán complementados con armas semiautomáticas de 7,62x51 mm., especialmente útiles para los tiradores de precisión. Se prevé la llegada de las últimas versiones de los lanzacohetes desechables Instalaza C90 y C100 Alcotán y se irán generalizando y mejorando aún más los sistemas de control de la batalla BMS (Battlefield Management System), de forma que su información pueda ser aprovechada por los distintos niveles de las estructuras orgánicas.

Todo lo apuntado se enmarcaría dentro de un objetivo claro para la BRILEG: el servir como marco en el proceso de definición de lo que serán las próximas BRICOM,  pensadas para combatir en escenarios futuros en los que trabajarán con nuevos procedimientos, materiales y organizaciones. Su esfuerzo queda sustentado, como Brigada de referencia que es la Rey Alfonso XIII, con equipos, misiones y capacidades consolidadas, que presentaremos en un próximo reportaje. (Octavio Díez Cámara)

 

 

 

 


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