El Ejército de Chile pone a prueba sus obuses Soltam M-71 en un exigente ejercicio de certificación

En un paisaje que combina la árida vastedad del altiplano con las imponentes cumbres de la cordillera, los efectivos del Grupo de Artillería N.° 10 “Borgoño”, adscritos a la Brigada Motorizada N°1 “Calama” del Ejército de Chile demostraron una vez más su destreza y preparación en un reciente ejercicio de certificación. Bajo las duras condiciones de altitud y clima que caracterizan esta región, los artilleros ejecutaron procedimientos de tiro con el obús Soltam M-71 de 155 mm, empleando tanto técnicas de puntería directa como indirecta. El evento, que forma parte de su Ocupación Militar Especializada (OME), pone de relieve el compromiso del Ejército de Chile con el mantenimiento de un alto nivel de entrenamiento y operatividad.

Las imágenes compartidas capturan el momento en que los soldados, equipados con sus uniformes de combate, maniobran la pieza artillera en un entorno que desafía tanto la resistencia física como la precisión técnica. El obús Soltam M-71, un arma de gran alcance, se alzó como protagonista al abrir fuego, lanzando proyectiles de 43,7 kilos a una distancia de hasta 23,5 kilómetros, con una velocidad inicial que supera los 820 metros por segundo. Aunque las fotografías no logran transmitir el estruendo ensordecedor del disparo, el polvo levantado por el retroceso da una clara idea de la potencia desplegada.

Este cañón, capaz de apoyar a las tropas propias, realizar fuego de contrabatería o interdictar el campo de batalla, alcanza objetivos a casi 24 kilómetros, una distancia que equivale al trayecto entre el centro de Santiago y la comuna de San Bernardo. Su diseño, que incluye un cañón de 39 calibres y un sistema de carga asistida por aire comprimido, le otorga una ventaja significativa en términos de alcance y cadencia, con una tasa de fuego sostenida de hasta 2 disparos por minuto.

Artilleros municionando en obús Soltam M-71. (foto: Ejército de Chile)

Un entrenamiento en las alturas

El ejercicio, llevado a cabo en las últimas semanas, no solo puso a prueba la capacidad técnica de los artilleros, sino también su adaptación a las condiciones extremas del altiplano chileno. Con altitudes que superan los 3.500 metros y temperaturas que pueden descender drásticamente, los soldados del “Borgoño” demostraron una preparación que combina experiencia y disciplina. Este tipo de maniobras, habituales en la Brigada Motorizada N°1 “Calama”, reflejan la importancia estratégica de esta unidad, ubicada en el corazón de la región de Antofagasta, y su rol como reserva clave del Ejército de Chile.

La Soltam M-71, un sistema artillero de origen israelí adoptado por las fuerzas chilenas, sigue siendo un pilar en el arsenal nacional. Su versatilidad y potencia la convierten en un activo esencial para operaciones en terrenos complejos, como los que rodean la cordillera andina. Los resultados de esta certificación, según fuentes del Ejército, refuerzan la confianza en la capacidad de respuesta de la institución ante cualquier desafío, consolidando su legado de más de 215 años de historia.

Con esta actividad, el Ejército de Chile reafirma su compromiso con la modernización y el entrenamiento continuo, asegurando que sus unidades estén listas para enfrentar escenarios diversos y exigentes, tanto en tiempos de paz como en situaciones de contingencia. (Luis Andrés Lautaro)

Otro ángulo del municionamiento del obús. (foto: Ejército de Chile)