La teniente Beatriz Luberiaga Bezerra, ingeniera militar de la Sección de Misiles y Cohetes del Centro Tecnológico del Ejército (CTEx), se convirtió en la primera mujer del Ejército brasileño en realizar un lanzamiento real estandarizado con el misil antitanque MAX 1.2 AC. El ejercicio tuvo lugar en el Centro de Evaluación del Ejército (CAEX), como parte de las pruebas del sistema de misiles MAX 1.2 AC, en las que participaron el CTEx y la empresa SIATT, encargada de la fabricación del misil.
La actividad consistió en un lanzamiento de telemetría, destinado a calificar a los proveedores de componentes y subsistemas, con el fin de verificar el mantenimiento de la conformidad y el rendimiento del sistema ante la integración de materiales de diferentes orígenes. Esta prueba forma parte del conjunto de ensayos necesarios para la entrega del lote de municiones adquirido por el Comando Logístico de la Fuerza (COLOG).
El proceso de calificación de proveedores buscaba asegurar que los nuevos socios industriales cumplieran plenamente con los requisitos técnicos, de fiabilidad y trazabilidad definidos por el proyecto. Este proceso es fundamental para validar la intercambiabilidad de componentes y subsistemas, garantizando que el sistema mantenga su rendimiento operativo incluso con la incorporación de materiales de diferentes fabricantes, fortaleciendo así la cadena de producción local.
El misil MAX 1.2 AC es un sistema antitanque superficie-superficie de medio alcance, compuesto por un misil encapsulado en su tubo lanzador y una unidad de disparo portátil. El sistema fue probado y evaluado por el Centro de Evaluación del Ejército y aprobado por el Departamento de Ciencia y Tecnología, de acuerdo con los requisitos establecidos por el Ejército Brasileño, cumpliendo con todas las normas técnicas exigidas.
En julio de 2025, el misil MAX pasó por el proceso de adopción del Ejército brasileño y actualmente es el principal sistema de armas nacional para su uso contra objetivos blindados. A fines de septiembre del año anterior, se habían realizado algunos lanzamientos experimentales en la frontera con Venezuela.
Se dedicaron tres días de preparación al montaje y verificación de los sistemas de apoyo a las pruebas, incluyendo la instalación de cámaras de alta velocidad, drones para grabación visual y monitorización en tiempo real, sistemas de adquisición de telemetría y la realización de pruebas de ingeniería necesarias para validar los parámetros de seguridad y rendimiento del sistema antes del lanzamiento.
El MAX 1.2 AC tiene un alcance de hasta 2.000 metros contra vehículos blindados, está equipado con sistema de visión nocturna infrarroja y es apto para tropas aeromóviles. (Javier Bonilla)
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