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Fusil Colt M-16

Ayer noticia

En este fusil automático, que a partir de 1962 integra también la panoplia de armas portátiles de las F.ÁA. de los Estados Unidos, se encuentra la raíz de un grupo de armas que configura otra etapa en la historia de las armas y calibres de Infantería. Al ser provisto a las tropas norteamericanas que operaban en Vietnam, fue muy discutida su calidad de “arma militar” lo que inclusive determinó la formación de una Comisión Investigadora, en el Congreso, para dilucidar su efectivo rendimiento táctico.

Arma larga, automática y de uso individual, tiene, entre otras, la particularidad del calibre y tipo de cartucho que utiliza: el 5,56x45 mm. (.223”) y que, a diferencia de la munición del M.14, escapa a la sistematización de OTAN; cartucho con la designación militar M.193 desarrollado sobre el tiro deportivo 222” Magnum, de Remington.
Fue proyectado sobre la base de su predecesor, el AR-10, entre los años 1957-58 por Eugenio Stoner, especialista en armas automáticas portátiles y ligeras, como una respuesta técnica a las exigencias militares vigentes. Se le bautizó como Armalite AR-15 y su venta fue promocionada en la Fuerza Aérea y Policías estadounidenses.
Las particularidades de su construcción revelan una tecnología compleja, de avanzada, en la que predominan las aleaciones ligeras no ferrosas, aceros especiales y resinas plásticas de alto impacto, con excelente aislamiento térmico basado en la fibra de vidrio. Los detalles de la materia prima y de la ingeniería del producto, exigen, en el proceso industrial, un óptimo equipamiento de manufactura con la consiguiente mano de obra calificada, lo cual limita la posibilidad de que sea fabricado en países sin el nivel metalúrgico tecnológico de los Estados Unidos.
En esencia, es un moderno fusil automático cuyo comportamiento, después de las fallas mecánicas, y balísticas detectadas durante su debut en el Sudeste asiático, ha sido investigado a fondo, determinándose su tasa de fallas genéricas, sobre las que se trabajó para su superación funcional.
En síntesis, el Grupo de Armas Armalite, por sus singulares características, ha suscitado conflictos, pero igualmente es indispensable destacar —como muy positivo— que, entre sus virtudes, tanto el fallido AR-10 como el actual M.16, con sus variaciones o alternativas tácticas, constituyen el punto de partida hacia el logro de un Sistema de Armas de Infantería.
En cuanto a la adopción de su munición, es conveniente señalar que el uso de este calibre constituye la versión última o respuesta norteamericana a los requerimientos tácticos para tipificar un cartucho intermedio. Esto equivale a justamente a lo opuesto del concepto alemán que fundamentó el nacimiento de dicho cartucho, reduciendo la velocidad inicial y, con ello, la relación peso/potencia, por disminución de peso del proyectil y de la carga de proyección, manteniendo los diámetros fundamentales de la bala y de la vaina del cartucho convencional de Infantería, todo ello con el fin de obtener el máximo aprovechamiento del equipamiento ya existente en las líneas de producción normales de las fábricas de cartuchos. Los norteamericanos pretenden obtener los mismos resultados balísticos con su nuevo grupo de cartuchos .223”/.224”, partiendo también de la disminución de peso de la bala —logrado por reducción de su diámetro—, pero compensándolo con el incremento de la velocidad inicial.

BREVES ANTECEDENTES HISTORICOS

En 1955 la firma Armalite, de Costa Mesa, California —subsidiaria de la Fairchild Engine and Airplane Corporation—, logró un contrato de fabricación para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que recibió la denominación oficial MA-1 Survival Rifle. Este primer éxito comercial en el mercado estatal de armas, hizo que la empresa se dedicase, entre 1955 y 1960, al desarrollo de material militar.
Las experiencias proyectivas de Armalite en calibres militares comenzadas en 1954 con el AR-7, culminaron dos años más tarde con el ya mencionado fusil automático AR-10 y sus alternativas tácticas. Fue así como tomando como base de desarrollo al AR-10, y utilizando el cartucho .222” de Remington, surgió en 1957 el primer fusil AR-15 que posteriormente, y con las consiguientes reformas, tomó estado militar con la catalogación M-16 y M-16.A1, como módulo-base del Grupo de Armas calibre 5,56x45 mm. (.223”), objeto del presente estudio.

foto: Guerrilleros vietcong armados con fusiles M-16A1 de 5,56 mm. capturados.

Precisamente, en 1957, el Mando del Ejército Continental (CONARC), de los EE.UU., concurrió a la redacción de un requerimiento militar para el futuro fusil automático individual. Esas disposiciones establecían peso mínimo, cargado, no superior a los 2.800 g.; precisión y trayectoria semejantes o superiores que las del fusil M-1 Garand hasta los 450 m.; aptitud para efectuar tiro selectivo (simple y ametrallador); capacidad de la combinación fusil - munición para perforar un casco normalizado o una plancha de acero de 2,5 mm. de espesor, a 450 m. y potencia letal semejante o superior a la de la carabina semiautomática M-1, hasta la distancia indicada.
Lo importante de estas exigencias radica en que no se fijaron calibre ni cartucho determinado; únicamente se configuró un parámetro de potencial, dejándose plena libertad de desarrollo.
En 1958, terminado por Armalite un lote experimental del AR-15, fue distribuido entre el Centro de Investigaciones de Aberdeen (APG), Fort Benning y Fort Greey, siendo dichas armas evaluadas. Con posterioridad, y en forma sucesiva, comenzaron a ser adquiridas en partidas experimentales de dotación complementaria, por la USAF, los Grupos de Experimentación dependientes del Departamento de Defensa, Ejército e Infantería de Marina; entidades oficiales que al someter al material a una serie de pruebas, coincidieron en destacar la interdependencia de los dos aspectos reiteradamente señalados: arma/cartucho, elementos que hacen obvias sus incidencias particulares para la calificación de sus condiciones operativas. Y fue este doble aspecto de análisis en la concurrencia de prestaciones el que creó el conflicto que subsiste hasta la fecha para todas las armas militares de este calibre.
En 1959 la firma Armalite, al recibir los primeros contratos de la USAF, negoció la licencia fabril con la firma Colt Industries que, a partir de entonces, sería su principal productora en escala industrial, debiendo proveer este material a los EE.UU. y, luego, también al Vietnam del Sur ante el incremento de las acciones bélicas en este último país y la obligada participación directa de los norteamericanos. Por cierto que los AR-15 tuvieron una gran acogida entre los sudvietnamitas en razón de su ligereza, corta longitud, buena estabilidad en tiro automático y bajo valor de energía de retroceso (0,412 kgm contra 1,230 kgm del fusil M-14). Este doble éxito, al margen de las prestaciones balístico-técnicas, fue de índole operativa general, puesto que por las características antropométricas del personal de la región, se adaptaba al físico medio del individuo indochino, en el que predominan la escasa talla y el poco peso.
En 1962, con la designación oficial Rifle 5.56 mm. XM-16.E1, pasó a integrar la dotación de armas portátiles norteamericanas, y a partir de 1967, el Ejército y la Infantería de Marina lo designaron M-16.A1; notación con la cual es conocido en la actualidad. Por el contrario, la Fuerza Aérea continúa denominándolo simplemente M-16.

foto: Subfusil o carabina de cañón pesado de 10” (24,5 mm.) M-231, con culata recogida.

Para concluir, recordaré que fue también en el teatro de operaciones del Sudeste de Asia donde recibió las mayores críticas, provocando la intervención del Gobierno norteamericano en el año 1967. Los resultados de esa investigación parlamentaria se tradujeron en un extenso y muy completo informe redactado por la denominada Comisión especial para la evaluación del fusil M-16. En dicho documento aparecen registrados con toda precisión, distintos aspectos técnicos y de circunstancias que planteó el uso bélico del arma; incluyendo la premencionada tasa de fallas genéricas, motivo por el cual constituye un trabajo de gran interés profesional, de mucha vigencia, e indispensable para ser tenido en cuenta en los desarrollos de nuevas armas militares de calibre reducido.

ASPECTOS ESPECIFICOS DEL ARMA

El M-16 es de diseño no convencional, ya que tiene una estructura morfológica rectilínea, a diferencia del M-14 que se identifica con la clásica línea del M-1 Garand. Lleva el cilindro de la toma de gas por encima del cañón, y dispositivo de puntería sobreelevado. Asimismo, posee empuñadura posterior tipo pistola, que por su formato, tamaño, inserción angular y ubicación, posibilita un agarre rápido, cómodo y firme. Este elemento, por encontrarse situado muy próximo al eje del conjunto y centro de equilibrio del arma, es un factor positivo que favorece a la estabilidad dinámica del fusil, aun durante el tiro ametrallador de alta cadencia.
Una de las características destacables en su concepción técnica, lo constituye el sistema de accionamiento del cierre, que se efectúa sin la intervención de un pistón convencional. En esta arma, los gases del disparo tomados del zuncho, actúan directamente a través de una cañería exterior que los transporta, a su vez, hacia una toma interior acodada (receptor), ubicada fija en la parte delantera y superior del cerrojo, y que se mueve con éste. Es un curioso principio de funcionamiento, similar al adoptado por el fusil sueco Ljungman 42-B y el francés MAS- 49, también de autocarga. Por otra parte, el sistema de rotación de la cabeza del cierre (como pieza semi-independiente) es una adecuación de la solución Scotti, italiana.
En este sistema, los gases del disparo son tomados a través de un orificio de 1,6 mm. taladrado perpendicularmente (90°) al eje del ánima y colocado a 330 mm. del plano de acerrojamiento. Dichos gases, son canalizados por un cilindro de acero inoxidable de  4,5 mm. y de 375 mm. de extensión total hasta el plano de acoplamiento. Desde allí son transferidos al dispositivo de 6 mm. acodado en el cerrojo, que enfrenta a esta salida gaseosa y ensambla con el brocal del cilindro cuando se encuentra acerrojado; es decir, apoyado obturando la recámara. Con el retroceso total del cierre, tiene lugar el escape del excedente gaseoso hacia el cuerpo y cola del cerrojo, hasta su posterior y total salida al exterior. Esta disipación del gas sobre el cuerpo del cerrojo resulta negativa ya que origina grandes ensuciamientos del conjunto, cuando se dispara intensamente.
El sistema de acerrojamiento (bloqueo) es por rotación de la cabeza del cerrojo, que obtura la recámara mediante el acuñamiento de su corona de siete tetones en sus correspondientes alojamientos ubicados en el extremo delantero interior del cajón de mecanismos.
En el primer momento de la canalización de los gases, coincidente con las mayores presiones provenientes de la combustión de la pólvora, la cabeza rotatoria del cerrojo permanece quieta, desvinculada, manteniendo la hermeticidad de la recámara, mientras el cuerpo del cerrojo —masa corredera de deslizamiento rectilíneo—, es llevado hacia atrás por el empuje del fluido, hasta que, luego de cubrir una carrera libre de 8 mm., produce el giro de 2205’ de los ya mencionados tetones de la cabeza móvil del cerrojo.  Este movimiento tiene lugar, a su vez, por la acción de otro tetón guía que se desplaza en una ranura helicoidal tallada en la parte superior del cuerpo del cerrojo, el que, por arrastre, causa la rotación de dicha cabeza, que constituye una pieza autárquica, y con ella su desbloqueo. El peso total del cerrojo (cuerpo-corredera con la cabeza rotatoria incluida) es de 275 g.
Esquemáticamente, el cerrojo consta de dos piezas intervinculadas por un tetón-guía, que calca el desarrollo helicoidal de un canal que le imprime una rotación adecuada en una unidad de tiempo, permitiéndole un movimiento transversal de destrabe y el subsiguiente retroceso. Ese espacio recorrido de 8 mm., nos determina el tiempo que tarde el cerrojo en comenzar a retroceder. Es equivalente a la inercia o quietud de dicho cerrojo, durante la cual se tiene asegurado el acerrojamiento y la consiguiente obturación de la recámara. Con este retardo, se mantendrá inmovilizada la vaina servida en el instante de las máximas presiones gaseosas. En consecuencia, cualquier alteración de esta inercia, originará una falla de funcionamiento, más o menos grave, si el acerrojamiento fue defectuoso.
Para superar estas eventuales y peligrosas fallas, se le adiciona un elemento auxiliar de accionamiento manual, destinado a asegurar un buen acerrojamiento, que aparece ubicado oblicuamente en el costado derecho del cajón del mecanismo. Este dispositivo —verificador de acerrojado (forward bolt assist)— es un manguito que actúa sobre una cremallera fresada en el lado derecho del cuerpo del cerrojo, permitiendo que desde el exterior, por empujes sucesivos, el tirador logre forzar la rotación de los tetones del bloque. Dicho artificio, identifica a las series M-16.Al. Fue una solución de urgencia, que posteriormente pasó a la producción normalizada.
En cuanto a la regulación del tiempo en esta arma, es conveniente tener en cuenta que ciertos detalles de su proyecto y tecnología favorecen las fallas de funcionamiento. Sin embargo, los detenidos estudios y experiencias en el uso, evidencian que, como en el caso de cualesquiera de los demás ejemplares de su familia, el principal problema estriba en que dicha alteración o anomalía funcional suele ser el resultado de una suma de aspectos técnicos, pero particularmente de mantenimiento.

EL CAÑÓN

Pieza sustancialmente importante en toda arma de fuego el de este fusil, en función de su comportamiento balístico, por las características de la munición, sufrió el cambio de paso del ánima. En su versión AR-15, primitivamente fue de 6 estrías dextrogiras que desarrollaban una vuelta en 356 mm. (14”). Luego de las pruebas conducidas por la Asociación Nacional de Tiradores de los EE.UU. (NRA), en 1962, se vio que con dicho paso, la estabilidad del proyectil era insuficiente en ciertas condiciones. Por ello se recomendó el reemplazo del viejo cañón por uno nuevo, de igual cantidad de rayas y sentido de rotación, pero con un paso más cerrado; o sea, de 305 mm. (12”), lográndose así un mejoramiento en la precisión y balística de efectos, al aumentar la velocidad giroscópica del proyectil. Sobre este tema, cabe también cosignar que, en Europa e Israel, se siguen haciendo experiencias con nuevos pasos de rayado para obtener mejores resultados balísticos de este controvertido cartucho norteamericano; experiencias que permitieron llegar al paso ideal de 187 mm. para el proyectil SS-109 del cartucho FN belga, propuesto como segundo calibre de la OTAN.
Finalmente, en los EE.UU., se adoptó el paso de 286 mm. en el cañón para el último modelo de este fusil, denominado M-16.A2, al objeto de usar el nuevo cartucho optimizado XM. 777; ánima que tampoco es compatible con el belga. En todos los modelos se utilizó el cromado interior del ánima y la recámara como una solución a los problemas de la corrosión, lo que a la vez incidía positivamente en el aumento de la vida útil del tubo.

EQUILIBRIO Y MORFOLOGIA

Como ya se ha dicho, el diseño del M-16 obedece al principio de apoyo de hombro lineal. Es decir, coincidente con el extremo del eje del ánima, lo que le permite una gran estabilidad al ubicar, sobre un mismo plano, el vector del movimiento de retroceso. Merece destacarse su condición de funcionalidad, que se traduce en una buena aptitud de equilibrio, tanto para su transporte como para el tiro pese, en este caso, a su elevada velocidad de funcionamiento. Otra particularidad igualmente referida al equilibrio es su manija de portar, en cuyo lado superior y debidamente protegida, está el alza. Asimismo, y para darle una buena respuesta a la estructuración rectilínea de toda el arma, con la ubicación de dicha alza y del guión —ambos sobreelevados— se ha conseguido, a la vez que una buena comodidad de puntería para el tirador, posibilitar (al levantar la línea de mira por encima del cañón) la disminución de los efectos de reverberación, producto del tiro continuado y que produce, como resulta sabido, el calentamiento del aire que entorna el tubo. La inteligente configuración de ambos factores, constituyen aspectos positivos que hacen al equilibrio y comportamiento dinámico-operativo de toda arma militar de esta índole.

CONDICIONES DE EMPUÑADURA Y MANEJO GENERAL

Se puede afirmar que las condiciones de empuñamiento, maniobrabilidad y tiro con este fusil son excelentes y en perfecta aptitud de ser manejado con buen calce por tiradores de distintos físicos (longitudes de brazos, cuellos y corpulencias). Su pequeño peso total y sus condiciones morfológicas ya mencionadas, favorecen una fácil adaptación del hombre al arma.
El aparato de puntería es de tipo semiortópico, integrándolo un guión de poste, que ubicado excéntricamente en un zócalo giratorio permite su regulación tanto de deriva como en altura. Está protegido por sendas aletas, que son parte integrante y prolongación superior del cuerpo del zuncho. El alza, de dos escuadras librillo —una para 0/300 m. y la otra para 300/ 500 m.—, va colocada en un canal de la parte superior del asa de transporte; canal con la profundidad suficiente para que sus paredes oficien como aletas protectoras fiables. Se encuentra ubicada sobre una base desplazable lateralmente, merced a un sistema de crique micrométrico para la corrección en dirección (deriva) de todo el sistema, y es operable con la punta de un proyectil.
El selector de tiro/seguro está ubicado sobre la cara izquierda de la armadura, y en la parte superior de la empuñadura de pistola. Consiste en un dispositivo que actúa sobre el fiador en sus dos movimientos —tiro simple (semi) y automático (auto)— y en posición de seguro (safe), bloquea el martillo de percusión, trabando todo el mecanismo de disparo. Para su operación dispone de una corta palanca de escaso relieve. Dada su ubicación en el lado izquierdo del fusil, este dispositivo no es fácilmente operable por un tirador zurdo ya que para llegar al selector/seguro deberá forzar el empuñamiento, siempre que no utilice la mano derecha para ello, lo que constituye una limitación operativa.
Como una importante innovación, en las últimas series de fusiles, al dispositivo de selección se le agregó una tercera posibilidad y posición de tiro— ráfaga (burst)— que permite ejecutar fuego ametrallador de tres disparos continuos, controlados automáticamente por el mecanismo.
Con formato de pulsador ligeramente rectangular y de poco relieve, aparece situado a la derecha de la armadura e inmediatamente arriba del extremo delantero del arco de guardamonte el tope de retenida del cargador. Es de fácil acceso y operación con el dedo índice del tirador que tenga empuñada el arma con la mano derecha. No así para un operador zurdo, lo que también supone una limitación operativa.

foto: Detalle de los elementos de operación, verificador de acerrojado, ventana de eyección con su tapa. Arriba el asa de transporte que contiene la mira óptica.

El cargador es de quita y pon, de tipo rectilíneo y de alimentación en tresbolillo. Primitivamente, y en la línea AR-15, fue proyectado para 20 tiros, pero las experiencias militares llevaron a aumentar su capacidad a 30 cartuchos. Está muy bien construido. Su particular diseño y tecnología, le aseguran un elevado índice de robustez y buen funcionamiento, aun en condiciones ambientales adversas. Consumido el último cartucho, el elevador traba el cerrojo, dejándolo abierto y alertando así al tirador.
El fusil M-16 es fácilmente desarmable en campaña y tiene un buen acceso a sus órganos críticos, lo que facilita la superación de sus conflictivas condiciones mecánico-funcionales. Posee una aceptable intercambiabilidad, pese a las características de algunos de sus componentes (subconjuntos). Para su limpieza se desmonta en seis partes, incluyendo el desarme del mecanismo de cierre y percusión.

LOS ACCESORIOS

La correa portafusil: Ambas anillas, articuladas verticalmente, están ubicadas en sendas posiciones fijas: una, la granadera, en el extremo delantero e inferior del zuncho, y la otra, de culata, colocada a 50 mm. de la punta de culata. El posicionado de las citadas anillas es semejante en un todo al de los fusiles convencionales de repetición manual (por ejemplo los Máuser Modelos 1893 y 1898). La correa portafusil es regulable y de tela reglamentaria, común a todas las FF.AA. estadounidenses. La portación del fusil es, pues, totalmente clásica.
El bípode M-3.— Confeccionado en aluminio es de rápida colocación/desarme. Se le aplica mediante un sistema de pinzado en la zona inferior del zuncho de la toma de gases. Es de especial interés para aumentar la estabilidad del arma en el tiro desde la posición de cuerpo a tierra. Este accesorio dispone, para su transporte, de un estuche. El bípode pesa 270 g. y el estuche 90 g.
Con un peso de 270 g., el cuchillo-bayoneta M7 va inserto en la parte inferior delantera del arma, por montaje rápido en el cañón, mediante un anillo abrazadera en la cruz de la empuñadur a, que calza por encima del apagallamas, y por el extremo de su mango de pomo plano, en un trípode de sujeción situado en la base delantera del zuncho. Todo ello operable por un tetón ad-hoc, existente en el coronamiento de la empuñadura. El modelo de carabina M-16.A1 no tiene posibilidades de enastar arma blanca.
El lanzagranadas M-203 de 40 mm. — Es un subconjunto constituido por el tromblón/apagallamas normalizado fijo, en el extremo del cañón, que permite, sin ningún elemento extra, disparar la granada Energa en todas sus alternativas tácticas. Asimismo, posibiita el tiro con las granadas norteamericanas de fusil e inclusive con las granadas de mano reglamentarias, pero con adaptadores.
El lanzagranadas M-148 de 40 mm.-Modelo muy usado en Vietnam, también acoplable a otras armas de su misma familia. Se coloca —previo desmontaje de la parte inferior del guardamanos— en una toma específica que permite una buena fijación. Las características de este accesorio con calibre de 40 mm.; largo total, 425 mm.; altura, 150 mm.; longitud del cañón, 254 mm.; rayado de 6 estrías con una vuelta en 1.220 mm.; peso de 1.270 g. ; carga sucesiva manual tiro a tiro, velocidad de fuego de 12 disparos/minuto, y VO 73 m/s.

foto: La carabina M-16A1, de cañón de 14,5” (355,2 mm.), con culata extendida y recogida.

El alza óptica. Es un telescopio compacto de tres aumentos que va ubicado en el canal determinado por el formato en U de la manija de portar. Para su fijación, dispone de un dispositivo de rápido accionamiento, tanto en la colocación como en el desmontaje; todo sin necesidad de recurrir a herramientas adicionales.
Existe un dispositivo suplementario reductor en calibre 22” largo rifle para instrucción, constituido por un conjunto especial, que permite a estas armas utilizar el conocido y económico cartucho calibre 22” Long Rifle, para el tiro de instrucción básico. Este equipo fue suministrado por la firma Military Armament Corporation (MAC) y el US Armament Corp.

EL CARTUCHO CALIBRE 5,5x45 MM. (223”) MODELO M-193

La adopción de este tiro dio lugar a una conflictiva compatibilización del cartucho Magnum de uso deportivo, con un arma automática de guerra —fusil de asalto— de concepción y tecnología futurista. Esta nada fácil conjunción generó un complejo, controvertido y largo proceso de investigación, seguimientos de combate y desarrollos subsidiarios para la adecuación de roles, entre el doble aspecto de la tecnología y la balística, que aún subsiste, tras veinticinco años de vigencia en su uso bélico como arma tipo de una nueva generación de calibres reducidos militares. En consecuencia, y desde el instante mismo en que apareció esta boca de fuego en el arsenal mundial originó, al intentar configurar una tendencia doctrinal, una larga discusión en el seno de los Estados Mayores de ambos bloques. Indudablemente, el mayor problema que plantean estos calibres, radica en sus muy comprometidas balísticas; particularmente en la de efectos.

foto: Corte de tres proyectiles de 5,56 mm. 1) el M-193 original normalizado para el M-16 A1.2) el XM-177 con las mismas medidas y peso tiene un pequeño núcleo de acero. 3) El belga SS-109, más pesado y largo que el M-193.

Esa mentada compatibilización, exigió minuciosos estudios de cada componente del cartucho: investigaciones aerodinámicas y balísticas sobre el proyectil, carga de pólvora e iniciador, y tecnológicas para la vaina. Por ejemplo, hubo que modificar los espesores de la vaina civil, cambiar la pólvora (de la costosa monobásica extruída original IMR-4475, pasando por las CR-8136, IMR-8208-M, hasta llegar a la bibásica WC-846; siempre con el fin de mejorar el funcionamiento automático y los rendimientos balísticos), y, a la vez, normalizarla con la del cartucho reglamentario 7,62x 51 mm. NATO del M-14. Finalmente, se rediseñó el amortiguador de choque (buffer) para desacelerar cadencia y absorber retrocesos extremos, conjuntamente con la verificación analítica del coeficiente de forma de esos proyectiles con Mach 3 de velocidad inicial, buscando el mejoramiento de su estabilidad giroscópica, estudios éstos —por citar solamente algunos de los múltiples trabajos realizados en pro de la armonización del conjunto arma/cartucho y sus posibilidades— que, como se dijo, aún continúan a cargo de diferentes organismos y/o centros de investigación especializada de los más altos niveles científicos, técnicos y militares de las distintas potencias.
El tiro M-193, al término de sus evaluaciones, fue muy contestado por la casi totalidad de los proyectistas europeos y un gran sector norteamericano, no sólo para su empleo en armas de uso individual, sino también descartándolo totalmente para su utilización en las colectivas. Esta última situación derivó de la experiencia obtenida en sucesivos intentos de emplearlo en el famoso Sistema de Armas de Infantería, de la firma Cadillac Gage, también diseñado por Stoner. La inoperabilidad del cartucho en el tiro sostenido, se manifestó en las ametralladoras ligeras, agotándose en la instancia de fusil automático pesado (Informe, entre otros, del Proyecto ARPA).
No obstante, fue impuesto en el parque mundial occidental debido a la masiva provisión y difusión que le dieran los EE.UU., al gravitar con su inmenso potencial industrial en favor del mismo. Esa es la razón por la que países signatarios del Pacto Atlántico fabrican armas para este calibre norteamericano, pese al rechazo inicial, llegando a interesar también a los rusos (caso del nuevo fusil AKS-74 de calibre 5,45x39 mm.).
Para concluir, resumiremos sus particularidades balísticas:
— Balística interior. Por su pequeño calibre y carga de proyección poderosa, produce grandes presiones y corrosiones que afectan a la vida útil de las ánimas, aun cuando éstas y sus recámaras hayan sido cromadas. Las ánimas, por las causas señaladas, son sometidas a un muy severo trato, y la resultante adiabática —con todo lo que ello implica— es notoriamente manifiesta; aparte de ser difíciles de limpiar. En el caso del tiro contínuo (exigencia básica de las armas colectivas) el valor térmico de este cartucho es muy limitativo, ya que fácilmente llega al autoencendido. Esto sin tener en cuenta el gran desgaste que producen. (Hay que tener presente que la presión de recámara es de 3.656 kgm/cm2 contra 3.500 kgm/cm2 del tiro 7,62x51 mm. del fusil M-14, con igual tipo de pólvora.)
— Balística exterior. Proyectil de difícil estabilidad, y que dada su pequeña masa de 3,55 g., pierde velozmente sus condiciones de eficacia, trasluciéndose en poca conservación de la energía remanente y tendiendo a voltear en el momento del impacto. Asimismo, por esa pequeña masa citada y sus características morfológicas, es perfectamente desviable por vegetaciones de una cierta consistencia —caso del pasto de elefantes, en Vietnam—, que le ocasiona una notable dispersión. Incluso, con relación al requerimiento de perforar un casco de acero tipo OTAN a 1.100 m., este proyectil no lo logra más allá de los 500 m. Para cumplir con esa exigencia la firma belga FN preparó el ya mencionado cartucho SS.109, cuyo proyectil lleva núcleo de acero y pesa 4 g.; un tiro que le permite buenos rendimientos a la ametralladora ligera Minimi 5,56 6 M-249 de dicha empresa.
— Balística de efectos. Al margen de las características ya apuntadas, los efectos lesionantes que ocasiona sobre blancos humanos, el proyectil M-193 crea problemas con la Convención de Ginebra, que por sus impactos, los asemeja a los Dum-Dum; lesiones cruentas que fueron denunciadas como tales, y documentadas por numerosas bajas de combate observadas en el Sudeste asiático. Inmediatamente de incidir el proyectil contra un medio semi-resistente —caso de un organismo vivo—, se cruza, produciendo planos de choque grandemente lacerantes, pero de poca penetración.
Es decir, este cartucho, por la geometría del proyectil, es conflictivo en un doble aspecto; tanto desde el punto de vista de sus prestaciones exigidas para el uso militar, como por su balística de efectos. La concurrencia de ambos datos negativos hacen que esta munición sea difícil de actualizar para su mejoramiento expreso, sin cambiarle las características que la tipifican. El mero hecho de buscar nuevos pasos de rayados, significa entrar en un terreno de limitaciones logísticas, que son de gran peso en toda política de equipamiento, y que la están padeciendo actualmente los propios EE.UU. (alrededor de 2.500.000 armas deberían cambiar cañón para poder utilizar el cartucho SS-109 aprobado por la OTAN). Esto hace al caso concreto de todo el material AR-15, AR1 8 y M-16, adquiridos a los EE.UU. o producidos bajo la licencia Colt, y que se encuentran en servicio activo en varias Fuerzas Armadas occidentales.
Para concluir, agregare que el fruto de tantas críticas y las múltiples experiencias técnicas y operativas efectuadas a lo largo de un cuarto de siglo, se tradujo en un total de cuarenta mejoras generales y/o reformas de detalles, introducidas como perfeccionamiento, tanto en el proyecto y desarrollo del fusil AR-15, como en su tan comentado cartucho, elemento este último sob re el cual aún no se superó la controversia de los Estados Mayores de las potencias occidentales. Las razones de una falta de decisión al respecto, únicamente son entendibles en función de los complejos y poderosos intereses que el tema conlleva; intereses que afectan en forma directa a toda sistematización racional. Algo que no aconteció en el área de la drástica paternidad rusa donde el material AK y su cartucho M-1943 fue impuesto en el Pacto de Varsovia y en los países asiáticos de régimen comunista.

Revista Defensa nº 58, Miguel E. Manzo Sal

 


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