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Viernes, 26 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Sin olvido, el Ejército Argentino honra a sus héroes

En  la Guarnición Militar Córdoba, la Agrupación de Fuerzas de Operaciones Especiales conmemoró el 39° aniversario del combate de Top Malo House en la gesta de Malvinas, de la mejor forma.  Miembros de la Compañía Comandos 602 llevaron a cabo una demostración con tiro de combate, disparo de precisión a gran distancia de tiradores especiales,  inserción por medios helitransportados ejecutando técnicas de Fast-Rope y repliegue con escala, todo bajo fuego real.  La Compañía Comandos 602, como dignos herederos de los combatientes en las Islas, sostienen la causa nacional.

Posteriormente, se adoptó el dispositivo para la formación en el Campo de Instrucción La Quebrada “La Cancha”. Durante la misma, se recordaron los hechos transcendentes de dicho combate y a los caídos en el cumplimiento del deber.  La ceremonia, contó con la presencia del Jefe del Ejército, autoridades militares, Veteranos de Guerra de Malvinas e invitados especiales.

El combate de Top Malo  House

El 31 de mayo de 1982, se produjo un enfrentamiento en la zona de Top Malo, entre fracciones de la Compañía de Comandos 602 y de la Mountain and Arctic Warfare Cadre. Un grupo de efectivos de la Compañía de Comandos 602 descendió de un helicóptero del Ejército Argentino en las cercanías del monte Simón. Tenían la misión de instalar un puesto de observación y así dar cuenta de los movimientos de las tropas inglesas que ya habían desembarcado en San Carlos.

Alcanzaron la cresta del monte y desde allí, divisaron un corredor de helicópteros CH-47 Chinook y Sea King de las fuerzas británicas que transportaban artillería y suministros; estos aprovisionaban a la vanguardia que avanzaba hacia Puerto Argentino. Las fuerzas argentinas intentaron comunicarse por radio e informar estos movimientos, pero las interferencias lo impidieron. Peor aún, los detectores electrónicos y puestos de observación británicos los descubrieron y se prepararon para atacarlos.

La Casa del Alto

Esa noche nevó fuertemente. Los argentinos no sabían que a 15 km de allí estaba el puesto de comando del general de brigada inglés Julian Thompson. Al amanecer, iniciaron el repliegue hacia la zona de Fitz Roy (unos 20 km) en donde estaban los elementos del Arma de Ingenieros. El 30 de mayo, después de muchas  horas de marcha, la fracción decidió buscar refugio y eligieron un sitio al otro lado del arroyo Malo, llamado Top Malo House (La Casa del Alto) un puesto ovejero situado en la Isla Soledad. Es muy común que en zonas desoladas como en la Patagonia, existen pequeños refugios para los hombres de campo en los cuales pueden guarecerse de una tormenta.   Allí había una granja abandonada. Mientras oscurecía, cruzaron el arroyo y se instalaron en la cabaña. Ignoraban que llegaba a la zona un helicóptero inglés, del que desembarcaron comandos del Mountain and Arctic Warfare Cadre, al mando del capitán Rod Boswell, además un grupo de Royal Marines que no participaron del combate en sí, estaban cubriendo un sector del campo de combate, con lo cual la superioridad numérica y de fuego británica era total.

El combate

Desde una de las ventanas del primer piso, el teniente Ernesto Emilio Espinosa, que daba seguridad con su fusil de tirador especial, descubrió el avance y dio la alerta gritando: "¡Son ingleses, ahí vienen!”. Al mismo tiempo, abrió fuego sobre el enemigo. Por su parte, Boswell dio señal de ataque mediante una bengala y, segundos más tarde, un poder de fuego devastador convergía sobre las frágiles paredes del edificio. Cuatro cohetes  LAW de 66 mm impactaron simultáneamente en la vivienda. A ellos, le siguió un nutrido fuego de armas automáticas que atravesaban la casa de lado a lado. La casa también recibió el impacto de 4 cohetes antitanques Carl Gustav de 84 mm, más impactos de granadas de 40 mm.

El puesto ovejero comenzó a incendiarse, el techo se  derrumbó y quemó en su totalidad. Adentro todo era humo, fuego, explosiones y gritos. El teniente Espinosa atraía el fuego británico hacia su persona y respondía al ataque. "¡Salgan ustedes que yo los cubro!", fueron sus últimas palabras antes de que una granada de 40 mm que ingresa por la ventana acabara con su vida. Fueron instantes  vitales que le permitió a sus camaradas salir de la casa, con la sabida consigna de los Comandos que indica que la única forma de salir de una emboscada es atacar.

Durante el combate, también cayó el sargento Mateo Antonio Sbert, comando del Arma de Ingenieros, mientras cubría la retirada de sus camaradas. Ubicados en una posición desventajosa, y superados en número y en medios, los  comandos supieron luchar con valor hasta el final.  Recibiendo un demoledor fuego de lanzagranadas, lanzadores descartables M72 LAW y proyectiles de los  Carl Gustav, los soldados nacionales salieron combatiendo entre las llamas que consumían rápidamente al precario refugio ovejero.

Alguno de nuestros lectores podría preguntarse, cual es el motivo de conmemorar un combate donde la derrota fue el epilogo. El EA quiere resaltar el valor y la disposición de lucha, gracias a un espíritu que trasciende el resultado de una lid particular. No fueron suficientes días de marcha en terreno desolado, bajo un cruel clima en terreno ya ocupado por tropas adversarias. El espíritu de lucha, cimentado en una moral inclaudicable y con el convencimiento de la verdad de una causa justa, fueron los cimientos para tener combatientes dignos y nobles.

En especial, las tropas Comandos del EA mantienen un esfuerzo operacional digno de mencionar, pero lo más importante es que el espíritu y valor de aquellos guerreros de Malvinas, continua siendo considerado como el elemento liminar de la preparación de estos hombres. Tener modernas armas y equipos es solo cuestión de más o menos dinero, mantener la llama en terribles momentos como lo que ha vivido la institución y su gente, es la clave para tener fuerzas eficaces y dignas de aquellos que dieron todo. (Luis Piñeiro)

Fotografías: Ejército Argentino.


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