Ejercicios "Marathon 25", la evolucionada asociación de defensa franco-marroquí: ¿vuelve el avión de combate Rafale a estar en la mira de Marruecos?

Este ejercicio bilateral transmite un mensaje más específico y profundo sobre la naturaleza de las relaciones de defensa entre Rabat y París. La participación de la parte francesa con cinco cazas Rafale B del 4º Escuadrón y un avión de reabastecimiento en vuelo A330 MRTT del 31º Escuadrón de Reabastecimiento en Vuelo y Transporte Estratégico, junto con la participación de Marruecos con ocho aviones F-16 Block 52+ y helicópteros Puma para transporte y evacuación médica, no representa un mero entrenamiento de interoperabilidad, es un indicador de una relación estratégica flexible que ha logrado superar reveses históricos para alcanzar un nivel de madurez operativa y cooperación.

Oportunidad para el A330 MRTT

La participación del A330 MRTT adquiere una importancia especial, ya que esta capacidad de reabastecimiento estratégico en vuelo es precisamente de lo que carecen actualmente las Reales Fuerzas Aéreas de Marruecos para sus cazas F-16, y representa una prioridad en los futuros planes de modernización.

Por lo tanto, el ejercicio ofrece una valiosa y directa oportunidad para que las tripulaciones marroquíes evalúen de cerca el rendimiento de esta plataforma europea, en un momento en que Rabat está considerando sus opciones para adquirir su propia flota de aviones cisterna, siendo el avión de Airbus el principal competidor del estadounidense KC-46A Pegasus de Boeing.

Formación de cazas Rafale B y F-16 Bloque 52+ y avión cisterna A330 MRTT. Foto: Fuerza Aérea Francesa

Esta es la primera vez que aviones Rafale franceses participan en un ejercicio aéreo con Marruecos, ya que en ejercicios anteriores siempre fueron Mirage 2000 franceses junto a Mirage F1 marroquíes. desde la base aérea de Sidi Slimane en Marruecos. Sin embargo, en la edición de este año, el ejercicio tiene como objetivo "reforzar la interoperabilidad y perfeccionar los procedimientos y tácticas aéreas entre aeronaves más avanzadas". El programa incluye dos fases principales: la primera comprende una campaña de tiro para los cazas Rafale B y el entrenamiento de los cazas marroquíes F-16 en el reabastecimiento en vuelo desde el A330 MRTT, mientras que la segunda se centra en ejercicios tácticos conjuntos basados en escenarios de interceptación realistas.

El fallido acuerdo del Rafale y el giro estratégico

Para comprender la verdadera importancia de "Marathon 25" es necesario retroceder en el tiempo, hasta el año 2006, a las negociaciones para la compra de aviones Rafale por parte de Marruecos que resultaron infructuosas. Marruecos había mostrado interés en 18 cazas Rafale por un valor de 2.100 millones de euros. Sin embargo, lo que se describió como "caos" y "falta de seriedad" por parte francesa, junto con las fluctuaciones de precios y las condiciones de financiación, abrió la puerta a un competidor estratégico.

Estados Unidos intervino con fuerza y presentó una oferta irresistible: 24 aviones F-16 Block 52+ a un precio más competitivo y, lo que es más importante, acompañado de un explícito apoyo político estadounidense a la iniciativa de autonomía marroquí en la cuestión del Sáhara. Este giro fue un "golpe demoledor para las ambiciones francesas" y condujo a la elección de Marruecos por el caza estadounidense.

Este incidente no fue solo un acuerdo perdido para Francia, sino un momento crucial que moldeó la estrategia de defensa de Marruecos durante la siguiente década y media. Rabat comprendió la importancia de diversificar sus fuentes de armamento para evitar una dependencia excesiva de un solo proveedor, mitigar los riesgos geopolíticos y ganar una mayor autonomía en sus decisiones. Esta estrategia se ha manifestado claramente en los años siguientes, ya que, además de fortalecer su asociación con Estados Unidos, Marruecos también se ha expandido para incluir a nuevos socios como Turquía e Israel. Esta diversificación no es una mera acumulación de material de diferentes fuentes; es un enfoque estratégico meditado que tiene como objetivo construir una fuerza militar flexible, complicar los cálculos de cualquier adversario potencial y proyectar una amplia red de alianzas internacionales.

Formación de cazas Rafale B y F-16 Bloque 52+ y avión cisterna A330-243MRTT. Foto: Fuerza Aérea Francesa

La asociación continua y la perspectiva francesa

A pesar de este giro hacia la diversificación, la asociación de defensa con Francia no se desvaneció, sino que se adaptó. El componente francés sigue siendo una parte integral de la Real Fuerza Aérea de Marruecos. En lugar de la venta directa, Francia ahora facilita transferencias estratégicas, entre las que destacan los informes sobre una aprobación francesa para la transferencia de 30 aviones Mirage 2000-9 de los Emiratos Árabes Unidos a Marruecos.

Desde la perspectiva francesa, esta asociación adquiere una importancia estratégica máxima. Tras el reposicionamiento militar en la región del Sahel, mantener relaciones sólidas con socios estables e influyentes como Marruecos se ha convertido en una necesidad vital para la seguridad regional y la lucha contra el terrorismo, prioridades francesas. A nivel industrial, y ante la feroz competencia de Estados Unidos, mantener a Marruecos como un socio de defensa clave representa un éxito para empresas como Airbus, Dassault, Thales y MBDA, no solo para asegurar un punto de apoyo para sus plataformas, sino para abrir la puerta a contratos de modernización, mantenimiento y futuros acuerdos.

El Rafale como opción futura: ¿vuelve el caza francés a escena?

En el contexto de esta renovada cooperación, surge una pregunta estratégica sobre el futuro de la flota de origen francés en la Fuerza Aérea del país magrebí. Con los aviones Mirage F1 acercándose al final de su vida útil, e incluso con la llegada de los Mirage 2000-9 como solución provisional a partir de 2027, Marruecos se enfrentará a largo plazo a la necesidad de reemplazar estas plataformas.

Es aquí donde el avión Rafale vuelve a aparecer como una opción lógica. Una posible compra de Rafale en el futuro no sería una repetición del fracaso anterior a 2010; se produciría en un contexto completamente diferente y sería la culminación de la consolidada estrategia de diversificación de Marruecos, creando una fuerza aérea avanzada que se apoya en dos principales proveedores occidentales (Estados Unidos y Francia) y reforzando significativamente la autonomía estratégica de Marruecos.

El caza francés Rafale, especialmente en su estándar operativo más reciente (F4), representa una fuerza aérea polivalente de la generación 4.5. Sus capacidades se ven reforzadas por una aviónica avanzada que incluye un radar AESA, un sistema de protección electrónica integral (SPECTRA) y un sistema de búsqueda y seguimiento por infrarrojos (IRST). Su capacidad para portar un arsenal diverso, como misiles "Meteor" de largo alcance y misiles de crucero "SCALP-EG", lo convierte en una plataforma de combate flexible.

En este marco, el ejercicio conjunto "Marathon 25" fue más allá de la simple demostración de interoperabilidad para ofrecer una oportunidad práctica a los pilotos marroquíes de conocer de cerca las diversas capacidades de esta plataforma avanzada e intercambiar experiencias operativas y tácticas con sus homólogos franceses. Los futuros desarrollos del Rafale (estándar F5) prometen una mejora significativa en las capacidades de combate colaborativo con drones, la introducción de armas avanzadas como nuevos misiles de crucero, y un uso intensivo de la inteligencia artificial con sistemas de sensores más avanzados y sistemas de propulsión más potentes.

El panorama regional y el mantenimiento del equilibrio de poder

Todo esto ocurre en un contexto geopolítico regional específico, centrado en mantener lo que Marruecos describe como "superioridad defensiva regional" y lograr "equilibrios estratégicos", especialmente frente a Argelia, que depende en gran medida de material ruso, incluyendo aviones Su-30, MiG-29, así como las nuevas incorporaciones como el Su-35, Su-57 y posiblemente también el Su-34. La adquisición por parte de Marruecos de los Mirage 2000-9, con sus avanzadas capacidades para portar misiles de crucero "Black Shaheen", se considera un paso para "equilibrar la balanza de poder". Cuando estos aviones se combinan con la flota de F-16 que se modernizará al estándar "Viper", equipado con radares AESA avanzados, Marruecos posee una fuerza aérea diversa que combina la superior capacidad estadounidense en combate más allá del alcance visual (BVR) y la polivalencia francesa.

La flota aérea actual de las Reales Fuerzas Aéreas constituye una mezcla de plataformas francesas y estadounidenses, que han sido sometidas a ambiciosos programas de modernización para asegurar su eficacia. La columna vertebral del componente francés, el caza "Mirage F1", ha sido sometido a una actualización integral al estándar "MF2000 ASTRAC" para mejorar sus capacidades de radar y combate. Junto a él, los aviones de entrenamiento y ataque ligero "Alpha Jet" y los helicópteros "Puma" y "Gazelle" continúan desempeñando roles vitales.

Aunque la estrategia de modernización y diversificación marroquí parece coherente, no está exenta de desafíos. Financieramente, operar y mantener dos flotas de cazas occidentales avanzados (F-16V y un posible Rafale), cada una con su propia cadena logística y de entrenamiento, representa una enorme carga económica que requiere un compromiso a largo plazo. Políticamente, depender de dos grandes socios estratégicos como Estados Unidos y Francia exige un delicado equilibrio diplomático. La historia del acuerdo del F-16 demuestra cómo las decisiones militares pueden estar vinculadas a posturas políticas sensibles, y gestionar estas complejas relaciones para evitar futuras presiones es el verdadero desafío para mantener la plena autonomía estratégica que busca Rabat.

Conclusión: Una asociación pragmática con perspectivas renovadas

En resumen, el ejercicio "Marathon 25" confirma que el eje de defensa entre París y Rabat ha entrado en una nueva fase de realismo estratégico, superando así el reciente enfriamiento diplomático. Francia ha demostrado su capacidad para mantener su influencia a través de canales vitales e indirectos, principalmente la transferencia de conocimientos operativos avanzados.

Para Rabat, esta cooperación se inscribe en la estrategia de diversificación de proveedores militares, una política destinada a garantizar la autonomía operativa y mantener el equilibrio regional. Este acercamiento basado en el pragmatismo podría abrir la puerta al regreso de Francia como proveedor principal de plataformas de combate avanzadas para las Reales Fuerzas Armadas. En consecuencia, la relación que evolucionó de una asociación directa a un apoyo indirecto, ahora traza un camino de regreso hacia una cooperación estratégica de alto nivel, impulsada por intereses mutuos y las lecciones aprendidas.