Acabamos de conocer, a través de una maqueta presentada en el reciente IIAA SciTech Forum and Exposition de Washington DC, un novedoso diseño BWB (Blended Wing Body) de la compañía estadounidense Boeing que apunta hacia aviones furtivos de transporte y de reabastecimiento en vuelo especialmente novedosos.
Los conceptos conocidos basan su peculiaridad en sus formas redondeadas, en su configuración alar o en los materiales empleados en su posible fabricación, dando lugar a conceptos que sobresalen por una baja firma radar y térmica que haría mucho más difícil su localización e identificación.
Boeing sigue así una línea ya iniciada en los cazabombarderos y bombarderos stealth que son ahora, y lo van a ser también en un futuro, la punta de lanza de la capacidad de respuesta de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF, United States Air Force). Sin tener confirmación oficial, los trabajos en esa línea objetivo llevarían a la empresa estadounidense a estar en una buena predisposición técnica y tecnológica de cara a futuros contratos de aviones furtivos que puedan ir surgiendo esta década y en la venidera.
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Las líneas del concepto recientemente presentado por Boeing son especialmente reveladoras de los aviones furtivos que pueden llegar pronto. (Boeing)
Sobre el diseño de aviones furtivos que puede verse en las imágenes adjuntas señalar que sigue el concepto BWB, o ala volante, del que el Pentágono buscaría proveerse de cara a futuros programas de la USAF y del resto de servicios de las otras ramas de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Revolución conceptual
La creciente amenaza que se deriva de la expansión militar de China y de Rusia, y el hecho que Estados Unidos sigue apostando por mantener capacidades que puedan ser determinantes a la hora de salir victoriosos en posibles enfrentamientos, habría incidido en Boeing para avanzar en conceptos caracterizados por su mayor capacidad de supervivencia.
Esos aviones furtivos confiarían en su formas, siguiendo el concepto BWB que en el caso que nos ocupa llevarían los escapes de las turbinas integrados en la parte posterior del fuselaje entre los dos timones de cola que tendrían disposición inclinada hacia fuera, para que los radares del adversario no lo tuviesen fácil a la hora de identificar su presencia en un determinado lugar.
Ese mismo concepto, en forma de BWB, facilitaría una configuración mucho más eficiente desde el punto de vista aerodinámico que ayudaría a incrementar su radio de acción y a reducir el gasto de combustible en sus misiones; Boeing sitúa en un 30% mejor su potencial en ambos ratios respecto de aparatos convencionales hoy en uso.
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Estados Unidos sigue apostando por la supremacía tecnológica de sus futuros conceptos de aviones militares. (Boeing)
Los diseños de aviones furtivos mostrados combinarían furtividad cono economía y largo radio de acción. Sería incluso posible conformar, partiendo del mismo concepto, aparatos para cometidos distintos. Unos llevarían bodegas acomodadas como depósitos para incluir más carga total de combustible, de forma que pudiesen, mientras están en vuelo, trasvasárselo por pértiga fija -hoy la preferida en la USAF- u otros diseños a otros tipos de aeronaves; otros, podrían acomodar en ellas determinadas cargas conformadas -se habla de un ratio de unas 40.000 libras- para ser llevadas hasta el punto donde fuese necesario, y hacerlo de forma rápida y discreta.
Incluso, Boeing podría apostar por un único diseño de avión furtivo, que podría ser novedoso e interesante a la vez, que con leves modificaciones y en función de la necesidad real, pudiese llevar a cabo ambos cometidos. A futuro, variantes autónomas de ese diseño podrían surgir también. Las previsiones sitúan en 2026 cuando pueda volar un diseño preliminar luego escogido para el futuro avión furtivo reabastecedor KC-Z. (Octavio Díez Cámara)
