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Viernes, 19 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Una nueva edición de la Feria de Defensa

Una nueva edición de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad en España, FEINDEF, se ha celebrado con un gran éxito de público y expositores. Un evento que va ganando en cada edición más prestigio. Lo que más me ha sorprendido ha sido ver una enorme cantidad de equipos reales. Pasamos de las maquetas a los HIMARS, Dragón, Castor, PULS, Sea-Hawk, etc. Esta parte es la que, sin duda, dota de mayor espectacularidad al evento. Esperemos ver algún día cercano exhibiciones dinámicas, que tan interesantes resultan en otras ferias de más renombre.

 

Sin duda, y para nuestra desgracia colectica, Ucrania ha dinamizado un sector cuyo Ministerio casi estaba avisado de desokupación hace unos años. A veces, o a menudo, hacen falta catarsis para abrir los ojos. La sociedad ha entendido con extraordinaria rapidez –a la fuerza ahorcan–que la inversión en defensa es imprescindible para garantizar la seguridad y el bienestar. ¿Caben acaso más loables objetivos sociales? Así que la feria se ha celebrado en un entorno de programas millonarios como el VAC, el SILAM, el FCAS y otros muchos.

 

FEINDEF se ha celebrado en el marco de noticias sorprendentes sobre alianzas entre empresas, toma de participación, nombramientos etc. El dinamismo se impone y eso es bueno también.

 

En definitiva, ha tenido todos los elementos para haberla convertido en un éxito sin precedentes, que espero tenga su continuidad en la siguiente celebración. Dicho lo cual, existen algunas cuestiones sobre las que quisiera detenerme.

 

Estos momentos se repiten en la historia, dependiendo de los entornos estratégicos. Pero a momentos de extraordinaria actividad le suceden necesariamente otros de escasez de demanda.

 

Dentro de diez o quince años volveremos a una tremenda sequía. Cuando los nuevos buques, aviones y vehículos sean entregados, volveremos a atender otras prioridades y la recesión llegará al sector. Si nos gastamos el dinero de ahora y no nos preparamos para el futuro, algunos harán su agosto, pero el sector sufrirá una quiebra ineludible. Muchos pensarán, como lo habría hecho el faraón y muchos gobiernos: que nos quiten lo bailao y ya pagarán otros la fiesta. Pero no olvidemos que las empresas no pueden vivir del mercado doméstico, pues es insuficiente e ineficiente.

 

Con esto quiero significar que las industrias deben aprovechar este momento para hacerse fuertes, fusionarse. Los matrimonios se hacen mejor con buena dote que en la miseria o por necesidad. No podemos hacer un esfuerzo para entregar a las Fuerzas Armadas el producto que desean con un cierto contenido nacional, que siempre genera costes extras, para luego no tener nada qué vender a terceros mercados. Estamos obligados todos a generar producto propio. Hemos pasado de un C101 español a un Pilatus suizo, de un lanzacohetes Teruel a un PULSE o HIMARS, y así podríamos seguir y ampliar la lista. No podemos continuar con la descapitalización a largo plazo. Poner etiquetas a productos de tecnología extranjera con paquetes cerrados e información parcial no los convierte en productos nacionales. Programas como el sistema de combate SCOMBA, los cooperativos como FCAS o Eurofighter o las estaciones remotas de armas son claves en esta línea de fortalecer capacidades nacionales, con diseño y autoridad propia.

 

A menudo nos preparamos para la última guerra, pero no para la próxima, y no hay dos guerras iguales. Durante años nos organizamos y equipamos para la guerra asimétrica y llegó Ucrania. Ahora podemos tener la seguridad de que la siguiente no será como las dos anteriores, pero dedicamos esfuerzos a adquirir aquellas capacidades que necesitaría Ucrania para vencer a Rusia, y puede que nos estemos equivocando. Los ejércitos numerosos podrán ser decisivos o inútiles, los sistemas de fuego podrán ser determinantes o no, pero sí, al menos, sabemos que la diferencia, como siempre, estará en el estado del arte tecnológico. Quien detente esta superioridad será siempre el vencedor en los conflictos, así que debemos orientarnos a adquirir capacidades propias en el estado del arte. Cuando sean inabordables en términos nacionales, deberemos asumirlas de forma colectiva, bilateral o multilateral. No hay otro camino. La defensa no puede basar sus decisiones en la retribución a corto plazo del accionista o propietario, sino en la constancia, en el crecimiento de capacidades y en el desarrollo de nuevas tecnologías. Si el gobierno no lanza un ambicioso programa de I+D y de demostradores tecnológicos, perderemos el tren y muchas más cosas a largo plazo.

 

Un segundo aspecto tiene que ver con el anterior. Los plazos y los modos de la industria de defensa son incompatibles con los tiempos de la política en los estados democráticos. Esto no es bueno ni malo, es una realidad. Las empresas deben vivir lo más alejadas posible de los contubernios o intereses cortoplacistas o políticos. Nunca le han hecho ningún bien. Por esa razón, los gestores de la empresa deben centrar su gestión en la rentabilidad a largo plazo, en la retribución moderada pero constante de su accionista, en la búsqueda de la excelencia, en la inteligencia y la experiencia en la selección de sus gestores.

 

Decía Antonio Machado que en política solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire, jamás quien pretende que sople donde se pone la vela. En la empresa es todo lo contrario, hay que conseguir que sople donde se pone la vela, y para ello hay que ser constante en la acción comercial y en la didáctica para que la sociedad y los que nos gobiernan entiendan que deben poner viento donde hay industria y tecnología propia, porque es bueno para todos.

 

Tiempo para reflexionar, para actuar y regresar a FEINDEF en dos años; esperemos que con paz en Ucrania y con el retorno a la normalidad en nuestras vidas. Veremos si el espíritu sigue vivo o languideció ante la esperanza de que nunca más vuelva a producirse una guerra en Europa, esperanza vana, porque veremos muchas más en nuestras vidas, lamentablemente. La paz siempre es un accidente.

 

Por Enrique Navarro

Presidente MQGloNet


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