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Viernes, 29 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Reg. De Inf. de Línea de Extremadura y Batallón de Inf. Lig. de Barbastro

Concertada con Holanda la Tregua de los Doce años en 1609, se produce en aquel país cierto revuelo en los soldados españoles, que faltos de disciplina y aún de soldada, parten hacia sus lares en espera de otros derroteros. Ocurrió que por tierra de Extremadura andara un buen tropel de esa soldadesca sin orden ni concierto; llegando a ser notorio de aquella Capitanía General y a propuesta del Supremo Consejo de Guerra se dispuso por una orden en 3 de octubre de 1609, que dicha milicia quedase agrupada por distritos a cargo de sargentos mayores en espera de futura organización.

En el año 1640, aún en el fragor de la Guerra de los Treinta Años, en la que España participaba en ocaso destino, estalla para colmo de males la rebelión de Portugal y Cataluña, siendo entonces cuando, por una Real Cédula en 20 de noviembre de 1641 se requiere a esas milicias de distritos a ser formadas en cuatro tercios con mando de sargentos mayores y con orden inmediata de incorporarse a las fuerzas que combaten a los sublevados.
Nace el tercio de Extremadura el 22 de enero de 1694 al serle refundidos elementos de esos antiguos tercios y lo manda el maestre de campo don Juan Fernández Pedroche, nombre con que será conocido a partir de esa fecha; pero en 1699, cambiará por el de “Tercio Provincial de Extremadura”.
El año 1700 se establece en España la nueva dinastía borbónica y debido a la reforma del ejército y por RO en 28 de febrero de 1707, recibe el nombre fijo, quedando como regimiento de infantería de Extremadura. De este modo actuará durante toda la Guerra de Sucesión y particularmente en la campaña de Portugal bajo las órdenes del mariscal Berwick. Por otra reforma de 20 de abril de 1715, al Extremadura se le suprime el 2° batallón y el 10, sale para Ultramar a cumplir un duro destino. Actuará en constante bregar por toda la geografía andina a través de un largo período de cincuenta años, terminando por ser olvidado y extinguido.
Llegado el año 1766, el coronel Conde de la Rosa ofrece al rey Carlos III levantar al viejo Extremadura en base de dos batallones, pide un plazo de un año para vestirlos y armarlos a su costa, pero a condición se le titule “Fijo de Badajoz” y se le forme con naturales de esa provincia. S.M. acepta el 13 de marzo de ese mismo año, y de esta manera queda restituido.
En 1801, tropas francesas penetran en España bajo pretexto de dirigirse a Portugal. El Extremadura, ya recobrado su antiguo nombre, combate junto a las fuerzas francesas de Junot bajo el mando del general Caraffa, pero descubierta la falsa alianza, corre a unirse a las demás fuerzas patriotas y a las órdenes del coronel don Domingo Ripa interviene con ejemplar heroísmo en la defensa de Zaragoza. Reorganizado el 8 de mayo de 1812, sale para Ultramar con el ejército del conde de Roncalí, y al mismo tiempo S.M. dispone por un anterior R.D. en 2 de marzo, se forme el gemelo peninsular a base del 1º batallón de Tiradores de Mérida y del 2°, del regimiento de Iberia al mando de don Francisco Hubert. En 1812, torna a España el Extremadura expedicionario tan mermado en filas que será refundido en el gemelo peninsular; y no acabadas las desdichas, por ese azaroso decreto de las Cortes en marzo de 1823, los batallones del Extremadura quedan sueltos, tornando los números 59 y 60. Pero una vez restablecidos los derechos soberanos de Fernando VII y por R.D. en 29 de marzo de 1828, figurará como 14 de línea y por otro en 31 de mayo de ese año, recobra el viejo y glorioso nombre de Extremadura.
Por una RO en 28 de marzo de 1793 se crea el cuerpo de cazadores de montaña de la ciudad de Barbastro, con propósito de impedir el paso de tropas republicanas francesas por el Pirineo Aragonés. En principio fue un cuerpo compuesto por 600 hombres distribuidos en 5 compañías, una de ellas llamada “descubridores”. Toda su gente era recia y talluda y sobre todo hábil conocedora de esas intrincadas alturas. Este cuerpo quedó afecto a las fuerzas del general D. Pablo de Sangro, que lo era de todo el Pirineo Central. A las órdenes del general Caraffa cubre puesto de vigilancia en Vilaller, Puerto Portalet y Benasque; actúa por Sahuguet cuando éstas toman el valle de Arán. En agosto de 1794, estando en Benebarre, queda por Real Aprobación como cuerpo ligero del ejército con título de Cazadores de Barbastro.
Ya en la guerra de la Independencia española, estando en Pontevedra, llevados de fervor patriótico, juran morir por el rey y la patria y se lanzan furiosos a pelear contra los invasores franceses, y oyen las voces de mando de insignes generales como Blake, Cuesta, Castaños y aun de Reding. Luego en sitio de Zaragoza se baten al mando del coronel inglés Williams Doyle y adoptan su nombre como “Tiradores de Doyle”.
El 14 de febrero de 1815 recobra otra vez su nombre de “Cazadores de Barbastro” y sale en la expedición del teniente general don Pablo Morillo, destinado al ejército de Venezuela, y por RO se crea el cuerpo peninsular a base del regimiento de Voluntarios Numantinos, dando su mando al coronel don José Ibarra. Pero aquel regimiento expedicionario de Barbastro, a fuerza de un constante pelear por tierras venezolanas, sucumbiría en aquella Valencia por capitulación ante el general Bolívar. En lo que se refiere al peninsular, también se extinguió en la misma fecha de aquel otro: 1823.
Pero todavía había de quedar un puñado de leales y estando en el pueblo de Fuencarral en el mes de junio de 1847, se organizaron los Cazadores de Barbastro con efectivos de 3 compañías del regimiento de Zamora y otras 3 compañías del regimiento de 5. Fernando, siendo sus comandantes 1º y 2º: don José Ramón Sanz y don Domingo Mundelly.
Una vez organizados salen para Portugal, interviniendo en el apaciguamiento de la guerra civil allí existente a requerimiento del propio gobierno portugués, y al ser ésta pacificada vuelven para España. En 1849, parten para el norte donde inquieta cierta rebeldía de los Montemolinistas. Sofocada ésta se dirigen, a Cataluña en la que existe un levantamiento más importante de los carlistas de Cabrera a los que combatirán por espacio de un año hasta poner fin a la rebelión. Trasladado después a Andalucía en el año 1885, quedará instalado en el cuartel de Gaviria guarneciendo la ciudad de Sevilla…

 
Texto y Dibujo de Miguel Montaner


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