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5º de Dragones de Villaviciosa

Láminas históricas de la Revista Defensa

En la década final del siglo XVII el rey de Francia, Luis XIV, vuelve a provocar otra nueva contienda en el continente europeo y en la que una vez más se ve implicado nuestro rey, Carlos II, ya, en ese supremo trance de su existencia como mortal y como último de los Austrias en el trono hispano. Por estas circunstancias, Europa se siente inquieta e irritada y se decide formar una segunda Liga de Augsburgo (1686) para contener la tan desaforada carrera bélica del monarca francés. España, integrada en dicha alianza, no se halla en condiciones óptimas de participación. En esos momentos tiene una gran dispersión de fuerzas entretenidas por las campañas de Italia, el Rosellón y Cataluña. No obstante, y dada la crítica situación interna, se permite crear nuevos contingentes de tropas para enfrentarse al conflicto inmediato. Entre ellas ha de contarse con un tercio de dragones que al pasar el tiempo será el Regimiento de Dragones de Villaviciosa.

Fue en el año 1689, siendo gobernador general de Flandes el conde de Monterrey que, con la venia de S.M. viene en crear por aquellos lares un cuerpo de tropas bajo el pie de tercio de dragones y a tal efecto nombra como cabeza y “maestre” de campo de dichas fuerzas al príncipe de Steenhuysen, que lo dotará de guión, hombres y caballos necesarios. Al año siguiente se integra en el Ejército que manda el general holandés Waldeck y con él toma parte en la batalla de Fleurus (1690), sufriendo un gran descalabro frente a las tropas francesas que manda el Duque de Luxemburgo. Sigue por Mons, Lieja, Leuse y luego, a las órdenes de Guillermo de Orange, interviene en Namur, Steinkerke, Dixmunde, Nerwinde, también con escasa suerte. En adelante actúa, en Dunkerke, Scalda y Lis con no muy felices resultados y así hasta el fin de la contienda, que lo sería por la paz de Ryswick, en 1796.
En 1701 reina en España Felipe V y el tercio queda en Flandes afecto al Ejército del Duque de Borgoña. El mariscal Beaufleurs, junto al nuevo gobernador general español, marqués de Bedmar, se encarga de adaptar todas aquellas fuerzas hispanas al molde y orgánica del Ejercito francés, convirtiéndose de este modo los viejos y gloriosos tercios en flamantes regimientos.
Por el muy versado en historia militar conde Clonard, se conoce el interesante documento que da fe del origen del tercio en cuestión, y que dice así: Sucesión de los tercios de dragones que sirvieron en Flandes en el tiempo del rey Don Carlos II de gloriosa memoria hasta el 31 de marzo de 1701, en que se dio nueva disposición al ejército y que no está anotado en los oficios del sueldo y en la manera siguiente:
Tercio de Don Nicolás Ferrar. Fue recibido al sueldo y servicio en 7 de febrero de 1689 en cabeza del Príncipe de Steenhuysen y le sucedió el dicho Don Nicolás Ferrar, en 13 de abril de 1701 por subintracción en virtud de la orden general de 4 de mayo de 1699. Para que ello conste a cuyo cargo están los de la contaduría del ejército en los estados de Flandes. Di la presente. Sellado del rey Don Carlos II. En Bruselas, a 28 de enero de 1738. Jacinto Del vaus.

En nuestra Guerra de Sucesión, el tercio de Ferrar lucha con el Ejército del mariscal Beaufleurs y el español Bedmar por Brisac, Ausburgo, Rastibona y Landau, luego lo hará en las aciagas batallas de Ramillies y Malplaquet. Viene a España en 1710 y combate en Cataluña con el duque de Vendome, de ahí, que el rey le apode el Vendoma. Sigue por Brihuega y Villaviciosa y este nombre será un día su más preciado título. Pasada la guerra, y por una R.O. en 1 de febrero de 1718, se llamará de Dragones de Frisia, y así participa en las dos campañas de Italia hasta lograr las soberanías de Nápoles y Parma para los infantes Don Carlos y Don Felipe. Ausente el Frisia de España, el rey autoriza a Don Manuel Sentmanat a crear un segundo gemelo, que luego daría lugar a confusión a la hora de constar su antigüedad. Se resolvió al ser refundido éste en los Dragones de Edimburgo, en 1744. Por RO en 20 de septiembre de 1765, adquiere el tercio el título de Dragones de Villaviciosa. Sería más tarde cuando uno de sus escuadrones tomó parte con el duque de Crillón en la conquista a los ingleses de Menorca y fuerte de San Felipe, pasando después a ese último e infructuoso sitio de Gibraltar (1783). Y aún hubo de cerrar tan belicoso siglo en lucha por los Pirineos contra los republicanos franceses. El año 1800 lo inicia batiéndose con ingleses y lusos por el noroeste de la Península. En 1806 sale para Toscana en la expedición de O’Farril, luego se uniría al Ejército de La Romana, actuando en la que fue infausta aventura. No obstante, el Villaviciosa vuelve a la Patria en momentos críticos de la Guerra de la Independencia, peleando en todo el tiempo que ésta duró.
Esta unidad ha sido conocida por los títulos siguientes: Ferrar (1689), Frisia (1718), Villaviciosa (1765), Extremadura (1826), Constitución (1841), Villaviciosa (1844), con números en la escala general de la Caballería: de dragones (1718), 5° de dragones (1741), 5° de cazadores (1802), 5° de dragones (1805), 5° de ligeros (1814), 5° de dragones (1816), 5° de ligeros (1821), 3° de ligeros (1826), 8° de caballería (1841) 7° de lanceros (1846), 8° de lanceros (1847), 6° de lanceros (1849), 8° de caballería (1851), 2° de lanceros (1865), 6° de lanceros (1874).
En el estandarte del Villaviciosa figura como emblema un león en pie sobre trofeos de guerra con la inscripción en latín de Leo Vilaviciosae victor et vindex (El León de Villaviciosa triunfante y vengador).
En la época actual, y en virtud de la Instrucción General del Estado Mayor Central del Ejército número 165/142, del año 1965, queda determinada su estructura y nombre como Regimiento Ligero Acorazado de Caballería de Villaviciosa n° 14, afecto a la orgánica de la División Acorazada Brunete nº 1..

(Texto y dibujo por Miguel MONTANER)


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