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Martes, 23 de abril de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

MESSERSCHMITT BF109 G4

Láminas históricas de la Revista Defensa

No es fácil hablar con seguridad completa de los camuflajes empleados por la Luftwaffe durante la Segunda Guerra Mundial. Este tema viene siendo desde hace muchos años uno de los más apasionantes y oscuros para los estudiosos y aficionados a la aviación militar del III Reich.

Los datos que se tenían por ciertos e incuestionables se han venido abajo hace poco tiempo como consecuencia de la salida a la luz de documentos y muestras, recabados de forma minuciosa por historiadores auténticamente volcados en el asunto. Las condiciones en el campo de batalla dejan mucho de desear, en ocasiones, cuando se las compara con las directrices dictadas desde un lejano Ministerio de la Guerra. Ni siquiera un pueblo tan amante del orden y de las cosas bien hechas como el alemán, pudo ser ajeno a los desfases propios de una situación de guerra. Lógicamente las partidas de pintura sin utilizar se iban consumiendo en proporciones desiguales según los frentes, los rigores climatológicos y las condiciones de utilización de los aparatos respectivos. Si se une a estas situaciones anárquicas el hecho de que la mayoría de las interpretaciones de colores deben ser efectuadas por medio de fotografías en blanco y negro de calidad muy variable, es fácil disculpar una posibilidad bastante grande de error.
La lámina que nos ocüpa ha sido realizada con una minuciosidad poco corriente y la proporcionalidad de las dimensiones es correcta. Representa un Messerschmitt Bf 109‘G-4 del II grupo de 1ª JG-27 destacado en el teatro de operaciones mediterráneo en el año 1943.
El Bf 109, al igual que su mítico oponente, el británico Spitfire nació antes de comenzar la contienda y a lo largo de toda ésta fue mejorado y aumentado de potencia para hacer frente a los avances técnicos del enemigo.
Ya en el año 1940 la compañía Messerschmitt comprendió que era necesario mejorar las prestaciones del Me-109 F, a pesar de que éste todavía no había entrado en servicio. El modelo F era posiblemente el ejemplo definitivo de pureza aerodinámica que se podía conseguir a partir del anguloso E. Por tanto, la única forma de conseguir mayor velocidad y techo era incorporar un motor más potente, concretamente el Daimler-Benz DB-605 que todavía se encontraba en desarrollo. De esta forma un poco aturullada nacería el tipo G pensado como una solución momentánea y que, sin embargo, fue construido en mayor número que ninguna otra versión a traves de sus distintas sub-versiones. Más conocido entre las tripulaciones y mecánicos como Gustar, el Me-109 G comenzó a reemplazar al F en todas las unidades de primera línea a medida que salía de las cadenas de montaje.
El Me 109 G-1 fue la primera serie propulsada por el DB-605 ya que con anterioridad, y debido al retraso en la entrega del motor DB-605, se había completado una docena de aparatos con el motor antiguo, esto es, el DB-601 E. El G-1 supuso por un corto espacio de tiempo la recuperación parcial del Me-109 frente al Spitfire y demostró algo que no habría de cambiar sustancialmente en los años siguientes. La supremacía de éste sobre el Focke-Wulf 190 de
motor radial a partir de cierta altura, mientras que el diseño de Kurt Tank disfrutaría de unas mejores y marcadas prestaciones en vuelo a bajo nivel. El modelo siguiente, el G-2 se diferenciaba principalmente del G-1 en no estar presurizado; en el resto prácticamente eran iguales.
Dentro de un orden cronológico sigue el G4, ya que el G-3 llegó con posterioridad, al cual se le introdujeron una serie de modificaciones, comunes con el G-3, en el tren de aterrizaje y, concretamente, en los neumáticos. A medida que el diseño original había ido aumentando de peso, los neumáticos originales no habían sufrido modificaciones y llegó un momento en el que las empresas fabricantes de los mismos sugirieron a Messerschniitt la sustitución de las cubiertas por otras de mayor tamaño tanto en el tren principal como en la rueda de cola. La consecuencia directa del cambio fue la necesidad de alterar la superficie superior del ala introduciendo uno de los numerosos bulbos, que caracterizarían a las series posteriores del Me-109 G, para poder acomodar neumáticos de mayor tamaño.
La lámina nos muestra un Me 109 G-4 camuflado en grises n° 74 y 75 con un pequeño moteado de gris RLM-02 en los costados del fuselaje. El emblema de la escuadrilla JG-27 es el conocido leopardo con el mapa de Africa y una cara de un negro asustado. Mirando de izquierda a derecha, es decir, de morro a cola, las distintas inscripciones o stencus figurados, corresponden a: el triángulo marrón rojizo con dos círculos rojos debajo, señala el tapón para llenado de aceite: inmediatamente debajo y en distintas posiciones, una raya roja horizontal con la palabra zu indica la posición de los pestillos de sujección del capó;justamente encima de la luz de posición del plano de babor se encuentra la placa del constructor, indicando detalles del lugar de fabricación, etc; debajo del mástil de la antena y marcado con rojo una agarradera con la inscripción hier eingreifen (cogerse aquí);
debajo del número ocho y también silueteado en rojo con la palabra eintiegklappe (escalón de subida); el triángulo amarillo con reborde blanco y números negros, es el indicador
del tipo de combustible y punto de llenado del depósito; en la parte blanca de la escarapela del fuselaje, una cruz roja marca la ubicación del equipo de primeros auxilios; la inscripción hier anheben (levantar aquí), y flecha negra indican el agujero situado inmediatamente encima del número ocho pequeño; encima del número nueve pequeño está marcada la presión de inflado de la rueda de cola; eifendruck 4,5 atü; junto a la esvastica de la deriva, el número de fabricación W. Nr y al lado del compensador del timón de dirección; nicht anfassen (no tocar)..
(Texto: Fernando de la Cueva, Dibujo: Joaquin Peñalver)


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