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Martes, 19 de marzo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

Grupo Aéreo de Transporte nº 6 de la Fuerza Aérea venezolana

Láminas históricas

Al hablar de los orígenes de Ia Aviación de Transporte, en Venezuela, hay que remontarse al 12 de marzo de 1948 cuando, con sede ambos en Ia base aérea de Boca de Río (hoy base escuela Mariscal Sucre), se crearon el Grupo de Caza y Reconocimiento nº 9 y el Grupo de Bombardeo y Transporte nº 10. Con la activación de este último y, más en concreto, de su vertiente de carga, el Escuadrón de Transporte nº 1, ó T-1, se inició la historia de esa especialidad en Ia Aviación militar venezolana.

Bien pronto, los hombres del T-1 demostraron su buen hacer y alto grado de capacitación manejando los materiales que el Gobierno Nacional adquirió en los Estados Unidos y que estaban formados por doce Douglas C-47 y un C-54, mejor conocido este último como La vaca sagrada por ser destinado al uso del presidente de Ia República. En 1951 tuvo lugar una reorganización de Ia Fuerza Aérea y en virtud de la misma los Grupos Aéreos fueron eliminados constituyéndose los Escuadrones, que integraban a aquellos, como unidades autónomas en dependencias directa de la Comandancia General de Aviación.

El T-1 continuaba, mientras tanto, con sus actividades de forma ininterrumpida cumpliendo numerosas misiones tanto nacionales como en el exterior. Dentro de las mismas, cabe destacar la efectuada en diciembre de 1956 cuando despegaron rumbo a la capital del Perú, Lima, doce bimotores C-47 para trasladar a la delegación de Ias Fuerzas Armadas que asistió a Ia reinauguración de Ia Plaza Bolivar de aquella ciudad. Y como dato curioso habrá que decir que dieciocho C-47 desfilaron ese año en el acto conmemorativo de Ia Fuerza Aérea conjuntamente con las demás unidades volantes de la Institución.

Como con el paso del tiempo Ia capacidad de transporte aéreo se fue tomando insuficiente, se hizo necesario contemplar Ia adquisición de nuevos aviones y, en concreto, de un modelo que fuese capaz de transportar a cincuenta pasajeros, lanzar paracaidistas, movilizar grandes volúmenes de carga y disfrutar de una autonomía de ocho horas. Desde el comienzo estuvo claro que el Fairchild C-123 reunía todas esas condiciones razón por lo cual se compraron dieciocho unidades a un costo de ochocientos mil dólares por avión lo que, en Ia época, resultó ampliamente económico para Venezuela.

Una vez más, transcurrieron los años y con ello se plantearon nuevas perentoriedades. Tomando en cuenta parámetros tales como Ia necesidad de ampliar Ia movilización de cargas a grandes distancias, en el menor tiempo posible, y el apoyo logístico desde los grandes centros suplidores de partes y repuestos para los modernos sistemas de armas incorporados a la Fuerza Aérea, se optó, tras un estudio de Ias disponibilidades del mercado, por la adquisición de aviones Loockheed C-130, del modelo H, para reemplazar a los incansables y nobles C-47. Dados los oportunos pasos el primero de los Hercules (siglas 4951), de un grupo de cuatro, tocó tierra venezolana el 25 de marzo de 1971.

Nuevamente el paso del tiempo llevó a los mandos de Ia Fuerza Aérea a buscar el relevo de los eficaces pero ya muy fatigados C-123 encontrando Ia respuesta, por vez primera, no en Ia industria norteamericana sino en Ia del otro lado del Atlántico, en Italia. En 1983 se optó por Ia compra del Aeritalia G-222 incorporándose ese material volante en agosto del año siguiente.

Posteriormente, devueltos a los organigramas de Ia Fuerza Aérea Venezolana los Grupos Aéreos, el de Transporte nº 6 tiene su sede en la base aérea El Libertador, de Palo Negro, en el Estado Aragua. Se compone del ya veteranísimo Escuadrón de Transporte nº 1, con seis Hercules C-130H, el Escuadrón de Transporte nº 2, con ocho G-222 y el Escuadrón de Mantenimiento nº 67. DEFENSA, que ya en anteriores ocasiones había tenido Ia oportunidad de viajar en aviones de esta brillante unidad, ahora efectuó una inolvidable singladura Palo Negro-Maracaibo, con escalas en Barquisimeto y San Antonio del Táchira, con el mayor Rubén Alvarado a los mandos. Nuestro agradecimiento a esa tripulación del C-130H, matrícula 5320, y al grupo de Transporte n° 6, en general.

Texto: Ricardo L. F0551 SANTOS

Lámina: Miguel Ángel CAPILLA ROJAS


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