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FIAT CR-32

Láminas históricas de la Revista Defensa

En 1931 el diseñador italiano Rosatelli presentó su nuevo diseño de caza, el CR-32, basado en el inmediatamente anterior CR-30, aunque de dimensiones más reducidas y numerosas mejoras en varios detalles. El 28 de abril de 1933, en su primer vuelo, el prototipo reveló ya sus óptimas características, lo que permitió ponerlo en producción al siguiente año y entregar, en la primavera de 1935, los primeros ejemplares de serie al 40 Stormo Caccia Terrestre, de Gorizia.

El total de aparatos Fiat CR-32 construidos fue de 383 de la primera serie, 328 CR-32 bis, a partir de 1937, 100 CR-32 ter y 40 CR-32 quoter, hasta la primavera de 1939. Era un aparato biplano de alas desiguales, de estructura metálica de acero y aluminio recubierta de tela y chapa, todo él atornillado, lo que facilitaba su traslado por tierra o mar. Lo propulsaba el consagrado motor Fiat A-30 RA, de 12 cilindros en V refrigerado por agua, de 600 CV —un Stradivarius según García Morato— que impulsaba una hélice bipala de aluminio y que le confería una velocidad máxima de 375 km/h. a una altura de vuelo de 3.000 metros, mientras que su techo máximo era de 8.800 y autonomía de 750 kilómetros. La superficie alar del Chirri era de 9,50 metros, con longitud de 7,45, una altura de 2,63 y un peso al despegue de 1.850 kg. El armamento consistía en dos ametralladoras Breda Safizt de 12,70 mm. que podían ser sustituid as por dos ligeras de 7,7 mm. o montar una de cada calibre.
Los primeros doce aviones Fiat CR-32 Chirri y sus pilotos llegaron el 13 de agosto de 1936 a Melilla a bordo del buque italiano Alicantino. Fueron trasladados a Nador para su montaje y, tras enrolarse sus pilotos en La Legión, volaron hasta Tetuán y seis de ellos, el 17 de agosto, a Tablada.
Desde esa misma fecha esta escuadrilla desarrolló una intensa actividad participando en combates en todos los frentes, desde Córdoba a Zaragoza pasando por Salamanca y otras ciudades. Los continuados traslados, la utilización de campos en malas condiciones y sobre todo el exhaustivo empleo, causaron bajas, hasta el punto de que el 23 de agosto sólo había uno en vuelo, siendo necesario el envío desde África de otros cuatro.
El 29 de agosto llegaron a Vigo a bordo del Cittá de Bengasi nueve Chirri más que fueron afectados al Grupo La Cucaracha mandado por Limonesi.
El 7 de septiembre se incorporó el as de la Aviación nacional, García Morato, el 15 otros dos cazadores célebres, Salas Larrazábal y Salvador, formándose la Patrulla Azul, que con la llegada de otros pilotos españoles se convertiría en Escuadrilla y, después, en Grupo, para mucho más tarde constituirse la Brigada Hispana separada de la Aviación Legionaria.
Este avión fue la espina dorsal de la caza nacional, ofreciendo sus formaciones, presentes en todas partes, siempre batalla y logrando con él numerosas victorias. Baste decir que García Morato obtuvo con el CR-32 nada menos que 36 de las 40 victorias logradas, Franco Luchini, 26, Julio Salvador 25 y así otros. .

(Texto y dibujos de Juan ABELLAN)


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