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El caza P.W.S.10 entró en servicio en la aviación polaca en el año 1932 pero fue sustituido al año siguiente por el más moderno P.Z.L. P-7, pasando entonces a ser utilizado como avión escuela de entrenamiento avanzado.
Era de estructura metálica, con el fuselaje de tubos de acero y recubierto en su parte anterior por chapa de aluminio y en los dos tercios posteriores de tela, mientras que el ala, de tipo parasol elíptica, era de armazón de madera recubierto de chapa de contraplaqué, sujeta por fuertes montantes de acero al fuselaje.
Su motor era un Skoda de doce cilindros en W, refrigerado por agua. desarrollaba 450 CV, moviendo una hélice bipala de madera. Medra 7,5 m. de longitud con una envergadura de 11 m., peso al despegue de 1.550 kg., techo de 7.500 m., velocidad máxima de 250 km/h. y autonomía de 300 km. Su armamento eran dos ametralladoras Vickers de 7,7 mm. sobre el capó y sincronizadas con el paso de la hélice.
Ante la escasez de aviones en los primeros momentos de la guerra, representantes del bando nacional se dirigieron a distintos países en busca de material volante, consiguiendo en Polonia realizar una transacción para el suministro de unas avionetas alialtas y de 15 de estos pseudo cazas P.W.S. 10 sólo unos días antes de que el gobierno polaco hiciera una declaración de estricta neutralidad.
Numerados del 4-1 al 4-15 y bautizados, inicialmente, como Chiquita, su historia fue verdaderamente breve, pues desde su llegada se vio claramente que no eran aptos para enfrentarse a los aparatos enemigos dada su escasa velocidad y anticuada construcción por lo que se les destinó como escuela avanzada, primero en León y más tarde en Jerez de la Frontera, causando baja en 1938 totalmente agotados cuando cumplían su labor de enseñanza en la base de El Copero. El nombre de Pavipollo con el que han pasado a la historia, se les adjudicó por su pequeñez al lado de los Pavos y Pavas.
Texto y dibujos Juan Abellán
