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Carro de combate Leopard-2, RFA 1973

Láminas históricas de la Revista Defensa

Considerado el mejor carro del mundo, la gestación del Leopard-2, o simplemente Leo como le bautizaron los alemanes, comenzó  allá por el año 1967, cuando empezaron a vislumbrarse las dificultades de llevar adelante el proyecto MBT-70. Entonces arrancó un denominado desarrollo experimental y también falso Leopard.

En efecto, tal como se esperaba, el proyecto germano- norteamericano MBT-70/KPZ-70 acabó por ser cancelado a primeros de 1970 y decidiendo el a la sazón ministro de Defensa federal, Helmut Schmidt, iniciar el estudio de un nuevo carro de combate basado en el desarrollo experimental bajo la denominación de Leopard-2.
Krauss-Maffei fue designada contratista general, encargándosele el desarrollo y construcción de los diecisiete prototipos solicitados, que entre otras condiciones debían portar la planta motriz del fenecido KPz-70, así como un cañón clásico de ánima lisa, aunque también se preveía la posible adopción de un cañón-lanzador Shillelagh, de 152 milímetros, norteamericano. El primer estudio fue designado Leopard-2K (de Kanone), y el segundo Leopard-2FK (por Flugkörper, misil en español).
En los diecisiete prototipos mencionados, diez torres estaban armadas con un cañón de ánima lisa de 105 mm. y siete con uno de 120 mm., ambos diseñados y construidos por Rheinmetall. En cuanto a los chasis, dos (PT-11 y PT-17) tenían suspensión hidroneumática con seis ruedas de camino y los otros catorce (1) suspensión por barras de torsión con siete ruedas. Por cierto, que las pruebas comparativas de ambos sistemas pusieron de manifiesto que la hidroneumática no había alcanzado aún un grado óptimo de funcionamiento y que no podría ser mejorada ni corregida antes del final de la etapa de desarrollo del Leopard-2.

(1) El prototipo PT-12 no llegó a ser construido, aunque sí la torre.

En cuanto a los cascos construidos, seis lo eran de acero dulce (PT-01 a PT-05 y PT-11) y los diez restantes de acero de blindaje, teniendo todos y cada uno de ellos diferencias internas e, incluso, externas, como ruedas fundidas o forjadas, contrapuestos modelos de cadenas y otras.
Los prototipos se entregaron en el curso de 1972/73 para su sometimiento a las pruebas técnicas y posterior evaluación. Aquellas comprendieron un amplio período en unidades militares en Alemania, en Canadá, durante el invierno 1973/74, y con temperaturas tropicales, en el desierto de Yuma (Arizona) durante el verano de 1974. Así pudieron constatarse las bondades y aciertos del diseño del Leopard-2, amén de sus limitaciones, y los pasos necesarios para mejorar los defectos.
El principal problema a solucionar era el exceso de 1.500 kilogramos de peso respecto a las 50 toneladas, o Military Load Class 50 (MLC-50), señaladas como tope máximo por el cuaderno de condiciones establecido por el Ministerio de Defensa. La firma Wegmann, constructora de las torres, propuso la reducción del peso de las mismas en la cifra indicada mediante la modificación de su forma y la adopción de un nuevo sistema de puntería y un telémetro de coincidencia.
En esta época empezó también a disponerse de los primeros resultados de los análisis de la Guerra del Ramadán, que puso de manifiesto la necesidad de una mayor protección, y por tanto, del blindaje, con lo que la cuestión del peso podía ser obviada. A lo anterior vinieron a unirse las objeciones estadounidenses al carro, al que consideraban inadecuadamente blindado. Debe recordarse, al respecto, que por esas fechas habían comenzado ya los trabajos conjuntos para construir un mismo carro unificado para ambos países.
Krauss-Maffei respondió a todo lo expuesto presentando un proyecto de mejora llamado de protección reforzada, que podía extenderse también al casco, obteniendo la decisión de mejorar el blindaje total del carro, lo que obligaba a superar la barrera de la MLC-50. Finalmente, el Ministerio de Defensa dictó una nueva especificación en tal sentido, en la que se fijaba el límite de peso en las 60 toneladas.
En 1977, el citado Ministerio, y más concretamente la Oficina Federal de Tecnología y Adquisiciones para la Defensa (BWB), solicitó un total de 1.800 Kampfpanzer Leopard-2, eligiendo a Krauss-Maffei como contratista general para la producción, con el 45 por 100 de participación total y la construcción de 990 carros, pasando otro encargo por los 810 restantes a MaK Maschinebau GmbH, Kiel. El 2 de septiembre de 1978, el primer carro de producción, sin torre, dejó la cadena de montaje de Krauss Maffei, siéndole entregado al Ejército el 11 de octubre siguiente para pruebas, comprobaciones e instrucción de los futuros usuarios. Esta unidad fue seguida por otros tres durante los seis primeros meses de 1979.
La entrega de los primeros 380 carros de combate Leopard-2 del primer lote de serie comenzó en el mes de octubre de 1978, año en el que se fabricarían diez unidades, para llegar a las 100 en el siguiente y alcanzar los 180 en 1981.
Durante 1982, el listón subió a los 25 carros al mes, lo que supuso un total de 300 al año, cifra que irá aumentando para poder completar en 1986 los 1.800 encargados por el Ejército federal alemán y los 445 que Holanda solicitó en marzo de 1979, con inicio de entregas en el pasado 1982..

 (Texto Javier de Mazarrasa)


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