Guardaparques, efectivos policiales, bomberos por tierra, y helicópteros del Agrupamiento de Operaciones Aéreas (GOA) del Cuerpo de Bomberos Militar de Río de Janeiro , auxiliados por unidades policiales están tratando de combatir este foco ígneo, ya con casi 11 días de duración, habiendose unido a la labor dos helicópteros militares, mientras el gobierno evalúa enviar un Hércules C-130 equipado con un Sistema Modular de Combate a Incendos Aeroembarcado, que, con capacidad de descargar 12.000 litros de agua sobre el área afectada, opera a una altura tentativa de 50 metros de altura, para mayor eficacia.
La Fuerza Aérea de Brasil ha realizado diversas misiones de lucha contra fuego real: en 2008 en la Estación Ecológica de Taim, Rio Grande do Sul, o, en noviembre del mismo año, el Parque Nacional Chapada Diamantina en Bahía. En 2011, la misión se llevó a cabo en Brasilia, y en 2012, Ecuador. En enero de 2014, la C-130 participó en la lucha contra un gran incendio forestal en Chile, junto a efectivos de diversas procedencias. Recientemente, nueve pilotos del Primer Grupo de Transporte de Tropas de la FAB realizaron misiones de entrenamiento en lucha contra incendios en las proximidades del Distrito Federal.
Poco antes lo habían hecho- junto al Centro Nacional de Prevención y Combate a Incendios (Prevfogo)- efectivos del Núcleo de Operaciones Aéreas (NOA) del Instituto Ambiental federal Ibama, que utilizan bambi buckets acoplados desde sus Bell Long Ranger IV, alguno de los cuales ya se dirige al área serrana de Río de Janeiro.
En el Parque Nacional da Serra do Cipó, a 550 kilómetros hacia el centro norte,y a 95 de la ciudad de Belo Horizonte, en el entorno de la ciudad y base de mantenimiento de la FAB de Lagoa Santa, que abarca 100.000 hectáreas, de bosques, cataratas, cavernas, sítios arqueológicos preservados y cañones, ya se superaron las 3 mil hectáreas perdidas , contabilizándose 3 víctimas fatales hasta el momento, entre los voluntarios convocados.
Aeronaves Air Tractor 802 del Instituto Estadual Forestal están atacando algunos focos y evitando que la marcha del fuego continúe extendiéndose, mientras otro helicóptero del Ibama traslada efectivos para las zonas más comprometidas. Otras 5.500 hectáreas en el entorno de esta reserva ya han caído bajo el fuego, mientras arácnidos y ofidios se dirigen a las zonas urbanas, huyendo del mismo. Mientras en este último caso se piensa que la sequía imperante localmente pudiera ser el desencadenante del insuceso, en el caso de Río de Janeiro se sopecha de una acción criminal.
(Javier Bonilla)