Cascos, nuevas prestaciones y más tecnología
Revista Defensa nº 453, Enero 2016, Segundo Calpena
Segundo Calpena, 21 de marzo de 2017
El empleo del casco por parte del combatiente militar y de policías de diversas unidades de carácter especial no es nuevo y en el primer caso se remonta a hace muchos siglos. La necesidad de proteger la cabeza de aquellos que se veían envueltos en situaciones arriesgadas llevó a emplear diversos diseños y materiales, siendo en los primeros años del siglo XX(1) cuando comenzaron a popularizarse entre las tropas diversos diseños realizados en chapa metálica que estaban pensados para salvaguardar al portador de proyecciones derivadas de explosiones, de rebotes de proyectiles y poco más.
Foto: Este modelo estadounidense incorpora diversas soluciones en su exterior pero, como se observa en el ejemplar de la derecha, es en su sistema de acolchado interno donde sobresale respecto de otros (foto Segundo Calpena). Las experiencias en los combates de la II Guerra Mundial (SGM) impusieron nuevos diseños, dando una mayor cobertura, pero avanzando poco en lo que era su capacidad de detención, pues eran fácilmente perforados por proyectiles disparados por fusiles o ametralladoras. Los metálicos tipo M1, que durante el conflicto vietnamita servían para que las tropas llevasen en ellos desde pequeños botes con aceite para lubricar sus fusiles de asalto, hasta un paquete de tabaco o peines de munición, fueron clásicos hasta bien entrada la década de los ochenta del siglo pasado. La eterna lucha entre coraza y proyectil, que se ha venido manifestando en la evolución de diferentes sistemas militares, se derivó al entorno de la protección personal,...
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