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Jueves, 9 de mayo de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

La necesidad de una nueva visión de la industria de defensa y del papel de la Administración

Un A400M del Ejército del Aire y del Espacio desplegado por primera vez en la misión de Policía Aérea en el Báltico (Ministerio de Defensa)

En los últimos cinco años en el mundo y especialmente en Europa, el ámbito de la Industria de Defensa y sus estrategias han sufrido una evolución tan rápida, que posiblemente en un medio-corto plazo, cambie el paradigma de muchas naciones. Sólo las más preparadas estarán a la altura de pódium.

En el año 2017 Europa tomó la decisión política de impulsar la Industria de Defensa Europea. Para todos los Ministerios de Defensa de Europa y las industrias nacionales, dedicadas a la defensa, fue el Big Bang.

La reacción comenzó en 2015, cuando varias naciones europeas se dieron cuenta de que todo el esfuerzo en I+D+i, se centraba en dos ámbitos, el civil y en la línea que se le denominó dual, dónde se mezclaba investigación militar y civil. Muchos Estados reaccionaron abandonando las dos líneas para centrarse en una sola: Defensa.

Ahí nació la chispa, se bautizó como Plan de Acción Europeo de Defensa, en el cual se proponía como arma principal, el Fondo Europeo de Defensa, el FED. El objetivo estaba claro: mejorar la eficiencia del gasto de los Estados miembros en capacidades de defensa conjuntas, reforzar la seguridad de los ciudadanos europeos y fomentar una base industrial competitiva e innovadora.

¿Os suena? Ocho años después, es uno de los eslóganes y parte de su lev motiv, para la que se presenta como la principal Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio. Este objetivo también forma parte en España, de los Presupuestos Generales del Estado en Defensa 2023 y en la Nueva Estrategia de Defensa presentada por la Secretaría de Estado de la Defensa.

Para el periodo 2017-2019, Europa propuso un presupuesto de 90 millones de euros como acción preparatoria sobre investigación en materia de Defensa (PADR). Para el periodo 2019-2020 se presentó el Programa Europeo de Desarrollo Industrial en materia de Defensa, esta vez con un presupuesto de 500 millones de euros.

Pero no había terminado este último periodo, cuando en el verano de 2018, un siglo después de la primera guerra moderna, la Comisión Europea presentó una propuesta legislativa donde se estableció un presupuesto de casi 8 000 millones de euros para el período 2021-2027

Nació un nuevo ecosistema cuya evolución se está realizando a una velocidad de vértigo, con 5 etapas de relevancia y en un periodo de tiempo muy corto. Esta nueva era ha puesto a prueba a toda Europa, especialmente a España, dónde ha quedado a flote, las debilidades y carencias que tenemos.

Algunos ni siquiera eran conscientes de lo que quedaba por venir; en la actualidad siguen inconscientes, quizás ciegos del resplandor, ya sabemos que un Big Bang es una cosa gorda y en materia de defensa, no sobreviven aquellos que tienen la mejor embarcación con el mejor pañol; sólo llegan a buen puerto los que cuentan con todos los remos disponibles embarcados para la batalla. Quién limpia la cubierta tiene tanta importancia, como quién maneja el timón.

Si bien es cierto, que, desde la Administración, en términos generales, el esfuerzo es latente para estar a la altura en los retos que se plantean, quedan ciertos detalles, especialmente puntos de mira y costumbres hechas norma, que ralentizan la zancada en unos y dificultan la carrera en otros ámbitos, especialmente a la hora de afrontar los objetivos principales presentados y desarrollados en la nueva estrategia de Industria de Defensa Española.

Años de retraso

Desde la platea se observan las zancadas de los adversarios, en esta trepidante carrera en el ámbito de la Industria de Defensa; asombro y tristeza a partes iguales. Nuestros vecinos, aliados y a la par competidores, llevan en sus mochilas una experiencia, un prestigio institucional y una cultura de defensa, mucho más avanzada, experimentada y madura que nuestra nación.

El posicionamiento político de España durante la Segunda Guerra Mundial pasó factura en décadas posteriores, con una Europa reconstruyéndose industrialmente tras el segundo conflicto mundial, reacia a transferir conocimientos y material a nuestra nación, bajo una dictadura que nunca ocultó su simpatía a una parte del tablero. Un legado, dónde las siguientes generaciones militares y civiles dedicadas a la Industria, se han esforzado por superar y enterrar honrosamente, esforzándose por modernizarse y consolidarse en el terreno de juego.

Pero aún hoy, se siguen estableciendo puntos de mira fijos y un recelo a iniciativas e innovaciones que surgen por todo el territorio, que impiden alcanzar velocidad. Lo que para unos pueden ser oportunidades nacientes, ya consolidadas en otras naciones, para otros son amenazas a sus intereses particulares, siempre éstos por encima del interés general a cualquier precio. Muchos partidos han sido perdidos por no jugar en equipo y esta clase de jugadores no deben estar en la alineación.

Este nuevo paradigma, bien merece un pacto de Estado, en Defensa, cada punto en la tabla debe ganarse por goleada. Este lustro nos ha enseñado, como siempre enseñan las tragedias dramáticas de nuestra Historia, una lección de 5 capítulos:

  • 1º La autonomía estratégica industrial. Se descubrió en todos los ámbitos, que no se puede tener dependencia de otros con una pandemia.
  • Conciencia de Defensa. La invasión de Ucrania cubre con el manto de la Guerra el suelo europeo. No sólo activa la naturaleza de todos los Ministerios de Defensa y las Fuerzas Armadas, también se despierta la Conciencia de Defensa en la ciudadanía.
  • OTAN. La longeva organización presenta la nueva estrategia a sus socios. Define, esta vez de manera abierta y directa un enemigo y vaticina una amenaza del futuro. Lanza el reto de las cifras en los presupuestos de defensa a todos sus socios. Nadie puede negarse; hacerlo es dejar de estar en la alineación.
  • Aire y Espacio. La Defensa vuelve a mirar al cielo y las estrellas. En ese ámbito, las tecnologías e ingenierías del máximo nivel, serán las que alcancen la gloria.
  • Gestión y cooperación. Estos fueron los dos principales conceptos, con los cuales Europa salió de dos Guerras Mundiales.

Retos y amenazas a la evolución

Leídos los cinco capítulos de este lustro, una visión a vista de dron no presenta un paisaje real, unas pinceladas que deben corregirse cuanto antes, pues idealizar proyectos e iniciativas sin rectificar, es una condena al fracaso.

Prácticamente todas las naciones participantes, en esta nueva era de la Industria de Defensa, ya corrigieron sus bocetos, especialmente aquellos que, por necesidades imperiosas, se vieron obligados y otros por tener amplitud de miras.

Falta de gestión es algunos escalones, donde también se encuentra la desidia y falta de voluntad en colaboración, donde coexiste ausencia de recursos para una gestión eficaz y eficiente. Fragmentación de la industria, desaprovechamiento del capital humano por carencias de incentivos y estrategias de captación y retención, deslocalización de la riqueza de nuestras PYMES (sería necesario un Observatorio de PYMES), carencias en el impulso y apoyo a la internacionalización de nuestra industria, falta de apuesta por la colaboración público-privada.

En el actual panorama, el egoísmo y el afán de monopolio no tienen cabida, actuar bajo esos valores espurios retratan al individuo y despilfarran la riqueza y soberanía industrial nacional. Todos estos ingredientes, desganan, restan en algunos partidos y ralentizan la velocidad actual en el Mercado de Defensa.

Un campeón nacional. ¿Para qué mercado?

El actual mercado interior en defensa no es España, es Europa, por ello hablar de querer tener un Campeón Nacional para nuestro mercado interior, es hablar de algo que no existe. Creérselo es del todo ilusorio.  Más allá del horizonte en nuestro continente, conocido ahora como el ámbito internacional, es dónde viven y respiran nuestras empresas y es ahí, en esa oportunidad llena de riesgos, dónde debemos comenzar a picar y cavar.

Hispanoamérica y Asia han sido olvidadas. Oxidado y quebrado, el vínculo transatlántico tiene un hilo de plata, esperando su remiendo para transformarse en puente. Es el momento de cambiar la visión en nuestra misión. Es el momento de los consorcios y clústeres, de hacer real la colaboración pública-privada, de alimentar y reforzar la cultura de defensa, de unirnos y potenciar nuestra riqueza.

Creo firmemente que hace falta un impulsor, un líder y que ese líder debe ser el Ministerio de Defensa Español. Un Gestor arropado por todos y dedicado para todos. Pero la pregunta es ¿Será capaz?

Yo digo que sí, pero necesita reformas. Todo este nuevo ecosistema está creciendo, como he demostrado en líneas anteriores, a una velocidad vertiginosa. No sólo las empresas reforman sus juntas directivas, amplían y crean nuevos departamentos o construyen nuevas instalaciones. También se refuerzan sus plantillas y dedican esfuerzo al talento, exploran y analizan sinergias. Pero en este nuevo ecosistema, no pueden ni deben hacerlo solas.

La red industrial en este ámbito necesita dos elementos esenciales: financiación real y logística sólida por parte de la Administración. En la actualidad, los actuales departamentos de la Administración dedicada a Defensa tienen ante sí un reto dónde su estructura y personal, dedicado a la Industria de Defensa, pueden verse desbordados, sino lo están ya.

Ante el flujo, cada vez con más caudal de planes y proyectos y no hablo sólo de la gestión financiera, también de las necesidades de la Industria, el poder y la capacidad de un gestor líder, debe ser amplio, sólido, eficaz y eficiente. Llevar al tejido industrial a los primeros puestos globales, dependerá de una óptima organización y especialmente de una logística sana, dónde carecer de capital humano en suficiente medida y capacidad, moverá el lado de la balanza. La agilidad en esta gestión, dependerá de lo anteriormente expuesto y hoy no es real.

Conclusiones

Mirando y estudiando los movimientos y posturas de otros actores y testigo de este Big Bang, tengo la sensación de queda mucho camino por recorrer, muchos defectos que corregir y una falta de voluntad de asumir riesgos para y por el conjunto. Vemos con asombro el número de proyectos ya presentados y el desarrollo de otros aliados y vecinos.

Sus logros son abrumadores, pero sólo se han conseguido partiendo de un factor, aquí inexistente: unión y apoyo, con una firme conciencia de nación en todas las capas políticas y sociales. Países con mínimos compromisos internacionales o nulos despliegues exteriores de sus Fuerzas Armadas, al contrario del nuestro, disponen de unas Fuerzas Armadas equipadas con innovación propia, reduciendo la dependencia del exterior, derivando recursos y esfuerzo a una proyección internacional de su Base Industrial Tecnológica y presentándose como líderes y actores principales en la cancha.

Sigamos empujando, continuemos dando zancadas para alcanzar una plena Conciencia de Defensa, la carrera hace tiempo que empezó. (Luis Martínez Gavilán, rector de SEDEXPO, asesor en seguridad y defensa con más de once años de experiencia)

 

 


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